Popular el paraíso: la AAO en El Cabrito - 139
140 - Popular el paraíso: la AAO en El CabritoDER STERN, 1 - 6 - 1988 1Debía ser el experimento <strong>de</strong>l milenio:el lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la comuna, Otto Muehl,había prometido la liberación <strong>de</strong>todos los tabúes y ataduras. Cientosle siguieron hasta la isla <strong>de</strong> La Gomera,don<strong>de</strong> estableció un engañosorégimen opresor. Sven Michaelsen yPeter Praschl, redactores <strong>de</strong> la revistaStern, han hablado con antiguosmiembros <strong>de</strong> la comuna que estánhartos <strong>de</strong>l terror psicológico y <strong>de</strong> loslistados <strong>de</strong> folleteo.Sodoma y GomeraEl paraíso truncado <strong>de</strong>l gurú <strong>de</strong>l sexo[Pie <strong>de</strong> foto]El austriaco Otto Muehl, <strong>de</strong> 63años, con su mujer Claudia (a la izquierda)y una joven. Los Muehl sereservan el <strong>de</strong>recho a iniciar a los niños<strong>de</strong> la comuna en la sexualidad. Elantiguo artista <strong>de</strong>l happening ruedaví<strong>de</strong>os extravagantes en La Gomeracon sus protegidos. A la <strong>de</strong>recha,una escena <strong>de</strong> “El <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong>América”.«Psíquicamente, estaba hecho unapiltrafa», cuenta Michael. 2 «No teníanovias ni sexo, porque siempre mesentía impotente e inferior al resto. Alprincipio, cuando entré en la comuna,me horrorizaba el abuso <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<strong>de</strong> Otto; sin embargo, al cabo <strong>de</strong> tresdías pasó a ser como una revelaciónpara mí: <strong>de</strong> repente, había encontradoun nuevo padre. A<strong>de</strong>más, el grupome ofrecía <strong>de</strong> común acuerdo la posibilidad<strong>de</strong> tener sexo con muchasmujeres». Tras 13 años en la comuna,Michael (que ahora tiene 35) la haabandonado.El Cabrito, la última se<strong>de</strong> <strong>de</strong>l paraísoperdido <strong>de</strong> Michael parece, visto<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mar, un sueño turístico: caseríospintados <strong>de</strong> blanco ro<strong>de</strong>ados<strong>de</strong> palmerales y a<strong>de</strong>lfas en flor; enlas colinas, cultivos <strong>de</strong> ver<strong>de</strong>s plataneras.Sin embargo, para aquel que noconoce el lugar, la acogida en el paraísosubtropical es ruda. […] Y esque aquí, a 400 kilómetros al oeste<strong>de</strong> África, sólo manda una persona:Otto Muehl. Este artista austriaco <strong>de</strong>lhappening, <strong>de</strong>scrito por la revista DerSpiegel como «un ogro <strong>de</strong> ojos rasgadosque adquirió una pintorescareputación ejecutando reses en públicoy organizando espectáculos <strong>de</strong>coprofilia», ha conseguido estableceren La Gomera un estrafalario estadominúsculo que él mismo elogia como«el experimento <strong>de</strong>l milenio». Éstees su programa: «Se acabaron lasneurosis sexuales, las enfermeda<strong>de</strong>svenéreas y los crímenes sexuales». Ypara ello no ha reparado en gastos:ya ha invertido más <strong>de</strong> 14 millones <strong>de</strong>marcos en su utópico experimentohumano.Ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> una impresionantereserva natural y <strong>de</strong> una barrera <strong>de</strong>rocas, El Cabrito sólo es accesible<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mar. Esta finca <strong>de</strong> 320 hectáreastiene un colegio privado y suspropios embalses para el suministro<strong>de</strong> agua dulce. A<strong>de</strong>más, Otto Muehlha proporcionado un mo<strong>de</strong>rno equipamientoa sus ya más <strong>de</strong> 400 a<strong>de</strong>ptos.Cerca <strong>de</strong> 200 personas le siguieronel año pasado hasta La Gomera<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el pueblo austriaco Friedrichshof,situado junto al lago Neusiedler,se<strong>de</strong> central <strong>de</strong> la comuna fundada en1970. Todos ellos trabajan ya con teléfonosmóviles, walkie-talkies, faxesy or<strong>de</strong>nadores. A<strong>de</strong>más, una embarcaciónvalorada en 400.000 marcostransporta varias veces al día material<strong>de</strong> construcción a la colonia en constantecrecimiento.La fortuna <strong>de</strong> la comuna, tasadaen 40 millones <strong>de</strong> marcos, la amasaronalgunos <strong>de</strong> sus miembros, hábilesnegociantes que arrasaron en losmercados financieros internacionales,<strong>de</strong> Ámsterdam a Chipre. Cuandolas operaciones mercantiles a plazo ocon eurobonos <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> ser rentables,se lanzaron a un nuevo mercado.En la actualidad, ven<strong>de</strong>n seguros<strong>de</strong> vida y <strong>de</strong> enfermedad en las sucursales<strong>de</strong> Múnich, Berlín, Hamburgo yZúrich. Según Muehl: «Usamos el capitalismocomo una mina y lo aprovechamosal máximo».Los seguidores <strong>de</strong> Muehl, conocidoscomo «los mormones» por losgomeros, buscan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace mesesnuevas tierras y ofrecen siempre eldoble <strong>de</strong> su valor real. Las conversacionesprivadas al respecto son untema tabú para los lugareños.Y en parte es comprensible, yaque en la comuna ocurren cosas increíbles:las relaciones <strong>de</strong> pareja («lapeste») están prohibidas, y se ha abolidola familia nuclear («un crimen»).El sexo libre, con el que Muehl ofrecíatratamiento médico a sus seguidores,se organiza mediante listados <strong>de</strong> folleteoinformatizados en los que seestablece la pareja, la fecha y la hora<strong>de</strong>l coito. El acto sexual i<strong>de</strong>al <strong>de</strong>bedurar, como mucho, treinta minutos;si dura más, se sospecha <strong>de</strong> «unarelación <strong>de</strong> pareja íntima». A quienhabla <strong>de</strong>masiado durante el coito, sele tilda <strong>de</strong> «empalagoso» y el tribunal<strong>de</strong> la comuna, el Palaver, lo humillapúblicamente.«Siempre me ha gustado hablarcon los hombres con los que me heacostado», comenta Sabine, una exmiembro <strong>de</strong> la comuna. «En el Palaver,esos hombres se ponían <strong>de</strong> pie ypregonaban que yo parloteaba <strong>de</strong>masiadodurante el coito».De la educación sexual <strong>de</strong> los niñosse encarga personalmente Muehl,a sus 63 años. […] Pero Muehl no selimita a la teoría: solo él pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>sflorara las chicas <strong>de</strong> la comuna. «Muehlpractica el sexo con niñas <strong>de</strong> 13 años»,explica Peter, un pedagogo <strong>de</strong> 36 añosque ha vivido once en la comuna. «Lasque se niegan a acostarse con él sonsometidas a fuertes presiones psicológicas.Una <strong>de</strong> ellas incluso empezó afantasear con el suicidio, y, temiendolas consecuencias legales, Muehl <strong>de</strong>struyótodos nuestros diarios».El pachá <strong>de</strong>l sexo insiste en su soberanía.«Otto ha <strong>de</strong>cretado que lasjóvenes sólo pue<strong>de</strong>n acostarse conél», explica Peter. «Con ello preten<strong>de</strong>hacerlas <strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong> él, que<strong>de</strong>ci<strong>de</strong> y anuncia en el Palaver cuándoautoriza a una chica a estar conotros hombres. Para justificarse, Ottoafirma que él es el único que pue<strong>de</strong>evitar que el sexo <strong>de</strong>genere en unaperversa relación <strong>de</strong> pareja, pero loque persigue con esto es <strong>de</strong>jar a lasjóvenes embarazadas lo más prontoposible para que <strong>de</strong>pendan emocionalmente<strong>de</strong> él y <strong>de</strong>l grupo».La sexualidad se establece comoun juego <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r: la que es bienacogida en la cama <strong>de</strong> Muehl ascien<strong>de</strong>en la jerarquía. «Este sistema<strong>de</strong>senca<strong>de</strong>na situaciones realmentegrotescas», nos cuenta Matthias, <strong>de</strong>35 años, quien tras abandonar la comunaha iniciado la carrera <strong>de</strong> filologíarománica. «Una mujer <strong>de</strong> más <strong>de</strong>40 años que fue rechazada por Ottoobligó a sus hijas <strong>de</strong> 14 y 15 años a