Las mujeres afrodescendientes y la cultura latinoamericana:
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calles con tambores, si no fuere en <strong>la</strong> parte<br />
donde el cabildo lo seña<strong>la</strong>re y allí se les dé<br />
licencia que puedan bai<strong>la</strong>r, tañer y cantar y<br />
hacer sus regocijos, según sus costumbre<br />
hasta que se ponga el sol y no más, si no<br />
fuere con licencia de <strong>la</strong> justicia (Bermúdez,<br />
1994).<br />
Tanto el bullerengue como <strong>la</strong> cumbia han<br />
contenido en sus letras, en sus ritmos y en sus<br />
bailes <strong>la</strong> historia de <strong>la</strong> esc<strong>la</strong>vitud en Colombia.<br />
Con el paso del tiempo y los procesos de<br />
migración de intérpretes y cantadores a<br />
nuevos espacios sociales, se han ampliado los<br />
repertorios de asuntos de los que se ocupan<br />
estos ritmos.<br />
Un poco más allá o más acá de <strong>la</strong>s<br />
descripciones técnicas de <strong>la</strong> música y<br />
el baile, ambos géneros musicales son<br />
hoy patrimonio de <strong>la</strong> descendencia<br />
afro en Colombia. Constituyen ambos<br />
una expresión de memoria histórica,<br />
sincretismo, resistencia e identidad<br />
<strong>cultura</strong>l.<br />
Como bien sabemos, hab<strong>la</strong>r de identidad<br />
implica una gran complejidad, puesto<br />
que el<strong>la</strong> es cambiante y aun en un solo<br />
individuo no es única, exclusiva ni estática.<br />
De <strong>la</strong> misma manera, <strong>la</strong> función artística y<br />
social de estos géneros musicales hoy se<br />
produce en un escenario de apropiación<br />
algo diferente al canto campesino y <strong>la</strong><br />
<strong>la</strong>bor rural.<br />
Mujeres y hombres retoman hoy el legado<br />
afrocolombiano y lo recrean para públicos<br />
jóvenes cosmopolitas y urbanos, donde<br />
<strong>la</strong> música permite <strong>la</strong> reivindicación de los<br />
procesos de exclusión social y <strong>cultura</strong>l<br />
de los <strong>afrodescendientes</strong> en Colombia y<br />
sus aportes <strong>cultura</strong>les, principalmente en<br />
<strong>la</strong> música y <strong>la</strong>s nuevas formas de música<br />
colombiana.<br />
La mística del sonido y del baile se desp<strong>la</strong>zó<br />
de los campos de Bolívar y Antioquia a<br />
ciudades como Bogotá y Medellín, donde<br />
el Estado y <strong>la</strong> academia han respondido<br />
con espacios para los intérpretes y los<br />
públicos interesados en estos procesos de<br />
validación <strong>cultura</strong>l. “Colombia al Parque”,<br />
un festival en <strong>la</strong> ciudad de Bogotá, se<br />
posiciona como un eco del esfuerzo de<br />
inclusión y respeto por todos los géneros<br />
y ritmos musicales en Colombia.<br />
Durante una semana, se dan cita en<br />
los principales escenarios de <strong>la</strong> capital<br />
agrupaciones de diferentes ritmos y<br />
tradiciones que comparten, en un mismo<br />
espacio, sus propuestas musicales con el<br />
único fin de educar en <strong>la</strong> diversidad de <strong>la</strong><br />
<strong>cultura</strong> nacional.<br />
Los cantos que inicialmente se p<strong>la</strong>ntearon<br />
con re<strong>la</strong>ción a <strong>la</strong> fecundidad femenina,<br />
a <strong>la</strong> espera del alumbramiento y al<br />
alumbramiento mismo, que generaron<br />
los movimientos lentos y pausados en<br />
los que los manos de <strong>la</strong> bai<strong>la</strong>dora frotan<br />
suavemente <strong>la</strong> barriga y los brazos no<br />
sobrepasan <strong>la</strong> altura de los hombros<br />
por <strong>la</strong> misma condición de embarazo, se<br />
tras<strong>la</strong>daron a <strong>la</strong>s ciudades para enseñar a<br />
jóvenes estudiantes de música clásica, de<br />
teatro y de danza clásica y contemporánea<br />
otra forma de apropiar y de vivir los aportes<br />
históricos de quienes alguna vez se hicieran<br />
partícipes de <strong>la</strong> historia nacional, que por<br />
cierto se encuentra próxima a cumplir 200<br />
años de independencia.<br />
Hoy en día, músicos de diferentes<br />
lugares de Colombia, y no sólo oriundos<br />
de <strong>la</strong>s regiones tradicionalmente<br />
afrocolombianas, <strong>la</strong>nzan y comercializan<br />
sus producciones discográficas, en <strong>la</strong>s que<br />
incluyen instrumentos, melodías, formas<br />
rítmicas, cantos, líricas que reivindican los<br />
aportes de estas comunidades a lo <strong>la</strong>rgo<br />
de <strong>la</strong> historia en nuestro país.<br />
<strong>Las</strong> raíces de <strong>la</strong> afrocolombianidad han<br />
adquirido cada vez más visibilidad. Los<br />
procesos sociales y políticos, lentamente,<br />
han adquirido peso en <strong>la</strong> reivindicación<br />
material y simbólica del patrimonio <strong>cultura</strong>l<br />
a nivel nacional.<br />
Ciudades como Bogotá, Cali y Medellín, por<br />
mencionar sólo algunas, han respondido<br />
con políticas públicas <strong>cultura</strong>les que<br />
han permitido ampliar los espacios y <strong>la</strong>s<br />
oportunidades para <strong>la</strong> música y <strong>la</strong> <strong>cultura</strong> a<br />
nivel local, y consolidar procesos sociales<br />
de nuevas identificaciones que incluyen<br />
elementos de lo afro.<br />
Todos estos elementos han permitido<br />
que <strong>la</strong> apropiación de <strong>la</strong>s músicas<br />
afrocolombianas y sus funciones <strong>cultura</strong>les<br />
y sociales se transformen en un interés<br />
preponderante para académicos y gestores<br />
de políticas públicas a nivel nacional,<br />
donde participan tanto hombres como<br />
<strong>mujeres</strong> afro y no afro.<br />
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