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asiento es una máquina poseedora de un sofisticado cerebro cultivado.<br />
Es una perfecta combinación racional sintética y mecánica, desde cuyas<br />
entrañas magnéticas irradia una tranquilizante sensación síquica; produce<br />
en la siniestra dama efectos semejantes a los de la meditación profunda,<br />
cuyos efectos la deleitan sobremanera. Activa y acrecienta<br />
desmedidamente su insignificante intuición. Luego con una visión<br />
superlativa de las cosas, envía una orden mental que es conducida por<br />
sensibilísimos electrodos ultravioletas contenidos en la parte superior del<br />
respaldo, la orden debe ser transmitida hasta otra máquina cuya pantalla<br />
virtual está sintonizada con la frecuencia del soterrado. Las dos máquinas<br />
racionales, son en realidad una misma, unidas por un halo fotónico.<br />
Una copia fiel, total y detallada del androide destruido se reproduce en<br />
la pantalla, pero ella con los ojos cerrados lo observa perfectamente en<br />
su interior. Penetra síquicamente en el interior del inútil androide para<br />
analizar con premura los daños.<br />
—¡Irreparables! —piensa y se pregunta asombrada—: ¿Alguien,<br />
aparte de Ourus pudo haber hecho estos destrozos? Quien lo hizo posee<br />
una fuerza síquica formidable. Inigualable. ¿Quién aparte de él?<br />
Desde mi escondite intuitivo en algún lugar del inutilizado cerebro<br />
del androide observo la escena.<br />
—Ahora iré al soterrado —piensa—. Con seguridad, allí encontraré<br />
al causante de todos estos daños. ¡Ourus, seré implacable contigo!<br />
¿Sí?<br />
No valdría para nada luchar contigo a este nivel. Sería inútil, en<br />
caso de eliminarte continuarías viva en lo más profundo. Tengo que hacerlo<br />
allí, en lo profundo, en ¡tu universo interno!... Me introduzco allí.<br />
—¡No...!<br />
Tarde presiente su error.<br />
—¡No! ¡Nooo...!<br />
Es una tormenta de reproche a sí misma. Ha dejado una puerta<br />
abierta de su mundo interno, era importante mientras usaba la máquina<br />
de la meditación, de haber sido precavida se habría protegido con las<br />
elementales barreras protectoras y sería a mí a quién habría cogido con<br />
lazos virtuales en el interior de sus máquinas. Su excesiva confianza la<br />
está perdiendo.<br />
—¡Nooo...!<br />
Instintiva. Clamor animal.<br />
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R.HUAYNA INGÉNITO