08.05.2013 Views

ingénit - Liceus

ingénit - Liceus

ingénit - Liceus

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

R.HUAYNA INGÉNITO<br />

Es odio, concentradísimo y abyecto, con lo que me atenaza. Aumenta<br />

su potencia.<br />

¡Me incendio! Mis interiores arden con castigos lacerantes. Luego<br />

Hoge los combina con el singular orgullo suyo. ¡El colmo del dolor!<br />

—¡Oh, mi cabeza! —ya soy victima de una migraña,<br />

identificablemente ajena, remedada por millones de oleadas de egoísmo<br />

doloroso. El semen putrefacto de su autor no actuaría de otra manera.<br />

Resisto estoicamente, evitando postrarme.<br />

Comprendo que Hoge no tiene la culpa de estos padecimientos<br />

míos. Estuvieron siempre presentes en mi interior, escondidos, esperando<br />

el estímulo apropiado para manifestarse. Me está siendo de muchísima<br />

utilidad, está sacando muchos de mis defectos escondidos al exterior...<br />

Me estoy conociendo.<br />

Un nuevo dolor con palpitos repulsivos de aquelarre lujurioso roe<br />

esta vez mi plexo prostático. Onírica sugerencia, grosera.<br />

—¡Es tiempo de acabar esto! —dice Hoge, gozando del espectáculo<br />

diabólicamente.<br />

Y reúne todas las fuerzas de su infrahumanidad más soez; sobrecarga<br />

desmesuradamente el intrincado micro mecanismo-organismo de<br />

su casco y con un ademán siniestro me lo lanza.<br />

Desde las íntimas profundidades de mi ser la gloria del amor, me<br />

acude presta, manifestada en bellísima luz azul. Desplaza inexorablemente<br />

y poco a poco, la impotencia aterrorizada del odio, lo acosa dentro de<br />

sus infinitos escondites síquicos y destruye inevitablemente. Otra luz ubicua<br />

de sabiduría, áurea, descontamina todas las jaquecas de mi mente<br />

exorante. También dentro de mi mismo, lo ignoto de un fuego rojizo y sus<br />

misterios castos hacen retroceder a la quejumbrosa lujuria hasta muy<br />

dentro de sus antros de silencios gritantes, para destruirlos. Entonces el<br />

ataque de Hoge llega, ya tarde; me he transformado en radiante estrella<br />

microcósmica, nada puede hacerme. Sabe que está fallando.<br />

Al sobrecargar Hoge el letal dispositivo de su casco lo ha<br />

desintegrado, en el que confiaba para triunfar y toda la sinuosa inspiración<br />

sin control se torna contra él. Intenta arrancarse el casco no lo logra<br />

y su cabeza se convierte en una maza de carne, sesos, sangre y huesos<br />

triturados.<br />

Su cuerpo sin vida cae, exhalando una onírica sentencia: ¡ay!, se<br />

reprocha.<br />

El subsuelo se estremece violentamente coincidiendo con su caída.<br />

Hego está muerto pero no acabado totalmente. ¡Esperen!, para acabar<br />

220

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!