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R.HUAYNA INGÉNITO<br />
trarle mi satisfacción. No, no lo veo, se ha retrazado. Esto no es normal...,<br />
no funciona así... Debo volver. Una oscura mancha en la nieve me<br />
indica que se ha abierto una grieta nueva; ¡Dios mío ahí ha caído mi<br />
instructor, su rastro me lo dice.<br />
En esta montaña, que yo sepa, en los cinco años que llevo entrenándome,<br />
nunca se había presentado una grieta. Es más, los Geólogos<br />
las descartaban para los próximos cincuenta años.<br />
Desde el borde de la grieta para abajo hay una profunda garganta<br />
oscura.<br />
—¿Estas bien? —llamo y pregunto a través de mi comunicador.<br />
No hay respuesta. Debo descender y con premura.<br />
Extraigo una pastilla capsular de uno de mis bolsillos magnéticos.<br />
De una de sus tres boquillas mana una gota viscosa, la que disparo sobre<br />
el hielo limpio de nieve. La gota se incrusta y solidifica de inmediato,<br />
dejando tras de sí un grueso filamento que me servirá de cuerda. El aparato<br />
es sencillo, está cargado con una sustancia semilíquida que al brotar<br />
y tomar contacto con el aire se solidifica, la salida continua y tirante lo<br />
transforma en hilo de gran resistencia. Es un aparato similar al de los<br />
órganos productores de hilo de los arácnidos.<br />
Me descuelgo dentro de la grieta, apoyando mis pies sobre el hielo.<br />
Las paredes violáceas se van tornando poco a poco en oscuras, mientras<br />
que arriba el borde luminoso de la grieta empequeñece continuamente.<br />
Más abajo me esperan sombras negras y las paredes de hielo<br />
tocándose. Llegando al fondo de roca pelada y húmeda, y afortunadamente<br />
con el espacio necesario para caminar son dificultad, llamo por<br />
enésima vez:<br />
—¿Me escuchas? ¿Dónde estás?<br />
Nada; no hay respuesta afirmativa.<br />
Es extraño, debería estar por aquí.<br />
¡Una cueva, bajo el glaciar! Eso es lo que encuentro, es insólito<br />
para mí. Una cueva que debe tener cientos de miles de años escondida<br />
bajo el grueso hielo. ¿Dónde estas?... Debo permitir que mi intuición me<br />
guié: La cueva es mi objetivo. Hay pasos impresos en el desmenuzado y<br />
húmedo piso, son recientes, pero ¡esas huellas son de un calzado desconocido!<br />
¡Me encantan los misterios! Lo vuelvo a comprobar, por la serenidad<br />
que me baña. Sigo el rastro desconocido hasta muy dentro de la<br />
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