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CAPITULO XII<br />
La serena tranquilidad permite descender al peso de la noche del<br />
soterrado hasta el suelo, hasta que la improvisación empieza a funcionar<br />
dentro de la casualidad. Una pequeña hoguera rojiza crece luego de<br />
encendida en cualquier lugar de un valle rocoso y de poca vegetación. El<br />
fuego ilumina la negra boca de una cueva, obligando a danzar en su interior<br />
las siluetas de los primitivos personajes que lo rodean calentándose<br />
y soasando alimentos sobre las llamas...<br />
Vuelve lo olvidado. Vuelven mis reminiscencias.<br />
¡Sí, con nuevas luces!<br />
Brota una voz conocida, dirigida a mis oídos. Luego, unos alegres<br />
ojos, muy hermosos, se posan en los míos con toda su poesía interna.<br />
—¿Vamos? —pregunta.<br />
¡Melodía de diosa!<br />
Digo sí con un gesto. Y es el momento de deslizar el aplanado<br />
planeador, por la rampa de lanzamiento hacía la límpida superficie del<br />
espejo teletransportador, que tenemos enfrente. En el se ve un lindísimo<br />
cielo celeste, matizado de algodonosas nubes. Muy pronto nos encontramos<br />
volando silenciosamente en ese cielo.<br />
Empezamos a estudiar la amplitud del entorno que se extiende ante<br />
nuestros ojos. En lontananza, hacía nuestra derecha, se aleja una larga<br />
hilera de nubes, enrumbamos en esa dirección. Debajo de ellas encontraremos<br />
corrientes de aire ascendentes.<br />
Es gratificante volar con la casi absoluta carencia de instrumento de<br />
orientación y vuelo. Al volar bajo aquellas nubes, siento que nos elevamos.<br />
Nuestra velocidad de ascenso aumenta en el indicador de altitud.<br />
Pasamos de esta corriente ascendente a otra..., ¡No es posible, tenemos<br />
por delante oscuras nubes de tormenta presagiante! ¡Son extrañas! Hay<br />
algo de anormal en ellas, mejor dicho no deberían de existir en este cielo<br />
ese tipo de nubes. Tengo la sensación de estar volando en cielo equivocado<br />
y se lo hago saber a Isis.<br />
—Tienes razón —responde—. También lo note.<br />
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R.HUAYNA INGÉNITO