08.05.2013 Views

Libro_En_ el_Reinodela_Sal.pdf - Editores Alambique

Libro_En_ el_Reinodela_Sal.pdf - Editores Alambique

Libro_En_ el_Reinodela_Sal.pdf - Editores Alambique

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

cuarto. Ni que llegó a saberse de memoria las hojas escritas que él<br />

había dejado en la habitación d<strong>el</strong> hot<strong>el</strong>. No se enteró que fue como si<br />

a Elena le pegaran con un costal de semillas, al enterarse que La Negra<br />

había muerto. Fue a una semana de que él se marchara. Cuando<br />

manchas de pericos cortaron en dos la época lluviosa que acostumbraba<br />

hacer por aqu<strong>el</strong>las lejanías. Dejó de llover por tres semanas y<br />

sólo hasta que los pájaros se fueron, en la misma ráfaga en la que<br />

llegaron, volvió a venirse <strong>el</strong> agua. Y con <strong>el</strong>la reaccionó Elena a las<br />

amenazas finales de sus padres. Si no comía, se levantaba y p<strong>el</strong>eaba<br />

por su vida, tendrían que internarla. Ella no tenía fuerza para oponerse.<br />

Todavía no. Por eso comenzó a escribir, y a comer.<br />

El memorando hecho en <strong>el</strong> bufete cae. La claridad d<strong>el</strong> sol, que se<br />

cu<strong>el</strong>a como un filazo por la ventana de arriba, lo hace ver una hoju<strong>el</strong>a<br />

de luz que carcome la nada de su cuarto. Lo toma. Lo desdobla<br />

mientras vu<strong>el</strong>ve a ver las hojas impresas. Ignora que al terminar de<br />

leer los retazos de la historia que le acaban de mandar, y que pronto<br />

ordenará en carpetas de colores, <strong>el</strong>la llegará a estar de acuerdo en<br />

que <strong>el</strong> viejo Sandoval fue “<strong>el</strong> único en la familia que mereció morir”.<br />

Algún día, al ver hacia atrás, podrá ordenar y escribir acerca de<br />

lo que pasó. Lo haría con su Sandoval, a pesar de que compartieron<br />

una astilla de tiempo. Elena comenzaría a escribir otra cosa, antes de<br />

sumergirse por entero en su propio mundo, desentendiéndose casi<br />

por completo d<strong>el</strong> externo. Semejante a lo que pasó con los Sandovales,<br />

por distintas razones, y que los demás confundieron con locura.<br />

Lo haría a partir de un sueño, que desde esa misma noche no la<br />

abandonaría ni en <strong>el</strong> último suspiro. Ser perseguida, en la noche más<br />

oscura, fría y lluviosa, por una silueta alta en un abrigo y un gran<br />

sombrero negros y con <strong>el</strong> escalofriante rostro de una iguana.<br />

Ahora, la muchacha apenas se entera que garabatea en <strong>el</strong> primer<br />

cuaderno lo que llegaría a llamarse “<strong>En</strong> <strong>el</strong> reino de la sal”, antes de<br />

haber pasado por “Sandoval”, “Calle Sandoval”, “El señor de las<br />

piedras”, “Calle Lara”, cuando alguna vez pensó en cambiar <strong>el</strong> ap<strong>el</strong>lido<br />

y <strong>el</strong> feto dio las primeras patadas en su panza:<br />

—A veces lo que nos queda de digno es encerrarnos donde no<br />

llegue ninguno, ni se pueda salir, ni logre nadie, en particular uno,<br />

robarse <strong>el</strong> lugar donde nada puede derrotar. Sobrevivir… en especial<br />

de sí mismo.<br />

Ahora, no tiene la menor idea de lo que descubrirá acerca de <strong>el</strong>la.<br />

Por <strong>el</strong> momento sólo entiende que “su Sandoval” no debió irse sin<br />

saberlo. Si bien se trató de un accidente, un descuido en realidad y<br />

no hubo una historia detrás de <strong>el</strong>los, habría merecido saberlo. Por lo<br />

bueno que lo pasaron. Porque en otras circunstancias... La mucha-<br />

142

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!