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La Formación Semicolonial l 1890-1930 - Universidad de Chile

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Furtado- América <strong>La</strong>tina “se transforma en un componente <strong>de</strong> importancia <strong>de</strong>l comercio mundial y en una <strong>de</strong><br />

las más significativas fuentes <strong>de</strong> materias primas para los países industrializados. 29<br />

Argentina fue uno <strong>de</strong> los países que tuvo un mayor aumento en la producción. Su exportación <strong>de</strong><br />

cereales se sextuplicó y la <strong>de</strong> carne congelada creció <strong>de</strong> 27.000 toneladas a 376.000. <strong>La</strong> exportación cafetalera<br />

<strong>de</strong> brasil aumentó <strong>de</strong> 4 millones <strong>de</strong> sacos (<strong>de</strong> 60 Kg.) en 1880, a 16 millones en 1914. <strong>La</strong>s exportaciones <strong>de</strong><br />

salitre chileno subieron <strong>de</strong> 40 millones <strong>de</strong> pesos <strong>de</strong> 38 peniques en 1893, a 262 millones <strong>de</strong> pesos <strong>de</strong> 10,78<br />

peniques en 1911. En 1915 se exportaron 2 millones <strong>de</strong> toneladas métricas <strong>de</strong> salitre, es <strong>de</strong>cir más <strong>de</strong>l doble <strong>de</strong><br />

lo que se había exportado a principios <strong>de</strong>l siglo. Esta cantidad subió a 2 millones 500 mil toneladas a fines <strong>de</strong><br />

la 1a Guerra Mundial, pero <strong>de</strong>cayó en la década <strong>de</strong> 1920 por el <strong>de</strong>scubrimiento alemán <strong>de</strong>l salitre sintético.<br />

Mientras tanto, el cobre había adquirido relevancia hasta producir 250.000 toneladas, colocándose <strong>Chile</strong> en el<br />

segundo lugar <strong>de</strong> los productores mundiales <strong>de</strong> dicho metal. <strong>La</strong> producción minera <strong>de</strong>l Perú y <strong>de</strong>l estaño<br />

boliviano también creció, al igual que las exportaciones <strong>de</strong> las economías <strong>de</strong> plantación <strong>de</strong> Centroamérica y el<br />

Caribe.<br />

Después <strong>de</strong> la 1a Guerra Mundial se produjo una baja en la <strong>de</strong>manda y los precios <strong>de</strong> las materias<br />

primas, que afectó seriamente la economía latinoamericana. El porcentaje <strong>de</strong> participación <strong>de</strong> los productos<br />

alimenticios y <strong>de</strong> las materias primas agrícolas en el comercio internacional <strong>de</strong>scendió en relación a las<br />

manufacturas y minerales, especialmente petróleo.<br />

Durante este proceso, el imperialismo se apo<strong>de</strong>ró <strong>de</strong>l azúcar cubano, dominicano y puertorriqueño,<br />

<strong>de</strong>l café centroamericano, con excepción <strong>de</strong> Guatemala don<strong>de</strong> hubo prepon<strong>de</strong>rancia <strong>de</strong>l capital alemán. El café<br />

brasileño siguió en manos <strong>de</strong> la burguesía criolla, pero su comercialización quedó en manos <strong>de</strong>l capital<br />

monopólico. También pasó a manos foráneas la economía <strong>de</strong> plantación <strong>de</strong>l banano <strong>de</strong> Centroamérica y<br />

Colombia, lo mismo que el salitre y el cobre chilenos, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l estaño boliviano. El control <strong>de</strong>l petróleo<br />

mexicano y venezolano se repartió entre el imperialismo inglés y norteamericano. Los países agropecuarios,<br />

como Argentina y Uruguay, lograron retener la posesión <strong>de</strong> las riquezas nacionales, pero su comercialización<br />

y sus frigoríficos fueron controlados por el capital extranjero.<br />

En esta carrera interimperialista por el control <strong>de</strong> las materias primas <strong>de</strong> América <strong>La</strong>tina, Estados<br />

Unidos logró <strong>de</strong>splazar a Inglaterra a fines <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1920, llegando a controlar el 40% <strong>de</strong>l total <strong>de</strong> las<br />

inversiones.<br />

Si bien es cierto que el proceso <strong>de</strong> industrialización por sustitución <strong>de</strong> algunas importaciones se<br />

generalizó <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l <strong>1930</strong>, en ciertos países -como México, Argentina y, en menor medida,<br />

<strong>Chile</strong> y Brasil- hubo un <strong>de</strong>sarrollo industrial que no es posible menospreciar, aunque <strong>de</strong>be señalarse que esos<br />

procesos se dieron en ramas secundarias y no privilegiadas por el imperialismo.<br />

Los capitales invertidos en esta incipiente industria provinieron en la mayoría <strong>de</strong> los casos, con<br />

excepción <strong>de</strong> México en que hubo inversión extranjera, <strong>de</strong> los terrateniente y financistas criollos o <strong>de</strong> los<br />

resi<strong>de</strong>ntes europeos. <strong>La</strong> inversión <strong>de</strong> la burguesía agraria -que había logrado una importante acumulación <strong>de</strong><br />

capitales- <strong>de</strong>terminó una relación muy estrecha entre ésta y la embrionaria burguesía industrial, que tuvo su<br />

correlato político en las alianzas por el control <strong>de</strong>l aparato <strong>de</strong>l Estado.<br />

En Argentina, esta incipiente sustitución <strong>de</strong> algunas importaciones se vio favorecida por el flujo<br />

migratorio y, sobre todo, por el reparto <strong>de</strong> la renta agropecuaria, que permitió un crecimiento <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r<br />

adquisitivo y, por en<strong>de</strong>, <strong>de</strong>l mercado interno. En 1905, la industria ya cubría el 18% <strong>de</strong>l producto bruto<br />

29 CELSO FURTADO: <strong>La</strong> economía latinamericana, p.69, Editorial Siglo XXI, México, 1979.<br />

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