13.06.2013 Views

CAPÍTULO XXXI - iglesia bautista getsemani de montreal

CAPÍTULO XXXI - iglesia bautista getsemani de montreal

CAPÍTULO XXXI - iglesia bautista getsemani de montreal

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

esto. La preocupación acerca <strong>de</strong>l futuro es completamente inútil y vana; no consigue<br />

absolutamente nada. Somos muy lentos en ver esto; y sin embargo ¡cuan verda<strong>de</strong>ro es! De hecho,<br />

po<strong>de</strong>mos ir más allá y <strong>de</strong>cir que la preocupación nunca sirve para nada. Esto se ve con<br />

especial claridad cuando uno mira hacia el futuro. Aparte <strong>de</strong> otras cosas, es un simple<br />

<strong>de</strong>sperdicio <strong>de</strong> energía porque, por mucho que uno se preocupe, no se pue<strong>de</strong> hacer nada respecto<br />

al mismo. De cualquier modo, las catástrofes que se ciernen son imaginarias; no son ciertas,<br />

quizá nunca suce<strong>de</strong>rán.<br />

Pero sobre todo, dice nuestro Señor, ¿no podéis ver que en un sentido, estáis hipotecando<br />

el futuro al preocuparos por él en el presente? En realidad, el resultado <strong>de</strong> preocuparse por el<br />

futuro es que uno se paraliza en el presente; está disminuyendo su eficiencia respecto al día <strong>de</strong><br />

hoy, y con ello reduce toda su eficacia respecto a ese futuro al que habrá que llegar. En otras<br />

palabras, la preocupación es algo que se <strong>de</strong>be a un fracaso absoluto en enten<strong>de</strong>r la naturaleza <strong>de</strong><br />

la vida en este mundo. Nuestro Señor parece <strong>de</strong>scribir la vida así. Como resultado <strong>de</strong> la Caída y<br />

<strong>de</strong>l pecado siempre hay problemas en la vida, porque cuando el hombre cayó, se le dijo que en<br />

a<strong>de</strong>lante iba a vivir y a comer el pan "con el sudor <strong>de</strong> su frente". Ya no estaba en el Paraíso, ya<br />

no podía limitarse a tomar los frutos y a vivir una vida fácil y placentera. Como resultado <strong>de</strong>l<br />

pecado, la vida en este mundo se ha convertido en tarea. El hombre tiene que esforzarse y<br />

enfrentarse con pruebas y problemas. Todos sabemos esto, porque todos estamos sometidos a las<br />

mismas tribulaciones y pruebas.<br />

La gran pregunta es, ¿cómo hacerles frente? Según nuestro Señor, lo vital es no <strong>de</strong>dicar<br />

los días <strong>de</strong> la existencia a aumentar la suma total <strong>de</strong> todo lo que nos vaya a suce<strong>de</strong>r durante toda<br />

la vida que pasemos en este mundo. Si uno hace esto, será aplastado. Ésta no es la forma. Antes<br />

bien, hay que pensar en ello <strong>de</strong> esta manera. Hay, por así <strong>de</strong>cirlo, una cantidad diaria <strong>de</strong><br />

problemas y dificulta<strong>de</strong>s en la vida. Cada día tiene sus problemas; algunos <strong>de</strong> ellos son<br />

constantes día tras día; algunos varían. Pero lo importante es caer en la cuenta <strong>de</strong> que cada día ha<br />

<strong>de</strong> vivirse por sí mismo y por sí mismo como una unidad. He aquí la cantidad asignada para hoy.<br />

Muy bien; <strong>de</strong>bemos hacerle frente; y ya nos ha dicho cómo <strong>de</strong>bemos hacerlo. No <strong>de</strong>bemos ir más<br />

allá y ocuparnos hoy <strong>de</strong> la cantidad asignada para mañana, porque así podría resultar <strong>de</strong>masiado.<br />

Debemos tomar las cosas día a día. Recordarán que nuestro Señor se enfrentó a sus discípulos<br />

cuando trataron <strong>de</strong> disuadirle para que no fuera a la poco amistosa Ju<strong>de</strong>a, a la casa en que Lázaro<br />

yacía muerto. Le indicaron las posibles consecuencias, y cómo podía conducirle a la muerte. La<br />

respuesta que les dio fue "¿No tiene el día doce horas?" Hay que vivir las doce horas y no más.<br />

He aquí la cantidad asignada para hoy; muy bien, hagámosle frente y ocupémonos <strong>de</strong> ello. No<br />

pensemos en el mañana. Mañana tendrá su propia cantidad asignada, pero entonces ya será<br />

mañana y no hoy.<br />

Es muy fácil tratar esto solamente a este nivel y es muy tentador limitarse a ello. Esto es<br />

lo que se podría llamar, si se prefiere, psicología. No la así llamada nueva psicología sino la vieja<br />

psicología <strong>de</strong> la vida que el género humano ha venido practicando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio. Es psicología<br />

muy profunda; es la esencia <strong>de</strong>l sentido común y <strong>de</strong> la sabiduría, puramente en el nivel<br />

humano. Si uno quiere pasar por la vida sin paralizarse y agobiarse y quizá per<strong>de</strong>r la salud y el<br />

control <strong>de</strong> los nervios, éstas son las reglas cardinales. No cargar con el ayer o el mañana; vivir<br />

para el día <strong>de</strong> hoy y para las doce horas en las que uno se encuentra. Es muy interesante advertir,<br />

al leer biografías, cuántos hombres han fracasado en la vida por no haber hecho esto. La mayor<br />

parte <strong>de</strong> los hombres que han triunfado en la vida se han caracterizado por esta capacidad<br />

magnífica <strong>de</strong> olvidarse <strong>de</strong>l pasado. Han cometido errores. "Bien —dicen—, los he cometido y ya<br />

no tienen remedio. Si pensara en ellos por el resto <strong>de</strong> mi vida no cambiaría las cosas. No voy a

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!