21.02.2019 Views

te odiare hasta que te quiera

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Cierro los ojos con fuerza y él me acaricia el hueco <strong>que</strong> hay entre las<br />

clavículas con los labios y luego lo lame con la lengua. Lo empujo e<br />

in<strong>te</strong>nto librarme de él, pero me coge de las muñecas y me empuja contra<br />

la pared del lavabo. El golpe es tan fuer<strong>te</strong> <strong>que</strong> siento <strong>que</strong> empieza a<br />

dolerme la cabeza; lo más probable es <strong>que</strong> ya me esté saliendo un chichón.<br />

—Por favor, no me hagas daño.<br />

Cierro los ojos, conscien<strong>te</strong> de <strong>que</strong> <strong>te</strong>ngo <strong>que</strong> recurrir a la súplica,<br />

puesto <strong>que</strong> me tiene físicamen<strong>te</strong> a su merced. Con una mano de hierro me<br />

agarra de las muñecas y aprieta su cuerpo contra el mío <strong>hasta</strong> casi<br />

cortarme la circulación, y con la otra me coge del cuello para <strong>que</strong> no<br />

pueda apartar la cabeza.<br />

—No <strong>te</strong> va a doler, preciosa, de hecho vas a gritar pero de placer.<br />

El deseo le oscurece la mirada mientras con una mano me acaricia la<br />

espalda. Estoy mareada, mareada y enfadada conmigo misma. En es<strong>te</strong><br />

preciso momento el único sonido <strong>que</strong> podría salir de mi boca sería un<br />

grito pidiendo ayuda.<br />

—No... por favor... no.<br />

Él se ríe an<strong>te</strong> lo patético de mi reacción y desliza ambas manos <strong>hasta</strong> la<br />

par<strong>te</strong> baja de mi camiseta para levantarla, mientras sus labios siguen<br />

pegados a mi cuello. Quiero llorar, quiero gritar y chillar y pegarle <strong>hasta</strong><br />

<strong>que</strong> no <strong>que</strong>de un soplo de aire en su cuerpo, pero no sé cómo hacerlo.<br />

Imagino una sucesión de escenas en las <strong>que</strong> le arranco la cabeza de<br />

distintas maneras, pero lo cierto es <strong>que</strong> es más pesado, más fuer<strong>te</strong> y está<br />

más borracho <strong>que</strong> yo.<br />

—Ya está bien, Hank.<br />

Abro los ojos al oír la voz y no sé si sentirme aliviada o muerta de<br />

miedo. El mierda de Hank no parece <strong>que</strong> esté por la labor de soltarme, a<br />

juzgar por el bulto enorme <strong>que</strong> le ha salido entre las piernas. Pro<strong>te</strong>sto<br />

mientras él sigue lamiéndome el cuello como un perro y le lanzo una<br />

mirada lastimera a la única persona <strong>que</strong> está con nosotros en el lavabo.<br />

—Por favor, dile <strong>que</strong> pare —suplico, y Nicole me sonríe con una<br />

frialdad capaz de congelar el Polo Nor<strong>te</strong>.<br />

—No sé, creo <strong>que</strong> me gusta ver<strong>te</strong> así, deseando postrar<strong>te</strong> a mis pies.<br />

—Nicole, por favor.<br />

Es como si los labios y las manos del tal Hank estuvieran por todas<br />

par<strong>te</strong>s. Mientras, mis hombros se estremecen con cada nuevo sollozo.<br />

—Después de lo <strong>que</strong> has hecho, plantándo<strong>te</strong> aquí, con la de veces <strong>que</strong> <strong>te</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!