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Descargar PDF - Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

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34 - Política y poética <strong>de</strong> la transgresiónsexual. El caso <strong>de</strong> las mujeres <strong>de</strong> Greeham Common es, sin duda, especial (entodos los sentidos) y privilegiado, pero revela, no obstante, hasta qué punto elcuerpo grotesco pue<strong>de</strong> convertirse en intersección y mediación básica, y altamentecargada <strong>de</strong> significado, <strong>de</strong> las fuerzas sociales y políticas; en una especie<strong>de</strong> intensificador o <strong>de</strong> elemento <strong>de</strong>splazador en la construcción <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad.El contraste exorbitante entre el cuerpo cerrado, monumental, clásico, <strong>de</strong>l complejomilitar americano, valorado en millones <strong>de</strong> dólares, y el puñado <strong>de</strong> tiendas<strong>de</strong> campaña baratas, dispuestas sin or<strong>de</strong>n ni concierto, abiertas y embarradas,constituye un escándalo que la dignidad hegemónica no pue<strong>de</strong> admitir. Es maravillosorealmente que tan poco cambie tanto.Explorando los dominios <strong>de</strong> la transgresión en los que se interconectan elespacio, el cuerpo, la i<strong>de</strong>ntidad grupal y la subjetividad en la Europa premo<strong>de</strong>rnay mo<strong>de</strong>rna (especialmente en Inglaterra) y señalando los puntos <strong>de</strong> antagonismo,<strong>de</strong> solapamiento y <strong>de</strong> intersección entre lo alto y lo bajo, entre loclásico y su “Otro”, llegaremos a ver algunas <strong>de</strong> las disonancias simbólicas másricas y potentes <strong>de</strong> nuestra cultura. Al localizar estos puntos, iluminamos losámbitos discursivos don<strong>de</strong> se generan, como complejos conflictivos, la clasificaciónsocial y los procesos psicológicos. Es precisamente ahí don<strong>de</strong> se unenla i<strong>de</strong>ología y la fantasía. Y <strong>de</strong>scubrimos la topografía <strong>de</strong> los dominios que, envirtud <strong>de</strong> las exclusiones en los niveles geográfico, <strong>de</strong> clase o somático, trazalas líneas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seo y los contornos <strong>de</strong> las fobias que se producen y reproducenmutuamente. Estos <strong>de</strong>splazamientos tienen una magia secular, y su ley es la ley<strong>de</strong> la exclusión.La lógica <strong>de</strong> la formación <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad entraña, así, unas asociaciones distintivasy un intercambio entre el espacio, la clase y el cuerpo que no se imponenal sujeto-i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> fuera, sino que constituyen el núcleo básico <strong>de</strong> unared <strong>de</strong> intercambio, <strong>de</strong> una economía <strong>de</strong> signos, en las que los individuos, losescritores y los autores no son a veces sino agentes perplejos. Una regla fundamentalparece ser que aquello que se excluye en el nivel abierto <strong>de</strong> la formación<strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad produce nuevos objetos <strong>de</strong> <strong>de</strong>seo. Y así como surgen nuevasseries clasificatorias con nuevas formas <strong>de</strong> producción y nuevas relaciones sociales,así también cambiará la anti-estructura carnavalesca y transgresora <strong>de</strong>lcuerpo clásico emergente, señalando nuevos espacios <strong>de</strong> intensidad simbólicay metafórica en el terreno i<strong>de</strong>ológico. En una sociedad <strong>de</strong> clases en la que elconflicto social está siempre presente, estos espacios no coinci<strong>de</strong>n necesariamentecon los límites “objetivos” <strong>de</strong> las clases en conflicto, pero funcionarán,no obstante, en beneficio <strong>de</strong> un grupo social más que <strong>de</strong> otros. Por ejemplo, enel siglo XIX, ciertas fantasías <strong>de</strong> la clase media con respecto al lumpen borraroncuestiones centrales con respecto al proletariado. Por otro lado, los dominiossimbólicos transgresores y el fetichismo que los acompaña nunca se limitan adistraer la atención. No es sencillo encajar el repertorio imaginario <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seotransgresor en las contradicciones económicas y políticas <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n social; sinembargo, están profundamente conectados.A modo <strong>de</strong> recapitulación <strong>de</strong> todo lo expuesto: centrándonos en ese solapamiento,“lleno <strong>de</strong> tabúes”, <strong>de</strong>l discurso elevado y <strong>de</strong>l discurso popular queda lugar a lo grotesco, trasladamos el concepto bajtiniano <strong>de</strong> lo carnavalescoa una estructura que lo hace analíticamente potente para el estudio <strong>de</strong> los re-

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