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El Cielo y el Infierno

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<strong>El</strong> <strong>Ci<strong>el</strong>o</strong> y <strong>el</strong> <strong>Infierno</strong> o la Justicia Divina según <strong>el</strong> Espiritismo - Allan Kardec<br />

mismo niv<strong>el</strong>. Esta es la razón d<strong>el</strong> por qué se ven frecuentemente hombres int<strong>el</strong>igentes e instruidos<br />

muy poco ad<strong>el</strong>antados moralmente y viceversa.<br />

8. La encarnación es necesaria para alcanzar tanto <strong>el</strong> progreso moral como <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ectual d<strong>el</strong><br />

espíritu. <strong>El</strong> progreso int<strong>el</strong>ectual, a través de la actividad que tiene que desplegar en su trabajo. <strong>El</strong><br />

progreso moral, mediante la necesidad que los hombres tienen los unos de los otros. La vida social<br />

es la piedra de toque de las buenas y de las malas cualidades. La bondad, la maldad, la dulzura, la<br />

violencia, la benevolencia, la caridad, <strong>el</strong> egoísmo, la avaricia, <strong>el</strong> orgullo, la humildad, la sinceridad,<br />

la franqueza, la lealtad, la mala fe, la hipocresía, en una palabra, todo lo que constituye <strong>el</strong> hombre<br />

de bien o <strong>el</strong> perverso, tiene por móvil, por objeto y por estimulante, las r<strong>el</strong>aciones d<strong>el</strong> hombre con<br />

sus semejantes. Para <strong>el</strong> hombre que viviera solo, no habría ni vicios ni virtudes: si por <strong>el</strong><br />

aislamiento se preserva d<strong>el</strong> mal, anula d<strong>el</strong> mismo modo <strong>el</strong> bien.<br />

9. Una sola existencia corporal es prácticamente insuficiente para que <strong>el</strong> espíritu pueda<br />

adquirir todo lo que le falta en bien y se deshaga de todo lo que es malo en él. <strong>El</strong> salvaje, por<br />

ejemplo, ¿podría quizá, en una sola encarnación, llegar al niv<strong>el</strong> moral e int<strong>el</strong>ectual d<strong>el</strong> hombre<br />

civilizado más ad<strong>el</strong>antado? Esto es materialmente imposible. ¿Debe, pues, quedar eternamente en la<br />

ignorancia y la barbarie, y privado de los goces que sólo puede procurar <strong>el</strong> desarrollo de las<br />

facultades? <strong>El</strong> simple buen sentido rechaza tamaña suposición, que representaría, a la vez, la<br />

negación de la justicia y de la bondad de Dios y la de la ley progresiva de la Naturaleza. Por eso<br />

Dios, que es soberanamente justo y bueno, concede al espíritu todas las existencias necesarias para<br />

llegar al fin, que es la perfección.<br />

En cada nueva existencia, <strong>el</strong> espíritu trae lo que ha adquirido en las precedentes, en<br />

aptitudes, conocimientos intuitivos, int<strong>el</strong>igencia y moralidad. Cada existencia es así un paso<br />

ad<strong>el</strong>ante en la vía d<strong>el</strong> progreso. 3<br />

3. Véase la nota d<strong>el</strong> Cáp. I, n. º3.<br />

La encarnación es inherente a la inferioridad de los espíritus: no es necesaria para aqu<strong>el</strong>los<br />

que traspasaron <strong>el</strong> límite y que progresan en <strong>el</strong> estado espiritual o en las existencias corporales de<br />

los mundos superiores, que nada tienen de la materialidad terrestre. La encarnación de estos seres<br />

superiores en mundos materializados es voluntaria, con <strong>el</strong> objeto de ejercer con los encarnados una<br />

acción más directa para <strong>el</strong> cumplimiento de la misión de la cual están encargados y por la cual<br />

deben estar cerca de <strong>el</strong>los. Aceptan las vicisitudes y los padecimientos por abnegación.<br />

10. En <strong>el</strong> intervalo de las existencias corporales, <strong>el</strong> espíritu vu<strong>el</strong>ve, por un tiempo más o<br />

menos largo, al mundo espiritual, en <strong>el</strong> cual es f<strong>el</strong>iz o desgraciado según <strong>el</strong> bien o <strong>el</strong> mal que hizo.<br />

<strong>El</strong> estado espiritual es <strong>el</strong> estado normal d<strong>el</strong> espíritu, ya que ese debe ser su estado definitivo, puesto<br />

que <strong>el</strong> cuerpo espiritual no muere, y <strong>el</strong> estado corporal sólo es transitorio y pasajero. En <strong>el</strong> estado<br />

espiritual, sobre todo, <strong>el</strong> espíritu recoge los frutos d<strong>el</strong> progreso logrados por su trabajo realizado por<br />

la encarnación. También se prepara para nuevas luchas y toma las resoluciones que se esforzará en<br />

practicar a su vu<strong>el</strong>ta a la Humanidad.<br />

<strong>El</strong> espíritu progresa igualmente en la erraticidad. Allí adquiere conocimientos especiales que<br />

no podría lograr en la Tierra, y sus ideas se modifican. <strong>El</strong> estado corporal y <strong>el</strong> espiritual son para él<br />

<strong>el</strong> origen de dos géneros de progreso solidarios <strong>el</strong> uno con <strong>el</strong> otro, y por eso pasa alternativamente<br />

por estos dos modos de existencia.<br />

11. La reencarnación puede verificarse en la Tierra o en otros mundos. Entre los mundos,<br />

hay unos más ad<strong>el</strong>antados que otros donde la existencia se cumple en condiciones menos penosas<br />

que en la Tierra, física y moralmente. Pero en <strong>el</strong>los sólo son admitidos los espíritus llegados a un<br />

grado de perfección acorde con <strong>el</strong> estado de aqu<strong>el</strong>los mundos.<br />

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