CAPÍTULO XXXI - iglesia bautista getsemani de montreal
CAPÍTULO XXXI - iglesia bautista getsemani de montreal
CAPÍTULO XXXI - iglesia bautista getsemani de montreal
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
a afectar nuestro <strong>de</strong>stino eterno, pero no mediante la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> si será en el cielo o en<br />
el infierno, sino <strong>de</strong>cidiendo lo que nos suce<strong>de</strong>rá en el reino <strong>de</strong> la gloria. No se nos dan<br />
más <strong>de</strong>talles acerca <strong>de</strong> esto en la Biblia, pero se enseña clara y específicamente que hay<br />
un juicio <strong>de</strong> los creyentes.<br />
Se encuentra también en Calatas 6:5 "Porque cada uno llevará su propia carga".<br />
Esto alu<strong>de</strong> al mismo juicio, "Sobrellevad los unos las cargas <strong>de</strong> los otros, y cumplid así<br />
la ley <strong>de</strong> Cristo!' Pero también "Cada uno llevará su propia carga"; cada uno <strong>de</strong> nosotros<br />
es responsable <strong>de</strong> su propia vida, por su propia conducta. Tampoco esto, y permítanme<br />
enfatizarlo otra vez, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> nuestro <strong>de</strong>stino eterno, pero va a constituir una diferencia, es<br />
un juicio <strong>de</strong> nuestra vida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que llegamos a ser cristianos. Luego está esa afirmación<br />
conmovedora <strong>de</strong> 2 Timoteo 1:16-18, don<strong>de</strong>, al referirse a Onesíforo, Pablo da gracias a<br />
Dios por este hombre que había sido tan bondadoso con él cuando estuvo en prisión.<br />
Esto es lo que pi<strong>de</strong> para él: "Concédale el Señor que halle misericordia cerca <strong>de</strong>l Señor<br />
en aquel día"; en aquel día en que se va a juzgar, que el Señor tenga misericordia <strong>de</strong> él.<br />
Y en Apocalipsis 14:13 encontramos la afirmación respecto a todos los que mueren en<br />
el Señor: "Bienaventurados <strong>de</strong> aquí en a<strong>de</strong>lante los muertos que mueren en el Señor...;<br />
sus obras con ellos siguen!' Nuestras obras nos siguen.<br />
La principal razón por la que los cristianos no <strong>de</strong>ben juzgar, es la <strong>de</strong> no ser<br />
ju/gados por el Señor. Le veremos como Él es; no encontraremos con Él, y se emitirá el<br />
juicio. Si en esa ocasión no queremos ser avergonzados, como dice Juan (1Jn. 2:28),<br />
seamos cuidadosos ahora. Si queremos tener 'confianza en el día <strong>de</strong>l juicio', entonces<br />
tengamos cuidado <strong>de</strong> cómo vivimos aquí ahora. Si juzgamos, seremos juzgados en<br />
función <strong>de</strong> ese mismo juicio. Aquí tenemos pues, algo que nunca <strong>de</strong>bemos per<strong>de</strong>r <strong>de</strong><br />
vista. Aunque seamos cristianos, y estemos justificados por fe, y tengamos seguridad <strong>de</strong><br />
la salvación, y sepamos que vamos al cielo, todavía estamos sometidos a ese juicio aquí<br />
en la vida, y también <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esta vida. Es la enseñanza clara <strong>de</strong> la Biblia. Está<br />
sintetizada aquí, en la primera afirmación <strong>de</strong> nuestro Señor en esta sección <strong>de</strong>l Sermón<br />
<strong>de</strong>l Monte: "No juzguéis, para que no seáis juzgados!' No es simplemente que si uno no<br />
quiere que los otros hagan críticas <strong>de</strong> uno tampoco se <strong>de</strong>ben <strong>de</strong>cir cosas críticas <strong>de</strong> ellos.<br />
Eso está bien; es cierto. Pero es mucho más importante el hecho <strong>de</strong> que uno se está<br />
exponiendo a sí mismo a juicio, y que habrá que respon<strong>de</strong>r por estas cosas. Uno no<br />
pier<strong>de</strong> la salvación, pero es evi<strong>de</strong>nte que va a per<strong>de</strong>r algo.<br />
Esto nos conduce a la segunda razón que nuestro Señor presenta para no juzgar.<br />
Se encuentra en el versículo 2: "Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y<br />
con la medida con que medís, os será medido". Po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir esto en forma <strong>de</strong><br />
principio. La segunda razón para no juzgar es que, si lo hacemos, no sólo provocamos<br />
juicio contra nosotros mismos, sino que también establecemos la pauta para nuestro<br />
propio juicio —"Con la medida con que medís, os será medido!' Tampoco aquí significa<br />
simplemente lo que otros nos pue<strong>de</strong>n hacer a nosotros. Decimos que al hombre siempre<br />
se le paga con su propia moneda, y esto es verdad. Los que se preocupan mucho por<br />
examinar e investigar a los otros, y hablan acerca <strong>de</strong> los más mínimos <strong>de</strong>fectos que<br />
encuentran en ellos, se sorpren<strong>de</strong>n a menudo cuando esas mismas personas los juzgan a<br />
ellos. No lo pue<strong>de</strong>n enten<strong>de</strong>r, pero son juzgados con su propia medida.<br />
Pero no po<strong>de</strong>mos contentarnos con esto; esta afirmación significa algo más, y así<br />
lo dice la Biblia. Nuestro Señor en realidad <strong>de</strong>clara que Dios mismo, en este juicio que<br />
hemos venido <strong>de</strong>scribiendo, nos juzgará según nuestra propia medida.<br />
Veamos algunos textos bíblicos que refrendan esta interpretación. Consi<strong>de</strong>remos<br />
la afirmación <strong>de</strong> nuestro Señor que se contiene en Lucas 12, don<strong>de</strong> habla acerca <strong>de</strong><br />
'cosas dignas <strong>de</strong> azotes' o 'ser azotado poco', y dice "a todo aquel a quien se haya dado<br />
mucho, mucho se le <strong>de</strong>mandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá"