Libro_En_ el_Reinodela_Sal.pdf - Editores Alambique

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Oh love, you were a sickly child And how the wind knocked you down Put on your spurs, swagger around In the desperate kingdom of love Holy water cannot help you now Your mysterious eyes cannot help you Selling your reason will not bring you through The desperate kingdom of love There's another who looks from behind your eyes I learn from you how to hide From the desperate kingdom of love At the end of this burning world You'll stand proud, face upheld And I'll follow you, into Heaven or Hell And I'll become, as a girl In the desperate kingdom of love. The Desperate Kingdom Of Love P. J. Harvey. 154
EN EL REINO DE LA SAL, se imprimió en los talleres de Mundo Gráfico con un tiraje de 300 ejemplares numerados, en papel editor de 20 gramos y cartulina C 12, en marzo del 2008. 158
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Este trabajo está licenciado bajo
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CR861.6 Venegas Castaing, Jorge Art
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I El polvo forma pequeños remolino
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hubiera permitido. Comenzaba a suda
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sa y cierta envidia, por lo joven q
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“sus tierras”, que pronto recla
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paba plata, sed, piel, cualquier co
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una casa pequeña y sencilla en alg
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mordedura del sol. Como nadie se se
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tranquilos según el orden del asie
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—Por favor, si es tan amable me f
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que dejara botados en la universida
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XII La mujer es pequeña, de las bl
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conocida para ambas. Asco, rabia, v
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Por fin, los vidriosos ojos del jef
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El griterío lo interrumpe, y aunqu
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las piernas con una firmeza inneces
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ida, oiría de aquella bestia human
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lo: La Negra. Elena misma, quien la
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comenzó a encontrar cada vez más
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a averiguar la historia del otro Sa
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XVII Esa mañana Sandoval pudo recl
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dos gigantescos y frondosos árbole
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la compañía. Unos lloraron, menos
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más rápido. Arrimado al borde, ge
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lamen el destilador. Parece un bich
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terales y una, no, dos torres centr
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Resuelve: El Senado del Estado de S
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—¿Y ésas? —y señala el frasq
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decirlo, pues es idea mía, contamo
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gemelillos. Y esos sí que no cabí
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cano futuro de muerto, se vuelve ta
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Ella se quita los lentes, los coloc
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tro novedoso PROGRAMA PERSONALIZADO
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y ladeaban la mirada. Sólo hasta q
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ción de su calle. Se apeó de la h
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altad era la sobadera de horas que
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nal, al tiempo que dejaba escapar u
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hizo a los esbirros del político,
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XXXVII Luego de que avisaron del ho
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Aquella actitud, su desobediencia,
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ciones Internacionales sólo lo dab
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los pequeños antes de cerrar los o
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mismo, sólo que en su caso rápido
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quiso oír más, una vez que tuvo e
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truco una conserje y los cinco prof
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lecciones, fueron muchas las ocasio
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hacerse cargo de la recién nacida.
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de mí, sé que usted no es de esas
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para la otra tierra que nos faltaba
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Page 107 and 108: siempre, hasta relucía en la oscur
Page 109 and 110: abogado lo tiene sin cuidado entend
Page 111 and 112: pujó un poco más de lo debido y l
Page 113 and 114: Mientras el abogado va a hacer sus
Page 115 and 116: alforjas de su bestia, recubiertas
Page 117 and 118: maban al guaro del ranchón. Con la
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Page 121 and 122: evisar cuentas, vigilar el local y
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Page 125 and 126: en la iglesia. Ella queda hecha una
Page 127 and 128: nocida y esperada.) “Cuando la ma
Page 129 and 130: herencia. No entiendo mucho, ni me
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Page 137 and 138: gruesos anillos contra la baranda d
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Page 153: La verdad no es artefacto, ni se co
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