08.05.2013 Views

Libro_En_ el_Reinodela_Sal.pdf - Editores Alambique

Libro_En_ el_Reinodela_Sal.pdf - Editores Alambique

Libro_En_ el_Reinodela_Sal.pdf - Editores Alambique

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

quetes, réplicas de cascos. Mesas llenas de antiguos instrumentos de<br />

navegación: sextantes, una pareja de timones de madera, tres o cuatro<br />

compases oxidados, y dos réplicas perfectas de astrolabios. Y en<br />

<strong>el</strong> centro <strong>el</strong> “Onassis” d<strong>el</strong> holandés. Que Sandoval había visto al registrarse<br />

sin ponerle cuidado. Sobre un tablero de vidrio de medio<br />

metro de alto, con dos de largo y un tanto y medio de ancho, emerge<br />

la figura imponente de una perfecta réplica a escala de un galeón de<br />

finales d<strong>el</strong> siglo XVIII.<br />

Elena, se nota que lo ha practicado mucho, explica que en <strong>el</strong><br />

mundo, según <strong>el</strong> dueño, sólo hay dos mod<strong>el</strong>os. Uno lo tiene una Colección<br />

de arte de los Onassis, en Washington. El otro es <strong>el</strong> d<strong>el</strong><br />

hot<strong>el</strong>. El holandés lo compró en Europa y se lo trajo en barco y no<br />

en avión, “para no faltarle <strong>el</strong> respeto”. Es su gran orgullo. El casco,<br />

la arboladura compuesta por ocho mástiles, las anclas, son de madera<br />

original. “De más de doscientos o cuatrocientos años”. La misma<br />

antigüedad d<strong>el</strong> v<strong>el</strong>amen original de más de seis v<strong>el</strong>as largas dobles.<br />

Y de las cientos de diminutas y perfectas cuerdas que unen y sostienen<br />

tal despliegue de paciencia. La cubierta, las puertas de los camarotes,<br />

hasta la despintada pátina de rojos, amarillos y c<strong>el</strong>estes,<br />

que en alguna perdida temporada tiñeron la embarcación, tienen la<br />

contundencia de la más magistral de las artesanías. Igual sucede con<br />

los antiguos instrumentos de navegación: como uñas, o más pequeños,<br />

se despliegan en una perfección estremecedora.<br />

El mod<strong>el</strong>o, con dos metros de largo por más de metro y medio de<br />

alto, hace evidente por qué <strong>el</strong> orgullo d<strong>el</strong> holandés tiene forma de<br />

nave. Si Sandoval hubiera visto aqu<strong>el</strong> trasto en otro momento,<br />

hubiera mostrado su orgullo como si fuera desdén. No iba a darse<br />

por menos, costara lo que costara. El orgullo daría su lugar al tipo<br />

de envidia sorda que envenena transparente. La que por lo regular le<br />

da. Habría terminado más que admirando la copia, codiciándola. Y<br />

eso que en su caso la avaricia surge como desprecio. Ahora, sin embargo,<br />

más allá de lo impresionante d<strong>el</strong> trabajo manual, tanto deseo<br />

de tener la copia de una ilusión tan gastada le da risa. De la sorda.<br />

De la que sale de medio lado.<br />

XVIII<br />

Por esa época <strong>el</strong> calor era espeso con sólo <strong>el</strong> sol se asomara. Las noches<br />

en cambio eran muy frescas. Con <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o estr<strong>el</strong>lado. Como si<br />

alguien hubiera aporreado un panal de chispas. Aunque en ocasiones<br />

llovía a cualquier hora. Sandoval construyó su casa detrás de<br />

46

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!