08.05.2013 Views

Libro_En_ el_Reinodela_Sal.pdf - Editores Alambique

Libro_En_ el_Reinodela_Sal.pdf - Editores Alambique

Libro_En_ el_Reinodela_Sal.pdf - Editores Alambique

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

me cumplió yo también le cumplí y desde entonces no he vu<strong>el</strong>to a<br />

beber guaro. No fue cuento’, contó, ‘al año pasé por <strong>el</strong> hospital y<br />

los doctores no podían creerlo. Un milagro, decían. Tenían razón.<br />

Mi Diosito es Todopoderoso y quien en Él cree nada le va a faltar,<br />

hermano. Yo les digo que hay que tener fe... ¡Al<strong>el</strong>uya! Bueno,<br />

hermanos y hermanas en nuestro Señor Dios, resulta que al venir<br />

en <strong>el</strong> avión, sin nadie que diera algo por mí, más muerto que vivo,<br />

yo le dije otra vez al Hombre, y de esto hace meses, que si me salvaba<br />

de esa yo iba a volver a la iglesia igual que cualquier otro de<br />

su rebaño... Ya ven, contrario a lo que decían, y a pesar de la barbaridad<br />

de operación que me hizo <strong>el</strong> doctorcillo allá en <strong>el</strong> pueblo,<br />

los médicos de aquí creen que me salvaron. Yo sé que fue mi Dios<br />

<strong>el</strong> que me salvó. Él tiene un plan para mí... para cada uno... ¡Al<strong>el</strong>uya<br />

hermano, al<strong>el</strong>uya hermana!...’<br />

“Varios cierran con fuerza los ojos, como si tuvieran ganas de ir<br />

al baño, o de ser sanados, y dicen: ¡Al<strong>el</strong>uya! ¡Dios es grande!<br />

‘Cuando hace no mucho’, contó <strong>el</strong> hombre embarazado, ‘me encontraron<br />

que <strong>el</strong> tumor se convirtió en maligno, yo le dije al doctor<br />

que le entráramos a las carajadas esas de la quimioterapia y radioterapia,<br />

pero que yo tenía, y tengo, hermanos y hermanas, <strong>el</strong> mejor<br />

tratamiento: Mi Diosito. Le dije al Hombre, Dios, si me salvas de<br />

esta, te prometo que vendo mis cosas y me dedico a predicar tu<br />

bendita y santa palabra... Compañeros, compañeras, véamen. Soy<br />

sólo un humilde ejemplo de la infinita misericordia y amor de nuestro<br />

Padre C<strong>el</strong>estial. Tengan fe, pídanlen. Si no tienen fe, pídanlen<br />

igual. Dios es amorrrr y nada nos faltará si estamos en su Bendita y<br />

Santa Gracia. Si a mí, un humilde pecador, no me ha fallado, no va<br />

a fallarle a ninguno. Claro, que si <strong>el</strong> Hombre cumple uno no puede<br />

fallarle, hay que cumplirle. Tengan fe, hermanitas y hermanitos...’<br />

“No pude más. Mientras decían ¡Al<strong>el</strong>uyas!, se persignaban diez<br />

veces, se tocaban y abrazaban, yo me levanté y me fui a vomitar al<br />

baño. Dicen que se oyó como si estuvieran ahorcando un chancho.<br />

Yo no sé. Sólo recuerdo que esa noche no pude dormir y que no me<br />

volvieron a invitar a ninguna otra reunión. Ni nadie me volvió a decir<br />

que tuviera fe, ni rezaron por mí, sin que al final dejaran de perdonarme.<br />

<strong>En</strong> especial por los ruegos d<strong>el</strong> hombre embarazado.”<br />

Si <strong>el</strong> asunto sale bien, después podríamos darle la última generación<br />

de quimioterapia, cree escuchar que indican. Señor Sandoval,<br />

dice una enfermera, ¿se siente mal?, y le toma <strong>el</strong> pulso y le seca un<br />

extraño sudor frío que de pronto le cubre la cara. Alguien le inyecta<br />

139

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!