El Cielo y el Infierno
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<strong>El</strong> <strong>Ci<strong>el</strong>o</strong> y <strong>el</strong> <strong>Infierno</strong> o la Justicia Divina según <strong>el</strong> Espiritismo - Allan Kardec<br />
R. Grande, profunda. La muerte no engaña. Los hijos, por ingratos que pudiesen ser, se<br />
inclinan ante la encarnación que se va. Si se podía escudriñar <strong>el</strong> corazón de los hijos al lado de una<br />
tumba entreabierta, no se verían palpitar sino sentimientos verdaderos, movidos profundamente por<br />
la mano secreta de los espíritus, que dicen a todos los pensamientos: Temblad, si estáis en la duda:<br />
la muerte es la reparación, la justicia de Dios. y, os lo aseguro, a pesar de los incrédulos, mis<br />
amigos y mi familia creerán en las palabras que mi voz pronunció antes de morir. Era <strong>el</strong> intérprete<br />
de otro mundo.<br />
11. Habéis dicho que no disfrutáis de la dicha que habéis entrevisto. ¿Consiste eso en que<br />
sois desgraciado?<br />
R. No, puesto que creía antes de morir, y esto en mi alma y mi conciencia. <strong>El</strong> deber oprime<br />
en la Tierra, pero reanima para <strong>el</strong> porvenir espiritista. Observad que Dios tomó en cuenta mis<br />
ruegos y mi creencia absoluta en Él. Estoy en <strong>el</strong> camino de la perfección, y llegaré al fin que me ha<br />
sido permitido entrever. Orad, amigos míos, por este mundo invisible que preside a vuestros<br />
destinos. Este cambio fraternal es caritativo. Es una palanca poderosa que pone en comunicación<br />
los espíritus de todos los mundos.<br />
12. ¿Tenéis que dirigir algunas palabras a vuestra mujer y a vuestros hijos?<br />
R. Suplico a todos los míos crean en Dios poderoso, justo, inmutable, en la oración que<br />
consu<strong>el</strong>a y alivia. En la caridad, que es <strong>el</strong> acto más puro de la encarnación humana. Que se<br />
acuerden que se puede dar poco. <strong>El</strong> óbolo d<strong>el</strong> pobre es <strong>el</strong> más meritorio ante Dios, que sabe que un<br />
pobre da mucho, dando poco. Es preciso que <strong>el</strong> rico dé mucho y a menudo para merecer tanto como<br />
él.<br />
R. <strong>El</strong> porvenir es la caridad, la benevolencia en todas las acciones. Esto es, creer que todos<br />
los espíritus son hermanos, no haciendo nunca caso de vanidades pueriles.<br />
Familia mía muy amada, tendrás pruebas rudas. Pero sabe tomarlas valerosamente,<br />
pensando que Dios las ve.<br />
Decid muchas veces esta oración:<br />
“Dios de amor y de bondad, que das todo y siempre, concédenos esta fuerza que no<br />
retrocede ante ninguna pena. Hacednos buenos, dulces y caritativos. Pequeños por la fortuna,<br />
grandes por <strong>el</strong> corazón. Que nuestro espíritu sea espiritista en la Tierra para mejor comprenderos y<br />
amaros.<br />
“Que vuestro nombre, ¡oh, Dios mío!, emblema de la libertad, sea <strong>el</strong> fin consolador de todos<br />
los oprimidos, de todos los que tienen necesidad de amar, de perdonar y de creer.”<br />
Cardon<br />
Eric Stanislas<br />
Comunicación espontánea: Sociedad de París, agosto de 1868<br />
“¡Cuántas veces las emociones sentidas vivamente por ardientes corazones nos<br />
proporcionan f<strong>el</strong>icidad! ¡Oh, dulces pensamientos que venís a abrir una vía de salvación a todo lo<br />
que vive, a todo lo que respira material y espiritualmente! ¡Que vuestro bálsamo salvador no cese<br />
de derramarse a torrentes sobre vosotros y sobre nosotros! ¡Qué palabras escoger para traducir la<br />
dicha que experimentan todos vuestros hermanos de ultratumba, en la contemplación d<strong>el</strong> puro amor<br />
que os une a todos!<br />
“¡Oh, hermanos!, ¡cuánto bien por todas partes, cuántos dulces sentimientos <strong>el</strong>evados y<br />
sencillos como vosotros, como vuestra doctrina, estáis llamados a sembrar sobre la larga vía que<br />
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