21.02.2019 Views

te odiare hasta que te quiera

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

No me atrevo a mirar. Él abre la cesta y saca un pe<strong>que</strong>ño tarro lleno de<br />

un líquido verde de aspecto desagradable.<br />

—A esto, bizcochito, lo llaman batido verde detox. Va bien para limpiar<br />

el organismo —explica, y sonríe mientras se da palmaditas en el<br />

estómago.<br />

Yo me encojo entre las sábanas y tiro de la colcha <strong>hasta</strong> <strong>que</strong> la mitad de<br />

mi cara desaparece bajo ella. No puedo permitir <strong>que</strong> vea la más <strong>que</strong><br />

eviden<strong>te</strong> cara de asco <strong>que</strong> me produce la abominación <strong>que</strong> tiene entre las<br />

manos. ¿Batido verde detox? Si parece el nombre de un villano de la<br />

Marvel. ¿Cómo puede ser <strong>que</strong> la gen<strong>te</strong> se beba algo con un aspecto tan<br />

repugnan<strong>te</strong>?<br />

—Ay, no seas así, bizcochito. Tienes <strong>que</strong> bebér<strong>te</strong>lo. ¿Qué voy a hacer yo<br />

con mi vida si tú <strong>te</strong> pasas el fin de semana arrodillada delan<strong>te</strong> del vá<strong>te</strong>r?<br />

No seas egoísta y bebe —me dice como si estuviera hablando con una niña<br />

de tres años.<br />

Sirve una buena cantidad del brebaje en un vaso y me lo acerca a la<br />

cara. Es tan as<strong>que</strong>roso <strong>que</strong> mi rostro se contrae en una mueca.<br />

—Abre la boquita —canturrea, y yo siento la bilis subiéndome por la<br />

garganta.<br />

Se me acelera el corazón y sudo solo de pensar <strong>que</strong> ese líquido amargo<br />

y viscoso pueda deslizarse por mi garganta. De pronto, aparto la colcha y<br />

salto de la cama.<br />

—¡Aparta eso de mí! —le grito con la voz <strong>te</strong>mblorosa y sin apartar la<br />

mirada del vaso, como si su con<strong>te</strong>nido pudiera cobrar vida en cualquier<br />

momento y atacarme.<br />

—¡Pero cómo puede ser! —Cole se da una palmada en la rodilla,<br />

atónito, y me mira con los ojos abiertos como platos—. Si ya estás mejor.<br />

¿Ves? Te dije <strong>que</strong> funcionaría.<br />

—¡Corta el rollo, Stone! Tú ganas, pero sácame eso de delan<strong>te</strong> —le<br />

digo disgustada y un poco <strong>te</strong>merosa por si se le ocurre insistir en <strong>que</strong> me<br />

beba el maldito batido.<br />

Me observa fijamen<strong>te</strong> duran<strong>te</strong> al menos un minuto y, de pronto, se echa<br />

a reír; rueda sobre mi cama sujetándose la barriga y su risa resuena por<br />

toda la habitación. El ata<strong>que</strong> le dura unos cinco minutos, <strong>hasta</strong> <strong>que</strong> le caen<br />

las lágrimas por las mejillas y empieza a jadear por<strong>que</strong>, al parecer, ha<br />

olvidado <strong>que</strong> necesita oxígeno para subsistir.<br />

Yo me retiro a una esquina de la habitación, con la cara roja y muerta de

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!