13.06.2013 Views

CAPÍTULO XXXI - iglesia bautista getsemani de montreal

CAPÍTULO XXXI - iglesia bautista getsemani de montreal

CAPÍTULO XXXI - iglesia bautista getsemani de montreal

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

lo prefieren, "No os afanéis por nada!' Tampoco aquí se trata <strong>de</strong> las preocupaciones y ansieda<strong>de</strong>s,<br />

contra esa ten<strong>de</strong>ncia a angustiarse que tan a menudo aflige nuestra vida.<br />

No hay duda en cuanto al peligro verda<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> todo esto. En cuanto nos <strong>de</strong>tenemos a<br />

examinarnos a nosotros mismos, nos encontramos que no sólo estamos expuestos a este peligro,<br />

sino que a menudo hemos sucumbido ante el mismo. Nada parece ser más natural para el género<br />

humano en este mundo que vivir con ansia, que sentirse abrumado y preocupado. Es la tentación<br />

típica <strong>de</strong> las mujeres, algunos dirán, especialmente <strong>de</strong> las que son responsables <strong>de</strong>l cuidado <strong>de</strong> la<br />

casa; eso <strong>de</strong> ningún modo se limita a ellas. El peligro que amenaza al marido o padre, o a<br />

cualquiera que tiene responsabilidad hacia personas amadas y hacia otra gente, en un mundo<br />

como éste, es pasar toda la vida angustiado por estas cosas, agobiado por ellas. Tien<strong>de</strong>n a<br />

dominarnos y controlarnos, y pasamos por la vida, esclavizados por ellas. Esto es lo que<br />

preocupa a nuestro Señor, y le preocupa tanto que repite la advertencia tres veces seguidas.<br />

Primero examinaremos su argumento en una forma muy general. Parafraseemos lo que <strong>de</strong><br />

hecho dice: "No os preocupéis por vuestra vida, por lo que tendréis para comer o para beber; ni<br />

tampoco por vuestro cuerpo, por cómo lo vestiréis!' También aquí comienza con una afirmación<br />

y un mandato general, como lo hizo en la sección anterior. En ella comenzó presentando una ley<br />

y luego pasó a darnos las razones para observarla. Lo mismo suce<strong>de</strong> en este caso. Hay una<br />

afirmación general; no tenemos que estar angustiados o preocupados por la comida o la bebida,<br />

ni tampoco por cómo vestiremos nuestro cuerpo. Nada pue<strong>de</strong> ser más completo que esto. Trata<br />

<strong>de</strong> nuestra vida, <strong>de</strong> nuestra existencia en este cuerpo en el cual vivimos. Aquí estamos, con<br />

personalida<strong>de</strong>s distintas; tenemos este don <strong>de</strong> la vida, y la vivimos en este mundo y por medio <strong>de</strong><br />

nuestro cuerpo. En consecuencia, cuando nuestro Señor consi<strong>de</strong>ra nuestra vida y nuestros<br />

cuerpos, está, por así <strong>de</strong>cirlo, consi<strong>de</strong>rando nuestra personalidad esencial y nuestra vida en el<br />

mundo. Lo plantea en forma amplia; es comprensivo e incluye a todo el hombre. Afirma que<br />

nunca <strong>de</strong>bemos estar ansiosos ni por nuestra vida como tal, ni por cubrir nuestro cuerpo. Es<br />

totalmente comprensivo y por tanto, es un mandato profundo y general. No sólo se aplica a<br />

ciertos aspectos <strong>de</strong> nuestra vida; abarca toda la vida, la salud, la fortaleza, el éxito, lo que nos va<br />

a suce<strong>de</strong>r, lo que es nuestra vida en cualquiera <strong>de</strong> sus formas y mol<strong>de</strong>s. También toma el cuerpo<br />

como un todo, y nos dice que no <strong>de</strong>bemos estar preocupados por el vestir, ni por ninguna <strong>de</strong> estas<br />

cosas que son parte <strong>de</strong> nuestra vida en el mundo.<br />

Una vez citado el mandamiento, ofrece una razón general para observarlo y, como<br />

veremos, una vez hecho esto, pasa a subdividirlo y a dar razones específicas bajo dos<br />

encabezamientos. Pero comienza la razón general con estas palabras: "¿No es la vida más que el<br />

alimento y el cuerpo más que el vestido?" Esto incluye la vida y el cuerpo. Luego lo subdivi<strong>de</strong> y<br />

toma la vida y ofrece la razón; luego toma el cuerpo y da la razón. Pero primero examinemos la<br />

forma <strong>de</strong>l argumento general, el cual es muy importante y sorpren<strong>de</strong>nte. Los lógicos nos dirían<br />

que el argumento que emplea se basa en una <strong>de</strong>ducción <strong>de</strong> mayor a menor. Dice en efecto, "Un<br />

momento; pensad en esto antes <strong>de</strong> angustiaros. ¿Acaso vuestra vida no es más que la comida, el<br />

sostén, el alimento? ¿Acaso el cuerno mismo no es más importante que la vestimenta?"<br />

¿Qué quiere <strong>de</strong>cir nuestro Señor con esto? El argumento es profundo y po<strong>de</strong>roso; ¡y qué<br />

inclinados estamos a olvidarlo! Dice en efecto, "Tomad esta vida <strong>de</strong> la cual os preocupáis y<br />

angustiáis. ¿De dón<strong>de</strong> la obtuvisteis? ¿De dón<strong>de</strong> viene?" La respuesta, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, es que es un<br />

don <strong>de</strong> Dios. El hombre no crea la vida; el hombre no se da el ser a sí mismo. Ninguno <strong>de</strong><br />

nosotros <strong>de</strong>cidió venir a este mundo. Y el hecho mismo <strong>de</strong> que estemos vivos en este momento,<br />

se <strong>de</strong>be enteramente a que Dios lo <strong>de</strong>cretó y <strong>de</strong>cidió así. La vida misma es un don, un don <strong>de</strong><br />

Dios. De modo que el argumento que nuestro Señor emplea es éste: Si Dios le ha dado el don <strong>de</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!