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CAPÍTULO XXXI - iglesia bautista getsemani de montreal

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así, pero así lo hacían, y lo convirtieron en una parte vital <strong>de</strong> su religión. Siempre existe la<br />

ten<strong>de</strong>ncia, entre ciertas clases <strong>de</strong> personas religiosas, <strong>de</strong> ir más allá <strong>de</strong> la Biblia, y ésta es la<br />

posición que adoptaron los fariseos.<br />

Si examinamos la enseñanza <strong>de</strong> nuestro Señor, encontramos que, si bien nunca enseñó el<br />

ayuno <strong>de</strong> forma directa, sí lo hizo <strong>de</strong> forma indirecta. En Mateo 9 nos dice que se le formuló una<br />

pregunta específica acerca <strong>de</strong>l ayuno. Le dijeron, "¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos<br />

muchas veces, y tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: ¿Acaso pue<strong>de</strong>n los que están <strong>de</strong> bodas<br />

tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días en que el esposo les será<br />

quitado y entonces ayunarán!' Me parece que en este pasaje, en forma muy clara, está implícita la<br />

enseñanza <strong>de</strong>l ayuno y casi diría la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l mismo. Es evi<strong>de</strong>nte, <strong>de</strong> todos modos, que nunca<br />

lo prohibió. De hecho, la enseñanza que estamos examinando en este momento obviamente<br />

implica la aprobación <strong>de</strong>l mismo. Lo que dice es, "cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu<br />

rostro", <strong>de</strong> manera que, naturalmente, era algo que nuestro Señor consi<strong>de</strong>raba como justo y<br />

bueno para los cristianos. Y recor<strong>de</strong>mos que Él mismo ayunó cuarenta días y cuarenta noches<br />

cuando estuvo en el <strong>de</strong>sierto sometido a la tentación <strong>de</strong>l diablo.<br />

Luego, pasando <strong>de</strong> la enseñanza y práctica <strong>de</strong> nuestro Señor a las <strong>de</strong> la <strong>iglesia</strong> primitiva,<br />

vemos que fue algo que los apóstoles practicaron. En la <strong>iglesia</strong> <strong>de</strong> Antioquia, cuando enviaron a<br />

Pablo y a Bernabé a su viaje apostólico, lo hicieron sólo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberse <strong>de</strong>dicado a la<br />

oración y al ayuno. De hecho, la <strong>iglesia</strong> primitiva, ante cualquier ocasión importante o ante la<br />

necesidad <strong>de</strong> tomar una <strong>de</strong>cisión vital, parecía practicar siempre, no sólo la oración, sino también<br />

al ayuno. El apóstol Pablo, al referirse a sí mismo y a su vida, habla acerca <strong>de</strong> haber ayunado a<br />

menudo. Fue claramente algo que formó parte regular <strong>de</strong> su vida. Los que se interesan por la<br />

crítica textual, recordarán que en Marcos 9:29, se cita a nuestro Señor diciendo: "Este género con<br />

nada pue<strong>de</strong> salir, sino con oración y ayuno!' Es probablemente acertado <strong>de</strong>cir que la palabra 'ayuno'<br />

<strong>de</strong>bería eliminarse <strong>de</strong> acuerdo con los mejores documentos y manuscritos; pero esto no tiene<br />

importancia en cuanto al punto en general, porque poseemos todas las otras enseñanzas que<br />

muestran muy claramente que el Nuevo Testamento inculca, en forma concreta, el ayuno como<br />

algo a<strong>de</strong>cuado y valioso. Y cuando examinamos la historia <strong>de</strong> la <strong>iglesia</strong>, encontramos<br />

exactamente lo mismo. Los santos <strong>de</strong> Dios <strong>de</strong> todas las épocas y en todos los lugares no sólo han<br />

creído en el ayuno, sino que lo han practicado. Así fue en el caso <strong>de</strong> los Reformadores<br />

protestantes, así fue en el caso <strong>de</strong> los Wesleys y Whitefield. He <strong>de</strong> admitir que lo practicaron<br />

más, antes <strong>de</strong> que se hubieran convertido <strong>de</strong> verdad; pero siguieron ayunando también <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> su conversión. Y quienes conocen la vida <strong>de</strong> este gran cristiano chino, el pastor Hsi <strong>de</strong> China,<br />

recordarán que cuando se hallaba ante alguna dificultad, o problema nuevo o excepcional,<br />

invariablemente ayunaba a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> orar. El pueblo <strong>de</strong> Dios ha creído que el ayuno no solamente<br />

es bueno, sino que es <strong>de</strong> gran valor e importancia bajo ciertas condiciones.<br />

Si éstos son, pues, los antece<strong>de</strong>ntes históricos, examinemos ahora este asunto <strong>de</strong> una<br />

forma un poco más directa. ¿Qué es exactamente el ayuno? ¿Cuál es su propósito? No cabe duda<br />

<strong>de</strong> que, en último término, es algo que se basa en la comprensión <strong>de</strong> la relación entre cuerpo y<br />

espíritu. El hombre es cuerpo, mente y espíritu, los cuales están íntimamente relacionados ente sí<br />

y actúan estrechamente el uno sobre el otro. Los distinguimos porque son diferentes, pero,<br />

<strong>de</strong>bido a esa mutua relación e interacción, no <strong>de</strong>bemos separarlos. No hay duda <strong>de</strong> que los<br />

estados y condiciones corporales físicos influyen en la actividad <strong>de</strong> la mente y <strong>de</strong>l espíritu, <strong>de</strong><br />

modo que el ayuno <strong>de</strong>be consi<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esta relación peculiar <strong>de</strong> cuerpo, mente y<br />

espíritu. Por lo tanto, el ayuno significa abstinencia <strong>de</strong> comida con fines espirituales. Esta es la<br />

noción bíblica <strong>de</strong>l ayuno que <strong>de</strong>be distinguirse <strong>de</strong> la puramente física. La noción bíblica <strong>de</strong>l

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