CAPÍTULO XXXI - iglesia bautista getsemani de montreal
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oraciones que se mencionan en la Biblia, comienzan por una invocación. No importa lo<br />
<strong>de</strong>sesperada que sea la circunstancia; no importa el problema específico en el que se encuentren<br />
los que oran. De forma variable comienzan con esta adoración, con esta invocación.<br />
Un ejemplo maravilloso <strong>de</strong> esto se encuentra en el capítulo 9 <strong>de</strong> Daniel. El profeta, lleno<br />
<strong>de</strong> una angustia terrible, ora a Dios. Pero no comienza <strong>de</strong> inmediato con su petición; comienza<br />
alabando a Dios. Jeremías, también perplejo, hace lo mismo. Ante la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> que compre un pedazo<br />
<strong>de</strong> tierra en un país al parecer con<strong>de</strong>nado, Jeremías se quedó sin enten<strong>de</strong>rlo; le parecía<br />
totalmente equivocado. Pero no se precipita a la presencia <strong>de</strong> Dios sólo para <strong>de</strong>cirle esto;<br />
comienza adorando a Dios. Y lo mismo se encuentra en todas las oraciones <strong>de</strong> la Biblia. De<br />
hecho, incluso se ve en la gran oración sacerdotal <strong>de</strong> nuestro Señor mismo, recogida en Juan 17.<br />
También se recordará lo que Pablo escribió a los filipenses. Dice, "por nada estéis afanosos, sino<br />
sean conocidas vuestras peticiones <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> Dios en toda oración y ruego, con acción <strong>de</strong><br />
gracias" (Fil. 4:6). Éste es el or<strong>de</strong>n: siempre hay que empezar con una invocación aun antes <strong>de</strong><br />
pensar en la petición; y en esta oración mo<strong>de</strong>lo se nos expone, <strong>de</strong> una vez por todas, dicha<br />
enseñanza.<br />
Tomaría <strong>de</strong>masiado tiempo explicar cómo me gustaría que se entendiera el significado <strong>de</strong><br />
esta afirmación. 'Padre Nuestro'. Permítaseme <strong>de</strong>cirlo <strong>de</strong> una forma que podría parecer<br />
dogmática: sólo los que son verda<strong>de</strong>ros creyentes en e1 Señor Jesucristo pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>cir, 'Padre<br />
Nuestro'. Sólo aquellos a quienes se aplican las Bienaventuranzas pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>cir con confianza,<br />
'Padre Nuestro'. Yo sé que hoy día esta doctrina no es popular, pero es la doctrina <strong>de</strong> la Biblia. El<br />
mundo <strong>de</strong> hoy cree en la paternidad universal <strong>de</strong> Dios y en la hermandad universal <strong>de</strong> los hombres.<br />
Esto no se encuentra en la Biblia. Fue nuestro Señor quien dijo a ciertos judíos religiosos<br />
que eran <strong>de</strong> su 'padre el diablo', y no hijos <strong>de</strong> Abraham, hijos <strong>de</strong> Dios. Sólo a 'los que le<br />
recibieron' les da el <strong>de</strong>recho (la autoridad) '<strong>de</strong> ser hechos hijos <strong>de</strong> Dios'.<br />
"Pero —dirá alguno— ¿qué quiere <strong>de</strong>cir Pablo cuando afirmó, 'linaje suyo somos'?<br />
¿Acaso no significa esto que todos nosotros somos hijos suyos y que E 1 es el Padre Universal?"<br />
Bien, si se analiza este pasaje, se verá que Pablo habla <strong>de</strong> Dios como Creador <strong>de</strong> todas las cosas<br />
y <strong>de</strong> todas las personas, que Dios, en ese sentido, ha dado vida y ser a todo lo existente (Hch.<br />
17). Pero ese no es el significado <strong>de</strong> Dios como Padre en el sentido en el que Pablo lo emplea en<br />
otros pasajes, aplicado a los creyentes, ni tampoco en el sentido en el que, como hemos visto, lo<br />
utiliza nuestro Señor mismo. La Biblia distingue claramente entre los que pertenecen a Dios y los<br />
que no le pertenecen. Se pue<strong>de</strong> ver en la Oración Sacerdotal <strong>de</strong>l Señor en Juan 17:9; "Yo ruego<br />
por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son!' Es una distinción<br />
absoluta, total; sólo aquellos que están en el Señor Jesucristo son verda<strong>de</strong>ramente los hijos <strong>de</strong><br />
Dios. Pasamos a ser hijos <strong>de</strong> Dios sólo por adopción. Nacemos 'hijos <strong>de</strong> ira', 'hijos <strong>de</strong>l diablo',<br />
'hijos <strong>de</strong> este mundo'; y hemos <strong>de</strong> ser sacados <strong>de</strong> ese reino y transferidos a otro reino antes <strong>de</strong><br />
po<strong>de</strong>r llegar a ser hijos <strong>de</strong> Dios. Pero si creemos verda<strong>de</strong>ramente en el Señor Jesucristo, somos<br />
adoptados en la familia <strong>de</strong> Dios, y recibimos "el Espíritu <strong>de</strong> su Hijo, el cual clama: ¡Abba,<br />
Padre!".<br />
Al hombre <strong>de</strong>l mundo no le gusta esta doctrina. Dice que todos somos hijos <strong>de</strong> Dios; y sin<br />
embargo, en su corazón se alberga odio hacia Dios, y cuando, <strong>de</strong>sesperado, ora a Dios no tiene<br />
confianza <strong>de</strong> que está hablando con su Padre. Siente que Dios es alguien que está en contra <strong>de</strong> él.<br />
Habla acerca <strong>de</strong> la paternidad <strong>de</strong> Dios, pero no ha recibido el Espíritu <strong>de</strong> adopción. Sólo el que<br />
está en Cristo conoce esto.<br />
Así pues, cuando nuestro Señor dice, 'Padre Nuestro', obviamente piensa en el pueblo<br />
cristiano, y por eso digo que esta oración es una oración cristiana. Cualquiera pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir, 'Padre