08.05.2013 Views

ingénit - Liceus

ingénit - Liceus

ingénit - Liceus

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—¿Quién va?<br />

La única respuesta está cifrada por los ladridos.<br />

—¿Quién está ahí? —grita desconfiado a supuestas personas escondidas<br />

en las sombras.<br />

No adivina que una flecha es sacada de una aljaba para dirigirla en<br />

contra suya.<br />

—¿Quién se esconde ahí? ¡Responda!<br />

Se acaba de tensar el arco que le apunta.<br />

—¡Diga quién es! —luego la voz se dirige hacía la cabaña—. ¡Madre,<br />

suelta a los perros!<br />

La saeta busca al pastor.<br />

—¡Suéltalos, que esperas!<br />

La saeta se desvía cerca de su objetivo, queda un momento inmovilizado<br />

en el aire y luego cae al suelo, ante el estupor de los protagonistas.<br />

—¡Oh, dios mío!<br />

—¡Milagro, hijito, milagro! —dice la recién salida de la cabaña,<br />

que obvió, por motivos sentimentales, dejar libres a una jauría de fieros<br />

perros ovejeros.<br />

Los fenómenos ocurridos con el proyectil, fueron causados por mí.<br />

Gracias a mi voluntad.<br />

¿Milagro? Las circunstancias me han traído hasta aquí, más allá de<br />

mi propia voluntad. Superstición para sus limitadas mientes. Atávico barrunto<br />

escondido en el artificio.<br />

—¡Esto es brujería! —dicen los otros Homo abandonando su oscuro<br />

escondite—. ¡Vámonos!<br />

—¡Brujería! —dicen iniciando una loca carrera, aterrorizados.<br />

Superstición. Atávico barrunto de lo que se ignora. Miedo mismo<br />

por las propias carencias.<br />

—¡Bah, ladrones: huyan, mi dios me protege!<br />

—¡Ah, brujería!<br />

Luego la anciana colmada de instantánea devoción se arrodilla y le<br />

pide a su hijo hacer lo mismo para agradecer a su dios.<br />

—Sí madre, sí. Hagámoslo.<br />

Mientras se prosternan, allá detrás de unas colinas rojas, difuminadas<br />

por la neblina, dos ejércitos rivales se dan tregua. Llegan hasta aquí los<br />

miedosos efluvios de la guerra, en grotescas vaharadas sanguinolentas y<br />

ciegas; servilísimas. Más tarde, sin enterar para nada de mi presencia me<br />

165<br />

R.HUAYNA INGÉNITO

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!