CAPÍTULO XXXI - iglesia bautista getsemani de montreal
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CAPITULO LVI<br />
Las Señales <strong>de</strong>l Autoengaño<br />
Ya hemos examinado, en dos ocasiones, las importantes y alarmantes palabras <strong>de</strong> 7:21-23; pero<br />
dado la importancia vital que tienen, <strong>de</strong>bemos hacerlo <strong>de</strong> nuevo. Este tema <strong>de</strong>l autoengaño es<br />
una cuestión muy amplia. Si a uno le interesan los llamados Manuales <strong>de</strong> Devoción, ya sean<br />
católicos-romanos o protestantes, encuentra que siempre <strong>de</strong>dican mucha atención a este punto<br />
específico. Todos los médicos pru<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l alma siempre han concentrado su atención en ello.<br />
La Biblia misma nos invita a hacerlo así. Está llena, no sólo <strong>de</strong> exhortaciones a este respecto,<br />
sino también <strong>de</strong> ilustraciones prácticas <strong>de</strong> personas que se han engañado a sí mismas. Pero aparte<br />
<strong>de</strong> todo esto, al valorar nuestra alma, y al caer en la cuenta <strong>de</strong> que todos estamos en este mundo<br />
<strong>de</strong> paso hacia el juicio final y <strong>de</strong> que todos tendremos que presentamos ante el trono <strong>de</strong> justicia<br />
<strong>de</strong> Cristo, esta clase <strong>de</strong> auto examen resulta inevitable. Como lo dice el apóstol Juan: "Todo<br />
aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro" (1Jn. 3:3). Y<br />
uno no se pue<strong>de</strong> purificar sin examinarse a sí mismo. Algunos <strong>de</strong>dican sobre todo la época <strong>de</strong><br />
cuaresma a este asunto <strong>de</strong>l auto examen. Otros creemos que <strong>de</strong>be hacerse a lo largo <strong>de</strong> todo el<br />
año y que siempre <strong>de</strong>beríamos examinarnos y someternos a disciplina. Pero no hay por qué<br />
entrar en esto ahora. Lo que importa es reconocer la necesidad <strong>de</strong>l auto examen. Se enseña<br />
constantemente en la Biblia.<br />
Hemos visto que el primer paso que hay que dar, si <strong>de</strong>seamos evitar engañarnos, es<br />
examinar las causas <strong>de</strong>l autoengaño. Nos hemos ocupado ya <strong>de</strong> algunas <strong>de</strong> las más comunes. Una<br />
vez establecidos los principios, pasamos ahora a examinar algunos <strong>de</strong>talles prácticos; tienen<br />
como propósito ponernos sobre aviso acerca <strong>de</strong> la forma sutil en que po<strong>de</strong>mos engañarnos a<br />
nosotros mismos. Comencemos por recordar que no vivimos nuestra vida cristiana en una especie<br />
<strong>de</strong> vacío. Aparte <strong>de</strong>l hecho <strong>de</strong> que vivimos en sociedad con hombres y mujeres, tenemos<br />
también que luchar contra el <strong>de</strong>monio y "contra principados, contra potesta<strong>de</strong>s, contra<br />
gobernadores <strong>de</strong> las tinieblas <strong>de</strong> este siglo, contra huestes espirituales <strong>de</strong> maldad en las regiones<br />
celestes!' Según la enseñanza bíblica no hay nada que nos capacite para permanecer firmes en<br />
este conflicto a excepción <strong>de</strong>l revestirnos <strong>de</strong> toda la armadura <strong>de</strong> Dios. Una <strong>de</strong> las formas en que<br />
po<strong>de</strong>mos revestirnos <strong>de</strong> esa armadura es teniendo cuidado con la sutileza <strong>de</strong>l ataque. Y esto,<br />
<strong>de</strong>bido a su misma naturaleza, tendrá que examinarse con cierto <strong>de</strong>talle. Tengo un cierto temor al<br />
a<strong>de</strong>ntrarme en esto, porque sé que al hacerlo se expone uno al riesgo <strong>de</strong> ser mal entendido. Si<br />
uno emplea ilustraciones, la atención se suele concentrar en las ilustraciones y no en los<br />
principios.<br />
El primer principio importante es que, en un sentido, todo lo que tiene relación con la<br />
vida cristiana pue<strong>de</strong> ser peligroso. No afirmo que todo sea peligroso sino que pue<strong>de</strong> serlo. El<br />
<strong>de</strong>monio en su sutileza, como ángel <strong>de</strong> luz, viene a nosotros y se apo<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> cosas que son<br />
legítimas y buenas y que Dios nos ha dado, e influye mucho en nosotros para hacernos convertir<br />
estas mismas cosas en instrumentos <strong>de</strong> nuestro propio engaño. Las cosas en si mismas son<br />
buenas, pero po<strong>de</strong>mos abusar <strong>de</strong> ellas. Éste es el tema que <strong>de</strong>bemos elaborar. En cierto sentido,<br />
incluso los medios <strong>de</strong> gracia que Dios nos ha suministrado pue<strong>de</strong>n resultar una fuente <strong>de</strong><br />
problemas. Espero que esto que<strong>de</strong> bien claro. Es obvio que no estoy en contra <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong><br />
gracia; simplemente, señalo el terrible peligro <strong>de</strong> convertir estos medios <strong>de</strong> gracia, que Dios<br />
mismo ha escogido y nos ha dado, en algo que pue<strong>de</strong> perjudicar a nuestra alma. Me preocupa el<br />
abuso y no el uso <strong>de</strong> lo bueno. Siempre resulta muy consolador para el que predica, saber que<br />
incluso un gran predicador como el apóstol Pablo fue mal entendido al enseñar y predicar.