CAPÍTULO XXXI - iglesia bautista getsemani de montreal
CAPÍTULO XXXI - iglesia bautista getsemani de montreal
CAPÍTULO XXXI - iglesia bautista getsemani de montreal
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
ser un necio, voy a <strong>de</strong>jar que el pasado entierre sus propios muertos." El resultado es que cuando<br />
toman una <strong>de</strong>cisión no pasan la noche preocupándose acerca <strong>de</strong> ella <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberla tomado.<br />
Por otra parte, el hombre que no pue<strong>de</strong> evitar volver una y otra vez al pasado se mantiene<br />
<strong>de</strong>spierto diciendo, "¿Por qué hice esto?" Y así mina su energía nerviosa, y se <strong>de</strong>spierta <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> un sueño quebrantado, cansado e incapaz para nada. Como consecuencia <strong>de</strong> ello comete más<br />
errores, con lo cual completa el círculo vicioso <strong>de</strong> la preocupación, diciendo, "si cometo estos<br />
errores ahora, ¿qué pasará la semana próxima?" El pobre hombre ya está <strong>de</strong>rrotado.<br />
La respuesta <strong>de</strong> nuestro Señor a todo esto es la siguiente. No seamos necios, no<br />
malgastemos la energía, no pasemos el tiempo preocupándonos por lo que ha pasado, o por el<br />
futuro; he aquí el día <strong>de</strong> hoy, vivámoslo al máximo hoy. Pero claro que no <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>tenernos<br />
en ese nivel. Nuestro Señor no lo hace así. Debemos tomar esta afirmación en el contexto <strong>de</strong> su<br />
enseñanza. Por ello, una vez que se ha reflexionado acerca <strong>de</strong> ello en el ámbito natural, y una vez<br />
que se ha visto la sabiduría básica <strong>de</strong> eso, pasamos a ver que <strong>de</strong>bemos apren<strong>de</strong>r no sólo a confiar<br />
en Dios en general, sino también en particular. Debemos apren<strong>de</strong>r a darnos cuenta <strong>de</strong> que el Dios<br />
que nos ayuda hoy será el mismo Dios mañana, y nos ayudará mañana.<br />
Ésta es quizá la lección que muchos <strong>de</strong> nosotros necesitamos apren<strong>de</strong>r, que no sólo<br />
<strong>de</strong>bemos apren<strong>de</strong>r a dividir nuestra vida en este mundo en estos períodos <strong>de</strong> doce a veinticuatro<br />
horas; <strong>de</strong>bemos dividir toda nuestra relación con Dios exactamente <strong>de</strong> la misma manera. El<br />
peligro es que si bien creemos en Dios en general, y para toda nuestra vida, no creemos” en Él<br />
para segmentos particulares <strong>de</strong> nuestra vida. En consecuencia muchos <strong>de</strong> nosotros andamos<br />
errados. Debemos apren<strong>de</strong>r a llevar las cosas a Dios a medida que se presentan. Algunos<br />
fracasan gravemente en esto porque siempre están tratando <strong>de</strong> a<strong>de</strong>lantarse a Dios; siempre se<br />
sientan, por así <strong>de</strong>cirlo, para preguntarse: "¿qué me va a pedir Dios que haga mañana o la semana<br />
próxima o <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un año? ¿Qué me va a pedir Dios entonces?" Esto es algo completamente<br />
equivocado. Nunca hay que tratar <strong>de</strong> a<strong>de</strong>lantarse a Dios. Así como uno no <strong>de</strong>be a<strong>de</strong>lantarse al<br />
propio futuro, no hay que a<strong>de</strong>lantarse al futuro <strong>de</strong> Dios. Vivamos <strong>de</strong> día en día; vivamos una vida<br />
llena <strong>de</strong> obediencia a Dios todos los días; hagamos lo que Dios nos pi<strong>de</strong> que hagamos todos los<br />
días. Nunca nos permitamos dar rienda suelta a pensamientos como estos, "Me pregunto si<br />
mañana Dios querrá <strong>de</strong> mí que haga esto o aquello'.' Nunca <strong>de</strong>be hacerse esto, dice nuestro<br />
Señor. Hay que apren<strong>de</strong>r a confiar en Dios <strong>de</strong> día en día para cada ocasión específica, y nunca<br />
tratar <strong>de</strong> ir más rápido que Él.<br />
Hay un aspecto en el que nos entregamos a Dios <strong>de</strong> una vez por todas; hay otro aspecto<br />
en el que tenemos que hacerlo cada día. Hay un aspecto en el que Dios nos lo ha dado todo en la<br />
gracia, <strong>de</strong> una vez por todas. Sí; pero también nos da gracia por partes y porciones <strong>de</strong> día en día.<br />
Debemos comenzar el día y <strong>de</strong>cirnos, "He aquí un día que me va a traer ciertos problemas y<br />
dificulta<strong>de</strong>s; muy bien, necesitaré que la gracia <strong>de</strong> Dios me ayu<strong>de</strong>. Yo sé que Dios hará que esa<br />
gracia abun<strong>de</strong>, estará conmigo según mi necesidad — 'Y como tus días serán tus fuerzas". Ésta<br />
es la enseñanza bíblica esencial respecto a este asunto; <strong>de</strong>bemos apren<strong>de</strong>r a <strong>de</strong>jar el futuro<br />
enteramente en las manos <strong>de</strong> Dios.<br />
Tomemos, por ejemplo, esa gran<strong>de</strong> afirmación a este respecto en Hebreos 13:8. Los<br />
cristianos hebreos estaban pasando por problemas y pruebas, y el autor <strong>de</strong> esa Carta les dice que<br />
no se preocupen, y por esta razón: "Jesucristo es el mismo ayer, y hoy por los siglos!' En efecto,<br />
dice, no hay por qué preocuparse, porque lo que Él era ayer lo es hoy, y lo será mañana. No hay<br />
que a<strong>de</strong>lantarse a la vida, el Cristo que te guiará en el día <strong>de</strong> hoy será el mismo Cristo mañana.<br />
Es inmutable, eterno, siempre el mismo; por ello no hay por qué pensar acerca <strong>de</strong>l mañana;<br />
pensemos más bien acerca <strong>de</strong>l Cristo inmutable. O consi<strong>de</strong>remos también la forma en que Pablo