CAPÍTULO XXXI - iglesia bautista getsemani de montreal
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consi<strong>de</strong>rar el Sermón <strong>de</strong>l Monte, es per<strong>de</strong>rse en <strong>de</strong>talles, o <strong>de</strong>sviarse con cosas específicas que<br />
nos interesan. Éste es un enfoque falso. Por eso, nuestro Señor nos exhorta a que nos <strong>de</strong>tengamos<br />
un momento para contemplar el Sermón como un todo y reflexionar acerca <strong>de</strong> él. ¿Cuál dinamos<br />
que es su característica más sobresaliente? ¿Cuál es el elemento que sobresale como sumamente<br />
importante? ¿Cuál es el elemento que <strong>de</strong>bemos captar como principio básico? Respon<strong>de</strong> a su<br />
propia pregunta diciendo que la característica sobresaliente <strong>de</strong> la vida a la cual Él nos llama es la<br />
'estrechez'. Es una vida estrecha, en un 'camino estrecho'. Lo dice en forma dramática afirmando:<br />
"Entrad por la puerta estrecha". La puerta es estrecha; y <strong>de</strong>bemos caminar también por un<br />
camino estrecho.<br />
Esta ilustración es muy útil y práctica. La plantea en una forma gráfica que nos permite<br />
visualizar <strong>de</strong> inmediato la escena. Ahí estamos, caminando, y <strong>de</strong> repente nos encontramos con<br />
dos puertas. Hay una a la izquierda que es ancha, y por ella entra una multitud <strong>de</strong> personas. Al<br />
otro lado, hay una puerta estrecha por la que pue<strong>de</strong> entrar una, y sólo una, persona a la vez. Al<br />
mirar por la puerta ancha, vemos que conduce a un sen<strong>de</strong>ro ancho y que una gran multitud está<br />
caminando por él. Po<strong>de</strong>mos ver el cuadro con toda claridad. Esto, dice <strong>de</strong> hecho nuestro Señor,<br />
es lo que hemos estado hablando. Ese camino estrecho es el camino que yo <strong>de</strong>seo que sigáis.<br />
'Entrar por la puerta estrecha'. Venid a este camino angosto en el que me encontraréis a mí<br />
caminando <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> vosotros. De inmediato recordamos algunas <strong>de</strong> las características<br />
sobresalientes <strong>de</strong> esta vida cristiana a la que nuestro Señor y Salvador Jesucristo nos llama.<br />
Lo primero que advertimos es que se trata <strong>de</strong> una vida estrecha o angosta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su mismo<br />
comienzo. Es estrecha <strong>de</strong> inmediato. No es una vida que al principio es bastante ancha y que a<br />
medida que uno la va viviendo se estrecha cada vez más. ¡No! La puerta misma, la misma forma<br />
<strong>de</strong> entrar en esa vida, es estrecha. Es importante subrayar y recalcar este punto porque, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />
perspectiva <strong>de</strong>l evangelismo, es esencial. Cuando la sabiduría mundana y los motivos carnales<br />
entran en el evangelismo, <strong>de</strong>scubrirán que no es una 'puerta estrecha'. A menudo se da la<br />
impresión <strong>de</strong> que ser cristiano es, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todo, muy poco diferente <strong>de</strong> no ser cristiano, que no<br />
hay que pensar en el cristianismo como en una vida estrecha, sino como en algo sumamente<br />
atractivo y maravilloso, y que se entra en esa vida en forma multitudinaria. No es así, según<br />
nuestro Señor. El evangelio <strong>de</strong> Jesucristo es <strong>de</strong>masiado sincero para invitar a nadie <strong>de</strong> esa forma.<br />
No trata <strong>de</strong> persuadirnos <strong>de</strong> que es algo muy fácil, y que sólo más tar<strong>de</strong> comenzaremos a<br />
<strong>de</strong>scubrir que es difícil. El evangelio <strong>de</strong> Jesucristo, en forma abierta y sin dobleces, se anuncia<br />
como algo que comienza con una entrada angosta, con una puerta estrecha. Des<strong>de</strong> el comienzo<br />
mismo, es absolutamente esencial que nos <strong>de</strong>mos cuenta <strong>de</strong> ello. Veamos esto con algo más <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>talle.<br />
Se nos dice al comienzo mismo <strong>de</strong> esta forma <strong>de</strong> vida, antes <strong>de</strong> iniciarse en ella, que, si<br />
queremos seguirla, hay ciertas cosas que hay que <strong>de</strong>jar fuera. No hay lugar para ellas. Porque<br />
hemos <strong>de</strong> comenzar pasando por una puerta estrecha y angosta. Me gusta pensar en esto como si<br />
se tratara <strong>de</strong> un torno. Es como un torno que admite una sola persona cada vez y no más. Y es tan<br />
estrecho que hay ciertas cosas que simplemente uno no pue<strong>de</strong> llevar consigo. Des<strong>de</strong> el comienzo<br />
mismo es exclusivo, y es importante que consi<strong>de</strong>remos este sermón para ver algunas <strong>de</strong> las cosas<br />
que <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>jar fuera.<br />
Lo primero que hemos <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar fuera es lo que se llama mundanalidad. Dejamos fuera la<br />
multitud, el sen<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>l mundo. "Ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la<br />
perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el<br />
camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan!' Hay que comenzar dándose cuenta <strong>de</strong><br />
que, al hacerse cristiano, se convierte uno en algo excepcional y poco frecuente. Rompe uno con