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te odiare hasta que te quiera

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Megan empieza a sollozar y sé <strong>que</strong>, a pesar de sus esfuerzos, en<br />

cuestión de segundos ya no podrá seguir hablando. Siento una presión en<br />

el pecho, como si alguien hubiera metido la mano y me estuviera<br />

comprimiendo el corazón.<br />

—Iba conduciendo borracha y... y ha chocado con otro coche. Están<br />

bien... —solloza, a punto de echarse a llorar—. Pero Marie ha perdido<br />

mucha sangre y... Por favor, Tessa, tienes <strong>que</strong> volver ya.<br />

La conversación <strong>te</strong>rmina súbitamen<strong>te</strong> cuando se me cae el móvil al<br />

suelo. Una in<strong>te</strong>nsa oscuridad me nubla la visión; veo lucecitas y siento<br />

como si se me durmieran los brazos. In<strong>te</strong>nto en<strong>te</strong>nder lo <strong>que</strong> me acaban de<br />

contar, pero estoy un poco mareada y me resulta difícil. La madre de Beth<br />

se está muriendo. Da igual la relación <strong>que</strong> <strong>te</strong>ngan, Beth la quiere por quien<br />

es. Mi mejor amiga está a punto de perder a la única familia <strong>que</strong> le <strong>que</strong>da.<br />

—Vamos, Tessie, nos largamos.<br />

Dejo <strong>que</strong> me coja en brazos y me lleve escaleras abajo. Ni si<strong>quiera</strong> me<br />

en<strong>te</strong>ro cuando les dice a sus amigos <strong>que</strong> nos vamos. Todo resulta muy<br />

confuso y, cuando me doy cuenta, ya estamos en el coche. No puedo parar<br />

de pensar en Beth, no se merece <strong>que</strong> le pase esto. Su vida ya ha sido<br />

bastan<strong>te</strong> difícil. No sabe quién es su padre y ahora encima va a perder a su<br />

madre.<br />

—Todo irá bien, ya verás —dice Cole cogiéndome la mano con la <strong>que</strong><br />

le <strong>que</strong>da libre y apretándomela.<br />

Pre<strong>te</strong>nde ser un gesto tranquilizador, pero no puedo dejar de pensar <strong>que</strong><br />

ni si<strong>quiera</strong> siento la presión. Eso es lo extraño de las desgracias, ¿verdad?<br />

Nunca esperas <strong>que</strong> <strong>te</strong> to<strong>que</strong> a ti, así <strong>que</strong> cuando pasa, eres incapaz de<br />

procesarlo, y cuanto más tardas en procesarlo, más dura el dolor. ¿No<br />

sería más fácil lidiar con ello así, en calien<strong>te</strong>, y luego pasar página? ¿Por<br />

qué negarlo? ¿Por qué empeorarlo?<br />

—No tiene a nadie más —digo, y mi voz me suena extraña incluso a mí.<br />

Cole me mira de reojo. Hay bastan<strong>te</strong> tráfico, no debería molestarlo, <strong>que</strong><br />

no se distraiga. Debería <strong>que</strong>darme callada.<br />

—No sabemos qué está pasando, Tessa. Puede <strong>que</strong> su madre salga de<br />

esta.<br />

—¿Te lo ha dicho Alex?<br />

Cole aparta la mirada y sé <strong>que</strong> la situación es crítica. Conociéndolo<br />

como lo conozco, lo más probable es <strong>que</strong> ya haya hablado con Cassandra.<br />

Seguro <strong>que</strong> ella sabe la verdad y le ha explicado a su hijo la gravedad de

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