El Cielo y el Infierno
El Cielo y el Infierno
El Cielo y el Infierno
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>El</strong> <strong>Ci<strong>el</strong>o</strong> y <strong>el</strong> <strong>Infierno</strong> o la Justicia Divina según <strong>el</strong> Espiritismo - Allan Kardec<br />
no podéis comunicaros por la palabra, podéis hacerlo por la escritura por medio de un intérprete.<br />
Nuestras r<strong>el</strong>aciones, pues. no están de ningún modo interrumpidas por vuestra muerte, y podemos<br />
conversar con tanta facilidad y precisión como en otro tiempo. ¿No es verdad que es así?<br />
R. Sí, y lo sabéis desde mucho tiempo. Este sitio lo ocuparé a menudo, y aun sin saberlo<br />
vosotros, porque mi espíritu habitará entre vosotros.<br />
Llamamos la atención sobre esta última frase: “Mi espíritu habitará entre vosotros.” En la<br />
circunstancia presente no es una figura, sino una realidad.<br />
Por <strong>el</strong> conocimiento que <strong>el</strong> Espiritismo nos da de la naturaleza de los espíritus, se sabe que un espíritu<br />
puede estar entre nosotros, no sólo con <strong>el</strong> pensamiento, sino con su persona, con ayuda de su cuerpo etéreo que<br />
hace de aquél una individualidad distinta. Un espíritu puede, pues, habitar entre nosotros después de la muerte,<br />
tan bien como cuando vivía su cuerpo, y mejor aún, pues puede ir y volver cuando quiere. Así es que tenemos<br />
una porción de comensales invisibles, los unos indiferentes, los otros que nos son adictos por <strong>el</strong> afecto. A estos<br />
últimos es a quienes, sobre todo, se aplica estas palabras: “Habitan entre nosotros” y que puede traducirse así:<br />
Nos asisten, nos inspiran y nos protegen.<br />
5. No hace mucho tiempo que estabais sentado en este mismo sitio. ¿Os parecen extrañas las<br />
condiciones con las cuales estáis en él ahora? ¿Qué efecto os produce este cambio?<br />
R. Estas condiciones no me parecen extrañas, porque mi espíritu desencarnado goza de una<br />
claridad que no deja en la sombra ninguna de las cuestiones que vislumbra.<br />
6.Os acordáis de haberos hallado en este mismo estado antes de vuestra última existencia, y<br />
encontráis en él alguna cosa cambiada?<br />
R. Me acuerdo de mis existencias anteriores y encuentro que he mejorado. Veo y me asimilo<br />
lo que veo. En tiempo de mis precedentes encarnaciones, mi espíritu perturbado no percibía más<br />
que claros terrestres.<br />
7. ¿Os acordáis de vuestra penúltima existencia, de la que precedió al Sr. Jobard?<br />
R. En mi penúltima existencia, era un obrero mecánico, carcomido por la miseria y <strong>el</strong> deseo<br />
de perfeccionar mi trabajo. He realizado, siendo Jobard, los sueños d<strong>el</strong> pobre obrero, y alabo a<br />
Dios, cuya bondad infinita ha hecho germinar la planta, cuyo germen había colocado en mi cerebro.<br />
8. ¿Os habéis comunicado ya en otra parte?<br />
R. Muy poco me he comunicado todavía. En muchos parajes, otro espíritu ha tomado mi<br />
nombre. Algunas veces estaba cerca de él, sin poder hacerlo directamente. Mi muerte es tan<br />
reciente, que estoy sujeto aún a ciertas influencias terrestres. Es preciso que haya más perfecta<br />
simpatía para que pueda apreciar mi pensamiento. Dentro de poco obraré indistintamente. Ahora no<br />
lo puedo todavía, os lo repito. Cuando un hombre algo conocido muere, se le llama en todas partes.<br />
Mil espíritus se apresuran a revestir su individualidad, y esto es lo que ha acontecido en cuanto a mí<br />
en muchas circunstancias. Os aseguro que después de que se adquiere la libertad, pocos son los<br />
espíritus que pueden comunicarse, aunque sea con un médium privilegiado.<br />
9. ¿Veis a los espíritus que están aquí con nosotros?<br />
R. Veo, sobre todo, a Lázaro y a Erasto. Después, más alejado, al Espíritu de Verdad,<br />
cerniéndose en <strong>el</strong> espacio. Luego una porción de espíritus amigos que os rodean, solícitos y<br />
benévolos. Sed dichosos, amigos, porque buenas influencias impiden las calamidades d<strong>el</strong> error.<br />
l0. En vuestra vida participabais de la opinión que ha sido emitida sobre la formación de la<br />
Tierra por incrustación de cuatro planetas, que se unieron en un solo conjunto ¿Estáis todavía en<br />
esta misma creencia?<br />
R. Es un error. Los nuevos descubrimientos geológicos prueban las convulsiones de la<br />
Tierra y su formación sucesiva. La Tierra, como los otros planetas, ha tenido su vida propia, y Dios<br />
no ha tenido necesidad de este gran desorden, o de esta agregación de planetas. <strong>El</strong> agua y <strong>el</strong> fuego<br />
son los únicos <strong>el</strong>ementos orgánicos de la Tierra.<br />
11. Pensabais también que los hombres podían entrar en catalepsia durante un tiempo<br />
ilimitado, y que <strong>el</strong> género humano ha sido traído de este modo a la Tierra.<br />
Página 97