21.02.2019 Views

te odiare hasta que te quiera

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

12<br />

No soy hija de Edward Cullen y Campanilla<br />

—¡Travis! —grito, y golpeo con bastan<strong>te</strong> fuerza en la puerta de mi<br />

hermano.<br />

Nada, no responde. Son las sie<strong>te</strong> de la tarde y está en coma, borracho<br />

como siempre. Hace tanto tiempo <strong>que</strong> las cosas son así <strong>que</strong> no recuerdo<br />

cuándo fue la última vez <strong>que</strong> tuve una conversación normal con él.<br />

Siempre tuvimos muy buena relación, desde el principio. No era el típico<br />

hermano <strong>que</strong> disfrutara metiéndose conmigo o cabreándome, para eso ya<br />

<strong>te</strong>nía a Cole. Travis era mi modelo a seguir, la persona <strong>que</strong> cuidaba de mí<br />

cuando mis padres se olvidaban de hacerlo. Era la única razón por la <strong>que</strong><br />

duran<strong>te</strong> buena par<strong>te</strong> de mi vida escolar no me hicieron bullying.<br />

Nadie se atrevía con la hermana pe<strong>que</strong>ña de Travis O’Connell, pero<br />

supongo <strong>que</strong> la novedad solo dura <strong>hasta</strong> <strong>que</strong> pierdes a tu hermano por<br />

culpa del alcohol.<br />

—¡Travis! —grito otra vez y golpeo en la puerta aún más fuer<strong>te</strong>.<br />

No consigo sacarme las palabras de Jay de la cabeza, pero me esfuerzo<br />

por tragarme la ira. Da igual lo <strong>que</strong> sienta por Jay, no puedo ignorar <strong>que</strong><br />

ha despedazado a mi hermano delan<strong>te</strong> de mí y reducido a añicos la poca<br />

dignidad <strong>que</strong> le <strong>que</strong>daba. Me resulta casi imposible aceptar <strong>que</strong> el chico<br />

<strong>que</strong> creía incapaz de matar una mosca tiene un lado tan feo.<br />

Cole tiene razón, me cuesta admitirlo pero sé <strong>que</strong> ha dado en el clavo.<br />

Siempre he <strong>te</strong>nido a Jay en un pedestal, creía <strong>que</strong> era perfecto. Supongo<br />

<strong>que</strong> <strong>te</strong>ndría <strong>que</strong> haber comprendido <strong>que</strong> alguien <strong>que</strong> sale con Nicole no<br />

puede estar muy bien de la cabeza. Su maldad es contagiosa.<br />

—¡¿Qué?! —me grita mi hermano a la cara después de abrir la puerta.<br />

Parece enfadado y sobre todo resacoso. Tiene unas ojeras enormes, le<br />

apesta el aliento a alcohol y hace al menos dos días <strong>que</strong> no se afeita. Mi<br />

hermano, a sus veintiún años, parece mucho mayor. No hay luz en sus<br />

ojos, no la ha habido desde hace dos años, y de pronto me doy cuenta de<br />

<strong>que</strong> lo echo de menos.<br />

Añoro al viejo Travis, <strong>te</strong>ngo <strong>que</strong> traerlo de vuelta. Necesito demostrarle

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!