DEL MODERNISMO A LA VANGUARDIA: «CERVANTES. REVISTA ...

COMEDIA Y LOA INÉDITAS DE LA GRAN PASTORAL DE ARCADIA 185
Junto a la fascinación visual y a la suspensión del verso (y aparte el placer mtelectual
del enmarañamiento y desenlace), el público de la comedia buscaba algo
más: la carcajada. Pensemos simplemente en la larga serie de pasos cómicos y
farsescos intercalados en las representaciones de los autores-actores, o en la solución
institucionalizada por la comedia barroca mediante la figura del donaire (cuyo
embrión pastorilizado hallamos en el «pastor burlón» del texto que comentamos).
La bucólica escémca de fines del XVI recupera para este fin una figura gestada en
los albores del siglo por los dramaturgos de la escuela salmantina: la del pastor zafio
y ridículo, inconsciente de su propia comicidad. En nuestra representación, el recuerdo
de la convención está fuera de toda duda: el personaje carece de nombre y
se le designa por la denominación del tipo: pastor-bobo. Los «muchachos» que ríen
(y nos hacen reír) a su costa reproducen ceñidamente la conducta de los estudiantes
del Aucto del repelón, del primer Enzma. Este tipo de pastor ridículo e ignorante
persistirá en las comedias pastoriles de Lope, al tiempo que engendrará una pareja
de gran éxito en la comedia de ambiente rústico del s. XVII: la de los alcaldes villanos.
3. CONCLUSIÓN
Notábamos arriba que, concebido este escrito como una sucinta presentación del
texto cuya transcripción adjuntamos, nos había parecido oportuno ceñirnos a la discusión
de solo dos aspectos: su ubicación temporal y su adscripción genérica. Respecto
del primero, los indicios derivados de la observación de la extensión y segmentación
de la comedia, de la índole de su argumento, de la alusión a la pugna
entre teatro nacional e italianizante contenida en la loa, la abundancia de personajes
y la generosidad de la acotación, así como las características métricas, nos invitan a
formular una hipótesis de datación que sitúa su composición entre los años 1585
y 1590.
Por lo referido al contexto genérico, hemos procurado mostrar que la combinación
de los paradigmas de la comedia de fin de siglo y de la bucólica dramática no
es suficiente para desvelar las claves de lectura de la obra que presentamos, a no
ser que tengamos en cuenta la evolución sufrida por el segundo de aquellos términos
durante el siglo XVI. Desde este punto de vista, hemos destacado dos elementos
centrales en la comedia que sólo el aludido proceso de transformación explica:
la presencia de la intriga como componente dominante en su estructura y el asentamiento
de la materia cómico-novelística en su nivel temático.
Pero si estos factores contribuyen, entre otros, a la disolución de la comedia
pastoril en la comedia urbana de enredo amoroso, favoreciendo la pérdida de identidad
y la muerte del género, otros rasgos preservan CIertas marcas de reconocmuento
del drama bucólico antes del 1600, al tiempo que constituyen ingredientes aprovechados
en ciertos niveles y grupos de la comedia posterior. La gran pastoral de
Arcadia ofrece la pauta de lo que encontraremos después en las pastoriles de Lope:
el pintoresquismo rústico profusamente usado con fines de efectismo visual; la lengua
garcilasista como tesoro mostrado en momentos de exhibicionismo expresivo y
de tensión lírica; el rústico zafio de estirpe salmantina como víctima fácil de la
carcajada burlona del público. El primero y el último de estos componentes permanecen,
ligeramente adaptados al nuevo y afín contexto, en las comedias campesinas