La Formación Semicolonial l 1890-1930 - Universidad de Chile
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En la era imperialista se implantó una nueva división internacional <strong>de</strong>l capital-trabajo que abarcó,<br />
entonces sí, a todo el mundo, haciendo inter<strong>de</strong>pendientes a todas las naciones. En palabras <strong>de</strong> Man<strong>de</strong> “la<br />
exportación imperialista <strong>de</strong> capitales realiza, por primera vez en la historia humana, una verda<strong>de</strong>ra división<br />
mundial <strong>de</strong>l trabajo, un verda<strong>de</strong>ro mercado mundial, universal, uniendo íntimamente entre sí a todos los países<br />
<strong>de</strong>l mundo (...) el capital realiza así la socialización y la internacionalización <strong>de</strong> hecho <strong>de</strong> la producción a<br />
escala mundial -aunque en beneficio casi exclusivo <strong>de</strong> los países metropolitanos”.<br />
Este proceso <strong>de</strong> internacionalización <strong>de</strong>l capital empujó al Estado Nacional a incrementar su<br />
injerencia en la economía, dinámica que tuvo su correlato político en el surgimiento <strong>de</strong> la concepción <strong>de</strong>l<br />
Estado Nacional fuerte, particularmente en Alemania. Fue reforzado el aparato militar para asegurar la<br />
expansión imperialista, disputando el control <strong>de</strong>l mundo colonial, <strong>de</strong> las materias primas y <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> obra<br />
barata. El nacionalismo y el militarismo se convirtieron en instrumentos <strong>de</strong> la lucha entre rivales por el<br />
dominio <strong>de</strong>l mercado mundial. Detrás <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ología <strong>de</strong>l militarismo estaban obviamente los fabricantes <strong>de</strong><br />
armas, barcos y aviones.<br />
<strong>La</strong> conflagración mundial <strong>de</strong> 1914-18 trajo una profunda división en las filas <strong>de</strong>l movimiento obrero<br />
y <strong>de</strong> la II Internacional. Mientras la mayoría <strong>de</strong> los partidos social-<strong>de</strong>mócratas apoyaban a sus respectivas<br />
burguesías nacionales guerreristas, un sector minoritario, agrupado en la Conferencia <strong>de</strong> Zimmerwald,<br />
resolvió, a proposición <strong>de</strong> Luxemburgo y Lenin, oponerse a la guerra.<br />
<strong>La</strong> guerra fue el genocidio <strong>de</strong> mayor magnitud que la humanidad había sufrido hasta entonces: 10<br />
millones <strong>de</strong> personas fueron sacrificadas para que las gran<strong>de</strong>s potencias se repartieran el mundo.<br />
Como lo habían previsto Lenin y Trotsky, <strong>de</strong> la guerra surgió la revolución, llevando al triunfo a los<br />
obreros y campesinos rusos en 1917.<br />
El triunfo <strong>de</strong> la revolución Rusa fue la culminación <strong>de</strong> una fase <strong>de</strong> ascenso <strong>de</strong>l movimiento obrero<br />
que se había iniciado en las últimas décadas <strong>de</strong>l siglo XIX. <strong>La</strong> orientación, organización y propaganda <strong>de</strong> la 1a<br />
Internacional había rendido rápidamente sus frutos. Los sindicatos y pequeños grupos políticos obreros se<br />
transformaron en po<strong>de</strong>rosas organizaciones <strong>de</strong> masas. Los trabajadores se volcaron en bloque, como clase, en<br />
los nacientes sindicatos y partidos políticos <strong>de</strong>l proletariado.<br />
<strong>La</strong> polarización masiva <strong>de</strong> los trabajadores en sus organizaciones <strong>de</strong> clase, se expresó también en el<br />
plano político. Los partidos social-<strong>de</strong>mócratas, fundados casi todos en las dos últimas décadas <strong>de</strong>l siglo XIX,<br />
crecieron impetuosamente hasta agruparse en 1889 en la II Internacional.<br />
Paralelamente, el anarquismo se había <strong>de</strong>sarrollado vigorosamente en Italia, Francia y España, bajo<br />
las ban<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> la Internacional Negra, fundada en 1881 por los seguidores <strong>de</strong> Bakunin: Kropotkin, Reclus,<br />
Malatesta y otros. Este movimiento se proyectará con fuerza en el movimiento sindicalista revolucionario <strong>de</strong><br />
las primeras décadas <strong>de</strong>l siglo XX.<br />
Si durante el Siglo XIX la clase obrera tuvo participación política relevante en algunos<br />
acontecimientos, como la revolución <strong>de</strong>l 48 en Francia y la Comuna <strong>de</strong> París, en el siglo XX se generaliza la<br />
intervención política <strong>de</strong>l proletariado en la lucha <strong>de</strong> clases. <strong>La</strong>s huelgas generales comenzaron a hacerse<br />
presentes a principios <strong>de</strong>l siglo XX en Estados Unidos, Holanda, Alemania, Inglaterra, Francia y Suecia. <strong>La</strong><br />
Revolución Rusa <strong>de</strong> 1905 puso a la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l día el problema <strong>de</strong> la revolución obrera y campesina; reactualizó<br />
la importancia <strong>de</strong> las luchas callejeras armadas y, fundamentalmente, indicó la perspectiva más probable para<br />
la toma <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r. Al mismo tiempo, se iniciaba el proceso <strong>de</strong> la revolución colonial con los acontecimientos<br />
<strong>de</strong> Turquía, Persia y la China <strong>de</strong> Sun-Yat-Sen. América <strong>La</strong>tina entró a la escena mundial con la Revolución<br />
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