Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
R.HUAYNA INGÉNITO<br />
uno de sus gestos y actitudes son una verdadera execración ambulante.<br />
Y sin otro preámbulo, el hirsuto mono, explota con incontenible furia:<br />
—¡Te obligo a decirme, quién eres! ¡Dímelo ya! ¡Me debes obediencia<br />
por estar en mis reinos!... ¡Es una orden!<br />
Silencio.<br />
—¡Entonces me veo obligado a forzártelo!...<br />
Le agrede un torvo frenesí homicida, transformando su rostro en<br />
sombría mascara de ira. Así anticipa, su siguiente acción: Rápido como<br />
los felinos convierte sus manos ¡en mortíferas garras retráctiles! y me<br />
lanza un zarpazo. Lo evito fácilmente. Pudo haberme partido en dos.<br />
Luego esconde astutamente sus manos y toda su intención delictuosa<br />
bajo efluvios de inocencia.<br />
Vuelve a suplicar con resignada iracundia:<br />
—¡Perdóname, te lo ruego! ¡No era mi intención atacarte! ¡No<br />
sucederá otra vez, te lo aseguro!<br />
No hay nada que perdonar. No me siento ofendido en lo mínimo.<br />
No me siento ofendido en nada.<br />
—¡Perdóname, por favor!... ¡Perdóname, te lo ordeno, obedece!<br />
Freno su siguiente zarpazo traicionero cogiéndole de la muñeca con<br />
una de mis manos y con mi otra mano le golpeo el antebrazo. Crujen sus<br />
huesos con espeluznantes alaridos. Retrocede el corpulento hirsuto con<br />
el antebrazo roto y con los ojos dilatados por la incredulidad. Ruge un<br />
improperio explosivo que destroza algunos cristales.<br />
La chusma se ha acercado más reduciendo el espacio circular y<br />
atacan todos a la vez. Salto por sobre ellos, y por sobre sus deformes<br />
cabezas me alejo lo más que puedo, hasta un elevado. Algunos del<br />
infrahumano montón se reponen rápidamente y acometen con salvaje<br />
brío. A todos ellos, con certeros golpes de brazos y piernas, les destrozo<br />
los tórax y las cabezas. Los demás me dan tregua, sigilosos.<br />
—¡A mí! —ruge el membrudo jefe arrancándose el brazo colgante<br />
y arrojándolo lejos de sí—. ¡A mí!<br />
Sigilosos, se le acercan las fantasmales caricaturas. ¡Y empiezan a<br />
reunírsele, como limaduras de hierro a un imán, para conformar un sólo<br />
personaje! Cuando el último se le ha fundido han dado lugar a una abyección<br />
increíble, musculosa y poderosa. El ambiente se satura con hedores<br />
anímicos, intensísimos, tremendos, ubicuos. El nuevo monstruo<br />
está muy seguro de sí mismo, muy seguro de una ilusoria ficción, muy<br />
seguro de nada.<br />
154