La institucionalización <strong>de</strong> lo popular - 197Alberto López Cuenca - La propia <strong>de</strong>finición arte tiene que operar sobre el principio<strong>de</strong> la diferencia porque la noción que manejamos <strong>de</strong> arte es una nociónmo<strong>de</strong>rna. Es <strong>de</strong>cir, tiene que separarse <strong>de</strong> otros ámbitos y <strong>de</strong> otras prácticas,por supuesto. De eso no me cabe la menor duda. Lo que estaba intentandoapuntar era por qué se produce la integración o neutralización <strong>de</strong> lo popularcomo una fuerza divergente en la práctica artística. Claro que el arte, para seguirsiéndolo, tiene que ser pensado y expuesto en un espacio distintivo. ¿Que esuna ficción en las actuales condiciones <strong>de</strong> producción? Estoy absolutamente <strong>de</strong>acuerdo que lo es, pero es una ficción en términos foucaultianos, es <strong>de</strong>cir, unaficción que produce realidad.Jesús Carrillo - Una ficción que se sabe ficción. Esa es la gran diferencia respectoa otras ficciones mo<strong>de</strong>rnas que reconocemos como ficciones ahora, pero queoperaron como principios estructurales en su momento.Beatriz Herráez - Lo sucedido en el contexto más próximo es sin duda un casosingular por el ritmo vertiginoso con el que se han puesto en marcha multitud<strong>de</strong> infraestructuras culturales, museos y centros <strong>de</strong> arte en las últimas décadas,algo que no pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>sligado <strong>de</strong> la propia historia <strong>de</strong>l Estado español.Sin embargo, es importante apuntar que, <strong>de</strong> manera paralela a esa eclosión <strong>de</strong>gran<strong>de</strong>s infraestructuras mencionada por Alberto, también ha sido posible el<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> una red <strong>de</strong> propuestas y centros con programas, menos visibles,más “silenciosos” pero que han sido claves para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> una escenaconcreta, en la formación <strong>de</strong> artistas, o en la edición <strong>de</strong> publicaciones que sehan mantenido en el tiempo. El peligro real en estos momentos es el modoen que estas infraestructuras comienzan a ser “integradas”, disueltas, en esosnuevos macro-centros i<strong>de</strong>ados en los últimos años. Ese mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> la culturacomo recurso mencionado. El caso <strong>de</strong> ARCO es asimismo interesante porquese da la circunstancia <strong>de</strong> que es una feria <strong>de</strong> arte contemporáneo, pero con unpúblico masivo, algo que no suce<strong>de</strong>rá en otros eventos <strong>de</strong> este tipo, espacioscomerciales, <strong>de</strong> transacción económica, y con un público muy <strong>de</strong>terminado. Sinembargo es interesante ver cómo en estos contextos es cada vez más habitualel incluir en sus programas activida<strong>de</strong>s paralelas que, <strong>de</strong> algún modo, proporcionanuna imagen distinta a las ferias, que <strong>de</strong> algún modo las “aleja”, falsamente,<strong>de</strong> su función estrictamente económica. Cada vez es más frecuente vercómo los programas <strong>de</strong> charlas, conferencias y seminarios se integran en estoseventos, y se incrementa la presencia <strong>de</strong> instituciones públicas casi a modo <strong>de</strong>stands promocionales turísticos. La cultura como un territorio cada vez másimpregnado <strong>de</strong> los principios <strong>de</strong>l libre mercado, impulsado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las propiaspolíticas públicas.Carles Guerra - Yo quería anotar varias cosas. En primer lugar, yo también compartobastante el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>l recurso <strong>de</strong> la cultura, pero creo que hay una implicaciónbastante más dramática que es la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> la cultura como un recursonatural. Ahí hay una implicación que vale la pena <strong>de</strong>sarrollar porque lo que hacees equiparar estas masas <strong>de</strong> las que ha empezado hablando José con un recursonatural. Lo digo porque todo lo que has dicho, en el fondo, me queda como muy
198 - La institucionalización <strong>de</strong> lo popularsuperficial y ese entretenimiento <strong>de</strong> las diferencias que uno pue<strong>de</strong> encontrar enARCO, cuando lo miras <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese punto <strong>de</strong> vista, no son nada, son diferenciasque pue<strong>de</strong>n ser en el fondo muy homogéneas. Creo que lo que ocurre en ARCOes que el verda<strong>de</strong>ro espectáculo no es esa diferencia aparente <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong>arte, un Jeff Koons o un Bacon, el espectáculo está en el hecho <strong>de</strong> que el arte eseconomía. La gente, aunque no compre, ha entrado en un territorio en el que lacultura se ha convertido en economía. Es el espectáculo <strong>de</strong>l valor, <strong>de</strong> las formas<strong>de</strong> valorización, eso es bonito, eso es bello <strong>de</strong> por sí. Incluso discreparía <strong>de</strong> Jesúscuando habla <strong>de</strong>l museo, <strong>de</strong> esa institución que pue<strong>de</strong> organizar el valor simbólico.Nada <strong>de</strong> eso. El verda<strong>de</strong>ro disfrute está en los valores transicionales <strong>de</strong>l arte.Es <strong>de</strong>cir, en objetos que hoy valen mucho y mañana no valen nada. Incluso, <strong>de</strong>s<strong>de</strong>el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>l espectador, el disfrute <strong>de</strong>l arte es el <strong>de</strong> objetos transicionales,objetos que ayudan a pensar cosas, a elaborar situaciones y cuando has elaboradoesa situación, te pue<strong>de</strong>s olvidar <strong>de</strong>l objeto. El objeto queda <strong>de</strong>scargado, comodirían Winnicott y Melanie Klein cuando <strong>de</strong>finen el objeto transicional, con el quecreo que hay una analogía interesante a <strong>de</strong>batir. Ese objeto está <strong>de</strong>scargado, eseobjeto queda en un limbo, ya ha hecho su función y “a otra cosa mariposa”. Sihablamos <strong>de</strong> esas diferencias epidérmicas o hablamos <strong>de</strong>l valor simbólico, estamosignorando las lógicas <strong>de</strong> lo popular que son mucho más sofisticadas <strong>de</strong> loque les presuponemos.Quiero insistir algo más en la noción <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> arte como un objeto transicionalque nos ayuda a elaborar situaciones cognitivas, sociales y culturales. Eso<strong>de</strong>l valor simbólico es muy antiguo, que podía tener sentido cuando el Estado yla cultura estaban maridadas y hermanadas, en maridaje estrecho, pero hoy endía nada <strong>de</strong> eso. El Estado no utiliza la cultura, <strong>de</strong> hecho, no hay Estado para utilizarninguna cultura. Esas exposiciones <strong>de</strong> arte español ya son ridículas. La gentecuando ve esos títulos, huye. Por eso quiero insistir en que el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>l objetotransicional es el mo<strong>de</strong>lo más a<strong>de</strong>cuado para entrar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las lógicas <strong>de</strong> lopopular. En el sentido <strong>de</strong> que lo popular consume las cosas y las abandona.Es <strong>de</strong>cir, es el mo<strong>de</strong>lo que Winnicott y Klein plantean, el <strong>de</strong> ese osito <strong>de</strong> pelucheque en nuestra tierna infancia sirve para elaborar el yo. Esa distinciónentre yo y el mundo se elabora a través <strong>de</strong> un objeto transicional que cuandoya has elaborado el yo empiezas a ver como objeto, siendo entonces cuandoqueda <strong>de</strong>scargado, porque antes estaba pegado a tu cuerpo. Ello, traspasado almuseo, podría ser muy revolucionario y es lo que podría llegar a justificar queel museo, agotadas ya las políticas <strong>de</strong> adquisición <strong>de</strong> originales, <strong>de</strong> únicos, pueda<strong>de</strong>dicarse a la adquisición <strong>de</strong> capitales experienciales, <strong>de</strong> documentos, <strong>de</strong>archivos, que tienen esa especie <strong>de</strong> consumo como objeto <strong>de</strong> valor transicionalo relacional, pero no como objeto simbólico en cualquier caso.Alberto López Cuenca - Pero fíjate, creo que ahí, precisamente, está ya operativoese principio cuando hablaba <strong>de</strong> la <strong>de</strong>smaterialización o la terciarización.Ya sé que son términos que por estar <strong>de</strong>sgastados, probablemente, tien<strong>de</strong>n averse como epidérmicos. La pérdida <strong>de</strong> prepon<strong>de</strong>rancia <strong>de</strong>l papel <strong>de</strong>l objetocomo coleccionable, como mercancía, en ese estadio pos-burgués o mediático,<strong>de</strong> lo que habla es <strong>de</strong>l papel <strong>de</strong>l objeto, <strong>de</strong>l museo, <strong>de</strong> ARCO, como fijador <strong>de</strong>una red <strong>de</strong> relaciones sociales. De lo que hablaría aquí es <strong>de</strong> la producción <strong>de</strong>