Ciencia para la paz y el desarrollo: el caso del ... - unesdoc - Unesco
Ciencia para la paz y el desarrollo: el caso del ... - unesdoc - Unesco
Ciencia para la paz y el desarrollo: el caso del ... - unesdoc - Unesco
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
En <strong>la</strong> trágica situación que enfrenta <strong>la</strong> humanidad,<br />
creemos que los científicos deben reunirse en una<br />
conferencia, <strong>para</strong> evaluar los p<strong>el</strong>igros suscitados<br />
como consecuencia d<strong>el</strong> <strong>desarrollo</strong> de armas <strong>para</strong><br />
<strong>la</strong> destrucción masiva, y <strong>para</strong> discutir una resolución<br />
redactada en <strong>el</strong> espíritu d<strong>el</strong> borrador que se<br />
adjunta a esta.<br />
Estamos hab<strong>la</strong>ndo en esta ocasión, no como miembros<br />
de una u otra nación, o continente, o credo,<br />
sino como seres humanos, integrantes de <strong>la</strong> especie<br />
humana, <strong>la</strong> continuación de cuya existencia<br />
está ahora en duda. El mundo está lleno de conflictos<br />
y, por encima de otros conflictos menores,<br />
está <strong>la</strong> lucha titánica entre <strong>el</strong> comunismo y <strong>el</strong> anticomunismo.<br />
Casi todo aqu<strong>el</strong> que sea políticamente consciente<br />
posee fuertes sentimientos sobre uno o más de esos<br />
problemas, pero queremos que vosotros, si podéis<br />
hacerlo, apartéis esos sentimientos y os consideréis<br />
solo como integrantes de una especie biológica que<br />
posee una notable historia, y cuya desaparición no<br />
puede desear ninguno de nosotros.<br />
Procuraremos no decir ninguna pa<strong>la</strong>bra que deba<br />
atraer a un grupo más que a otro. Todos, por igual,<br />
estamos en p<strong>el</strong>igro, y si ese p<strong>el</strong>igro es comprendido,<br />
existe <strong>la</strong> esperanza de que colectivamente<br />
podamos evitarlo.<br />
Debemos aprender a pensar de una nueva manera.<br />
Debemos aprender a cuestionarnos, pero no<br />
sobre los pasos que pueden darse <strong>para</strong> asegurar<br />
una victoria militar al grupo de nuestra preferencia,<br />
porque no existen ya tales pasos; <strong>la</strong> pregunta que<br />
debemos formu<strong>la</strong>rnos es: ¿Qué pasos pueden darse<br />
<strong>para</strong> impedir una competición militar que terminará<br />
por ser desastrosa <strong>para</strong> todos los bandos?<br />
El público en general, e incluso muchos hombres<br />
que ocupan posiciones de autoridad, no se han<br />
dado cuenta de lo que supone verse envu<strong>el</strong>to en<br />
una guerra con bombas nucleares. El público piensa<br />
aun en términos de aniqui<strong>la</strong>ción de ciudades.<br />
Está entendido que <strong>la</strong>s nuevas bombas son más<br />
poderosas que <strong>la</strong>s antiguas y que, si bien una bomba<br />
atómica pudo aniqui<strong>la</strong>r a Hiroshima, una bomba<br />
1 La traducción corresponde a <strong>la</strong> provista en <strong>el</strong> Apéndice 1 de<br />
Joseph Rotb<strong>la</strong>t (ed.) Los científicos, <strong>la</strong> carrera armamentista<br />
y <strong>el</strong> desarme, Serbal/UNESCO, Barc<strong>el</strong>ona, 1984.<br />
Apéndices<br />
Apéndice 6<br />
El Manifiesto de Russ<strong>el</strong>l-Einstein 1<br />
de hidrógeno podría aniqui<strong>la</strong>r a <strong>la</strong>s mayores ciudades,<br />
como Londres, Nueva York y Moscú.<br />
No hay duda de que en una guerra con bombas de<br />
hidrógeno <strong>la</strong>s grandes ciudades quedarían aniqui<strong>la</strong>das.<br />
Pero ese es uno de los desastres menores<br />
que se producirían. Si toda persona de Londres,<br />
Nueva York y Moscú quedara exterminada, <strong>el</strong> mundo<br />
podría, al cabo de algunos siglos, recuperarse<br />
de ese golpe. Pero ahora sabemos, especialmente<br />
tras <strong>la</strong> prueba en <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s Bikini, que <strong>la</strong>s bombas<br />
nucleares pueden expandir gradualmente su destrucción<br />
sobre una superficie mucho mayor de lo<br />
supuesto.<br />
Se ha afirmado, con exc<strong>el</strong>ente autoridad, que puede<br />
fabricarse ahora una bomba 2500 veces más<br />
poderosa que <strong>la</strong> que destruyó a Hiroshima. Tal<br />
bomba, si explotara cerca de <strong>la</strong> superficie o debajo<br />
d<strong>el</strong> agua, enviaría partícu<strong>la</strong>s radiactivas a <strong>la</strong> capa<br />
superior de <strong>la</strong> atmósfera. Esas partícu<strong>la</strong>s descienden<br />
gradualmente y llegan a <strong>la</strong> superficie de <strong>la</strong> Tierra,<br />
convertidas en un polvo o una lluvia letal. Fue<br />
ese polvo <strong>el</strong> que infectó a los pescadores japoneses<br />
y a <strong>la</strong> pesca por <strong>el</strong>los obtenida.<br />
Nadie sabe con cuanta amplitud podrían esparcirse<br />
esas letales partícu<strong>la</strong>s radiactivas, pero <strong>la</strong>s<br />
autoridades se muestran unánimes en afirmar que<br />
una guerra con bombas H podría significar <strong>el</strong> fin<br />
de <strong>la</strong> especie humana. Se teme que si se utilizaran<br />
muchas bombas H se llegaría a <strong>la</strong> muerte universal:<br />
en forma repentina <strong>para</strong> una minoría, mientras<br />
<strong>para</strong> <strong>la</strong> mayoría se llegaría a una lenta tortura de<br />
enfermedad y desintegración.<br />
Muchas advertencias han sido formu<strong>la</strong>das por eminentes<br />
científicos y por autoridades de <strong>la</strong> estrategia<br />
militar. Ninguno de <strong>el</strong>los dirá que los peores resultados<br />
son seguros. Lo que si dicen es que esos<br />
resultados son posibles, y nadie puede estar seguro<br />
de que no se concreten.<br />
No hemos descubierto que <strong>la</strong>s opiniones de los<br />
expertos sobre esos temas puedan depender en<br />
grado alguno de sus actitudes políticas o prejuicios.<br />
Dependen so<strong>la</strong>mente, hasta donde nuestras<br />
investigaciones lo han reve<strong>la</strong>do, d<strong>el</strong> grado de conocimiento<br />
de ese experto en particu<strong>la</strong>r. Hemos<br />
descubierto que los hombres que más saben son<br />
los más sombríos.<br />
187