La igualdad de género como principio democrático - Universidad de ...
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<strong>La</strong> <strong>igualdad</strong> <strong>de</strong> género <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la ética <strong>de</strong>l discurso <strong>de</strong> Seyla Benhabib 109<br />
moral y la consecuente <strong>de</strong>finición abstracta <strong>de</strong>l sujeto autónomo, el<br />
origen <strong>de</strong> las dicotomías entre justicia y felicidad, moralidad y<br />
afectividad, ámbito público y privado, estado civil y estado natural y<br />
la consecuente exclusión <strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> la mujer <strong>de</strong>l ámbito<br />
moral.<br />
<strong>La</strong> autora explica cómo las teorías contractuales parten <strong>de</strong> un<br />
Estado natural, fruto <strong>de</strong> una reconstrucción imaginativa pues no se<br />
correspon<strong>de</strong> con una situación presente. Des<strong>de</strong> este Estado natural se<br />
construye, volitiva y artificialmente, el Estado civil. El concepto <strong>de</strong><br />
Estado <strong>de</strong> naturaleza <strong>de</strong> las teorías éticas <strong>de</strong> Hobbes, Locke, Rousseau<br />
y Kant, señala Benhabib, refleja las necesida<strong>de</strong>s y características <strong>de</strong>l<br />
varón burgués, pues en ningún momento se hace alusión a la mujer en<br />
su caracterización. Benhabib recoge así la <strong>de</strong>scripción que hace<br />
Hobbes <strong>de</strong>l Estado Natural: “Consi<strong>de</strong>remos que los hombres...<br />
surgieran ahora <strong>de</strong> la tierra, y <strong>de</strong> repente, <strong>como</strong> los hongos, llegaran a<br />
su madurez plena, sin ningún tipo <strong>de</strong> compromiso mutuo” 136 ; también<br />
J. Locke, señala Benhabib, imagina que el Estado natural es similar al<br />
<strong>de</strong> “los dos hombres <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong>sierta”, Rousseau habla <strong>de</strong>l noble<br />
salvaje que vaga por el bosque y ocasionalmente se aparea con una<br />
hembra y Kant i<strong>de</strong>ntifica el Estado natural con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> “Privatech”,<br />
con el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> propiedad, que engloba los <strong>de</strong>rechos que el cabeza<br />
<strong>de</strong> familia varón ejerce sobre la mujer, sus hijos y sus criados 137 .<br />
En el Estado natural el varón está solo y por tanto no tiene<br />
conciencia más que <strong>de</strong> sí mismo, sus <strong>de</strong>seos no están limitados por<br />
ningún otro. Benhabib califica al varón <strong>de</strong>l estado natural <strong>de</strong> estas<br />
teorías <strong>como</strong> un narcisista. Este narcisismo hace imposible la<br />
convivencia social. <strong>La</strong> competitividad y el miedo a quedar eliminado<br />
136 Benhabib recoge las distintas <strong>de</strong>scripciones <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> naturaleza <strong>de</strong> Locke,<br />
Hobbes, Kant y Rousseau en Benhabib, S. “El otro generalizado y el otro concreto”<br />
en Teoría feminista y teoría crítica, Alfons el Magnánim, Valencia, 1990, 131-132.<br />
137 Cf. Benhabib, S. El ser y el otro en la filosofía contemporánea, 179.