te odiare hasta que te quiera

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—Eh, mírame. —Cole mete el coche en el aparcamiento de lo que parece ser un complejo de apartamentos de cinco estrellas—. No estés nerviosa, tienen muchas ganas de conocerte. Les he hablado tanto de ti que es como si ya te conocieran;, seguro que están tan locos por ti como yo. Trago saliva y me doy cuenta de que he empezado a sudar. Es la peor versión de mí misma: la falta de confianza, la timidez patológica y la sensación de incomodidad permanente, las razones por las que a veces prefiero estar sola. —No... hum, no puedo... —Respira hondo, Tessie, coge aire. Me frota la espalda y me habla para que me calme. Estoy a escasos segundos de ponerme a cantar una de Hannah Montana cuando se inclina hacia mí y me besa. Y así, sin más, desaparecen todas mis preocupaciones. Olvido por qué estoy tan estresada, por qué me comporto como una neurótica y por qué me apetece tirarme delante de un tractor. Me besa lentamente, recreándose, como si tuviera todo el tiempo del mundo. Mis ojos se cierran solos, como siempre, y mis manos acarician el pelo de su nuca. Nos besamos hasta que perdemos la noción del tiempo y del espacio y entonces, cuando ya me cuesta respirar, se aparta y apoya su frente contra la mía. Jadeamos un poco, los dos, y yo siento un leve cosquilleo en los labios, que están un poco hinchados gracias a Cole. —¿Todo bien? Sonrío y, de repente, me siento eufórica. —Todo genial. —El padre de Lan tiene un apartamento en este edificio, pero siempre está en viaje de negocios, así que es como el pisito de soltero de Lan —me explica mientras atravesamos un vestíbulo de suelo brillante cuya puerta nos ha abierto el portero de la finca, un tipo muy estirado y servicial. Estoy familiarizada con sitios pijos como este por mis padres y mis abuelos, pero me cuesta sentirme cómoda. Cuando creces rodeado de dinero, la gente te juzga constantemente por ello, así que debes aprender a separarte de los títulos y de la autoridad. —Qué bonito —digo mientras subimos en el ascensor hasta la planta quince. Me miro en el espejo y Cole me abraza y me aprieta contra su pecho. —Estás preciosa —me piropea, y me besa en la mejilla mientras yo me acurruco contra él.
Un sonido de campanilla anuncia que hemos llegado a nuestro destino. Nos cogemos de la mano y salimos del ascensor. Cole llama a la puerta que está justo a nuestra izquierda, sonríe y me aprieta la mano. Tengo que hacerlo por él. Ha puesto mi mundo patas arriba y lo mínimo que puedo hacer yo es llevarme bien con la gente que es importante para él. Hoy es imposible que algo salga mal. Excepto por la rubia platino medio desnuda que nos abre la puerta con una sonrisa de hiena en la cara y se lanza sobre mi novio para atacar sus labios con los suyos. He hablado demasiado pronto. Un momento que me ocupo de ella.
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Blair Holden
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Introducción Ya están otra vez. M
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lo visto, uno de los requisitos de
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no se dé cuenta de lo maléfica qu
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1 Él es Bush y yo, su mini-Afganis
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Beth Romano es mi otra mejor amiga
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a cara con el demonio personificado
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—Tessa, pensaba que sabías que C
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mejor forma de tratar con el nuevo
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cinco minutos cuando de pronto me e
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la mano encima, Stone, o te castro
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contrae del asco al ver que me gui
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azonar con él solo sirve para fre
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3 La muerte por hierbabuena revoluc
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Se me escapa una carcajada: no doy
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encima del salpicadero. La muerte p
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Beth pone los ojos en blanco al ver
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oda. Obviamente las cosas no salier
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luego me digo que seguramente está
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dirigiera la palabra y, de pronto,
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—me dice mientras se baja del coc
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—Tú eres asunto mío, bizcochito
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tener ocupado todo el sábado por l
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peq... Le tapo la boca con la mano
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enviar. Me lo pienso mejor y añado
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la vergüenza. Quizá hacerme la en
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Entorno los ojos y contemplo el sá
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En cuanto Cole sale de la habitaci
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de los hombros hasta casi la cintur
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—Bueno, es que... no sé, te qued
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aparcado tan ricamente en un espaci
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para evitar que me caiga. —¿Lo d
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Localizo a Megan bailando con un ch
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cuenta y me suelta. Lo noto detrás
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lavabo, se me acelera el corazón y
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he dicho que no quiero ver tu culo
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ira, rabia, cólera, todo dirigido
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7 ¡Solo es una cuchara robada, no
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se compromete a ser más agradable
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con Cole. De hecho, cuando llegamos
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Cole aprieta la mandíbula. Tiene l
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es de manga larga, roja y con un di
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—¿Y no me dejarás que te sobe d
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patas arriba, y de pronto me doy cu
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las santas narices de meterse conmi
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mi sorpresa es como si esto le pare
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un poco caídos y no puedo negar qu
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Me quedo petrificada y rápidamente
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favor. —Entonces qué, ahora sois
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tiemblan un poco las manos y tiene
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—¿Desde cuándo sois tan amigos?
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—Sí, te digo lo mismo que ella,
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haciendo de canguro de mis hijos mi
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10 Decidiendo quién le gusta más
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Sonrío con malicia y me froto las
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distracciones, John, será mejor qu
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¿El bullying? Desde hace unos cuat
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madre le invita a entrar. Nos prepa
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—¿Siendo un imbécil? —Siendo
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Junto las manos y doy gracias por e
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seguir circulando. De pronto, soy c
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ocurre una respuesta ocurrente porq
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—T... tú crees que Cole es un di
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12 No soy hija de Edward Cullen y C
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A mi madre se le escapa la cuchara
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Choco los cinco con mi madre, aunqu
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gruesos que es casi imposible atrav
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dije que era perfectamente capaz de
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un vestido que no me dé arcadas.
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hacen daño y no puedo reprimir una
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quiero que todo salga bien —respo
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de primero. Ahora entiendo por qué
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Asiento sin mirarlo, cojo el bolso
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y que, si lo clavas, sabes que has
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Nicole, nada más. —Vamos a inten
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me visto raro o que tengo los dient
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14 Soy tan sutil como la mermelada
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permitir que fuera con un chico y n
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onito, el hijo pródigo o lo que pr
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sin mí. Esto es lo normal, Cole ha
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escapa la risa nerviosa y no puedo
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sorprende que no haya vuelto antes.
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pueda. Ni siquiera se han besado, p
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despidiéndote de participar. Cojo
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elleza. Creo que es denigrante para
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contengo un instante la respiració
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¿Cuánto se habrá gastado el muy
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Tiene razón. Casi todas tienen la
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¿Y yo qué puedo hacer frente a es
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me ayuda a bajar. Sus ojos se pasea
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ha dado y luego se inclina sobre m
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avergüenza de restregarse contra e
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—¡Travis! —exclamo, y paso jun
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Me miro los pies e intento moverlos
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ayuda. Qué tontería, no necesito
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ponernos canciones que no deberían
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—¿Qué pasa? —pregunto. Bostez
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de la cama. Pero ¿qué...? —¿As
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añado un toque informal con unas c
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música para mis oídos. Holgazanea
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cada quince días. Es un blandengue
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—¿Te gusto, Tessie? Trago saliva
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favor. Es evidente que esto signifi
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escuchado en toda mi vida. Ni siqui
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mirando cuando veníamos de camino.
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pensaba hacer algo así... Sacude l
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cosas. —No te daba miedo plantarm
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emboscada. Corro a la ventana de mi
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de debajo de una montaña de ropa y
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Cole: «Tengo ganas de verte. Pása
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esforzaba tanto escogiendo la ropa,
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—Es más cómoda —me dice encog
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que estoy. Me pasa un brazo alreded
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pronto recibiría mi primer beso y
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cuando me dijo unas palabras muy pa
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que no es verdad, pero Cole siempre
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emoción a la que le tengo pánico.
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mismo está golpeando a Jay en el p
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una sebosa. Viviríamos todos mucho
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—Es algo que se aprende quieras o
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peliagudo. —Os dais cuenta de lo
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que se me fuera la mano. Luego comp
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—Vaaale. ¿Vamos primero a mi cas
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aquí hace mucho calor? —¿En qu
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de ejercicios, como ocurre cada vez
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decir es que parecéis tan enamorad
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decir que si le estás dando muchas
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—Tessie —me interrumpe y me pas
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—Quería contártelo, de verdad,
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perder el tiempo pensando en los pr
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de que ella se va aproximando cada
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que está encima de la cómoda. Eri
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—Por el amor de Dios, Cole, no ha
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si se encuentra mejor. No la agobie
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Se me rompe el corazón cuando oigo
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Si quieres saber más sobre y estar
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Índice Te odiaré hasta que te qui
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