Las mujeres afrodescendientes y la cultura latinoamericana:
Las mujeres afrodescendientes y la cultura latinoamericana:
Las mujeres afrodescendientes y la cultura latinoamericana:
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
mayor medida <strong>la</strong> inequidad –<strong>la</strong>s <strong>mujeres</strong>,<br />
los <strong>afrodescendientes</strong> y <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción<br />
indígena– son mayores.<br />
Lo cierto es que en los períodos de<br />
crisis <strong>la</strong>s familias y <strong>la</strong>s personas sufren<br />
consecuencias irreversibles que afectan<br />
sus capacidades y sus posibilidades de<br />
recuperación en el <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo. De este<br />
modo, en América Latina convertimos <strong>la</strong><br />
pobreza coyuntural en pobreza estructural<br />
y <strong>la</strong> discriminación actual en pobreza y<br />
exclusión estructurales.<br />
Por ello, no podemos esperar <strong>la</strong><br />
recuperación para continuar nuestra lucha,<br />
porque lo que perdamos hoy será difícil de<br />
recuperar mañana. La recuperación debe<br />
venir de <strong>la</strong> mano de <strong>la</strong> equidad, de <strong>la</strong> mano<br />
de <strong>la</strong> disminución de <strong>la</strong> discriminación. Es<br />
por eso que <strong>la</strong>s políticas públicas, en esta<br />
coyuntura, deben ser juzgadas no sólo por<br />
su impacto en el crecimiento, sino también<br />
por su impacto en <strong>la</strong> pobreza y <strong>la</strong> equidad.<br />
Esta debe ser nuestra exigencia.<br />
Al definir el logro de sociedades más<br />
equitativas como el objetivo esencial del<br />
desarrollo, se coloca en primer p<strong>la</strong>no <strong>la</strong><br />
vigencia de los derechos económicos,<br />
sociales y <strong>cultura</strong>les, que responden<br />
a los valores de igualdad, solidaridad y<br />
no discriminación. […] el desarrollo es<br />
incompleto mientras persistan formas de<br />
discriminación como <strong>la</strong>s que han imperado<br />
y siguen existiendo en nuestra región en<br />
términos de raza, etnia y género.<br />
Permítanme volver brevemente sobre <strong>la</strong><br />
necesidad de erradicar <strong>la</strong> discriminación<br />
y <strong>la</strong>s inequidades para lograr que se<br />
cump<strong>la</strong>n los derechos sociales y para poder<br />
construir sociedades donde todos seamos<br />
ciudadanos plenos, y en <strong>la</strong>s que podamos<br />
aprovechar plenamente los aportes y<br />
<strong>la</strong>s capacidades de todos los grupos que<br />
integran <strong>la</strong> sociedad. No se construye<br />
ciudadanía desde <strong>la</strong> homogeneidad,<br />
cuando <strong>la</strong> realidad de <strong>la</strong> región nos muestra<br />
una inter<strong>cultura</strong>lidad que es evidente en <strong>la</strong><br />
vida diaria, <strong>la</strong> música, <strong>la</strong> comida, el arte, los<br />
mitos y los cultos. A pesar de ello, <strong>la</strong> región<br />
ha vivido décadas, o mejor dicho siglos,<br />
negando esa realidad. En parte, ello ha<br />
sido consecuencia de una concepción que,<br />
en <strong>la</strong> búsqueda de <strong>la</strong> cohesión nacional<br />
y el espíritu nacional, imponía una cierta<br />
visión única ignorando <strong>la</strong> diversidad.<br />
De esa manera, entre <strong>la</strong> negación y <strong>la</strong><br />
asimi<strong>la</strong>ción del otro, <strong>la</strong> inter<strong>cultura</strong>lidad<br />
estaba lejos de <strong>la</strong> sensibilidad formativa<br />
de nuestras sociedades, incluyendo el<br />
sistema educativo.<br />
Afortunadamente, cada vez más se impugna<br />
el etnocentrismo y <strong>la</strong> homogeneidad<br />
<strong>cultura</strong>l nos parece un anacronismo. No<br />
se construye el sentido de pertenencia<br />
a un proyecto común negando al otro,<br />
ignorándolo en sus manifestaciones<br />
sociales y <strong>cultura</strong>les. Queremos y<br />
debemos tratar de construir un proyecto<br />
común a partir de <strong>la</strong> diversidad. Queremos<br />
construir un proyecto común a partir de<br />
<strong>la</strong>s capacidades y los aportes de todos.<br />
En este sentido, el problema está en el<br />
exclusivismo, en <strong>la</strong> negación o <strong>la</strong> supresión<br />
de otros centros simbólicos y otras<br />
cosmovisiones. No queremos sectarismos.<br />
La riqueza consiste en el policentrismo,<br />
es decir, en <strong>la</strong> capacidad de absorber<br />
perspectivas distintas sin tener que negar<br />
prejuiciosamente ninguna de el<strong>la</strong>s.<br />
Ahora bien, este reconocimiento de <strong>la</strong><br />
diversidad corre el riesgo de quedarse en<br />
una expresión de deseo si no se reconoce<br />
que hay “diversidades dominantes” como<br />
consecuencia del papel avasal<strong>la</strong>dor de<br />
ciertos sectores en <strong>la</strong> vida económica,<br />
social y <strong>cultura</strong>l de nuestros países<br />
durante siglos. De allí que, para nive<strong>la</strong>r el<br />
“campo de juego”, sean imprescindibles<br />
<strong>la</strong>s acciones positivas.<br />
Con este seminario queremos afirmar<br />
nuestro reconocimiento de <strong>la</strong> diversidad<br />
y del diálogo inter<strong>cultura</strong>l, de manera de<br />
superar tanto los exclusivismos como<br />
<strong>la</strong>s ideologías discriminatorias de todo<br />
signo. Si <strong>la</strong> <strong>cultura</strong> afro ha sido negada<br />
durante siglos como factor importante<br />
21