Las mujeres afrodescendientes y la cultura latinoamericana:
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La comedia negra<br />
María del Carmen P<strong>la</strong>tero*<br />
I. Rasgos afros en <strong>la</strong> literatura <strong>la</strong>tinoamericana<br />
* Actriz [Argentina]<br />
La comedia negra de Buenos Aires fue<br />
gestada a partir de 1970, mientras Susana<br />
P<strong>la</strong>tero, contralto, cantante de música<br />
clásica de origen africano, incorporaba a<br />
sus conciertos cantos rituales ancestrales,<br />
poemas de autores afroamericanos y negro<br />
spirituals.<br />
“Afroamérica 70” estaba destinada a ser<br />
<strong>la</strong> obra que diera comienzo a <strong>la</strong> incansable<br />
<strong>la</strong>bor que mi hermana Susana P<strong>la</strong>tero<br />
y yo dedicamos por entero a rescatar <strong>la</strong><br />
historia de los esc<strong>la</strong>vos africanos y sus<br />
descendientes. Pero, a poco de estrenar,<br />
tomaron conciencia de que no había en los<br />
textos elementos que representaran a los<br />
<strong>afrodescendientes</strong> argentinos.<br />
[…] <strong>la</strong> prensa […], desde uno de sus<br />
periódicos más importantes, decía que<br />
<strong>la</strong>s hermanas P<strong>la</strong>tero pretendíamos algo<br />
imposible, ya que, si bien los africanos y<br />
sus descendientes habían prestado un alto<br />
servicio a <strong>la</strong> nación argentina, ya no era<br />
necesaria una representación <strong>cultura</strong>l […]<br />
porque en <strong>la</strong> Argentina ya no había negros.<br />
Los ensayos fueron suspendidos para<br />
comenzar con <strong>la</strong> ardua tarea de recorrer<br />
archivos históricos, y bibliotecas, tener<br />
char<strong>la</strong>s con investigadores y realizar<br />
lecturas de los pocos autores que se<br />
habían dedicado, fervorosamente y<br />
bien inspirados, a dar a conocer lo que<br />
<strong>la</strong> historia oficial se había dedicado a<br />
ocultar y ocluir. Entre ellos, extrañamente,<br />
aparentemente, no había investigadores<br />
de origen africano.<br />
El primer espectáculo, Calunga Andumba,<br />
se estrenó en 1972 en una de <strong>la</strong>s sa<strong>la</strong>s<br />
más importantes de Buenos Aires, los<br />
“Teatros de San Telmo”, de los arquitectos<br />
Giesso. Dicho espectáculo –que hoy ha<br />
sido solicitado oficialmente para integrar<br />
los festejos del Bicentenario– fue recibido<br />
con el beneplácito de <strong>la</strong> crítica, subyugada<br />
por tan “extraño espectáculo”, y del<br />
público que, asombrado, comenzaba a<br />
enterarse de que en <strong>la</strong> república argentina<br />
había habido negros y que aún estaban<br />
vivos sus descendientes. El afamado y<br />
prestigioso crítico argentino Edmundo<br />
Eichelbaum afirmó: “Gracias Susana y<br />
Carmen P<strong>la</strong>tero por enseñarnos que muy<br />
frecuentemente los b<strong>la</strong>ncos tenemos el<br />
alma negra de omisiones y egoísmos. En<br />
fin, un maravilloso espectáculo”.<br />
Si bien <strong>la</strong> Universidad Nacional, el Centro<br />
de Estudios Afroasiáticos, <strong>la</strong> Asociación<br />
Argentina de Psicodrama, <strong>la</strong> Alianza<br />
Francesa de Martínez en <strong>la</strong> provincia de<br />
Buenos Aires, <strong>la</strong>s embajadas de Nigeria y<br />
Costa de Marfil auspiciaban calurosamente<br />
y requerían <strong>la</strong> presencia de los integrantes<br />
que ya comenzaban a ser incorporados,<br />
<strong>la</strong> prensa, paradójicamente, desde uno de<br />
sus periódicos más importantes, decía que<br />
<strong>la</strong>s hermanas P<strong>la</strong>tero pretendíamos algo<br />
imposible, ya que, si bien los africanos<br />
y sus descendientes habían prestado un<br />
alto servicio a <strong>la</strong> nación argentina, ya no<br />
era necesaria una representación <strong>cultura</strong>l<br />
(como <strong>la</strong> que habíamos creado con<br />
ingentes esfuerzos) porque en <strong>la</strong> Argentina<br />
ya no había negros.<br />
Nosotras demostramos lo contrario: a<br />
partir de 1987, año en el que fundamos<br />
oficialmente <strong>la</strong> comedia negra de Buenos<br />
Aires, emergieron todas <strong>la</strong>s agrupaciones<br />
de afrocriollos de Buenos Aires, Capital y<br />
de <strong>la</strong> provincia de Santa Fe.<br />
Con aquel<strong>la</strong>s desafortunadas pa<strong>la</strong>bras, se<br />
intentó echar por tierra una de <strong>la</strong>s leyes<br />
más certeras del universo, el mestizaje.<br />
Pero <strong>la</strong> comedia negra de Buenos Aires,<br />
a pesar de todo, logró su objetivo: con<br />
nuevos espectáculos, siguió denunciando<br />
sin ambages <strong>la</strong> indiferencia y complicidad<br />
de quienes no se deciden a reconocer<br />
presencias que nos constituyen. De no<br />
haber permanecido esas presencias,<br />
otra hubiera sido <strong>la</strong> historia. <strong>Las</strong> obras<br />
Vigilia, Rastros, Tango con acento en <strong>la</strong>