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Descargar PDF - Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

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32 - Política y poética <strong>de</strong> la transgresiónun mo<strong>de</strong>lo o un estándar estético. En realidad, estructuró, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro, comosi dijéramos, los discursos característicamente “elevados” <strong>de</strong> la filosofía, elgobierno, la teología y el <strong>de</strong>recho, así como los <strong>de</strong> la literatura, tal como noslos legó el Renacimiento. En el cuerpo discursivo clásico estaban codificadosaquellos sistemas regulados que eran cerrados, homogéneos, monumentales,centrados y simétricos. La “frugalidad” <strong>de</strong> la explicación y la “economía” <strong>de</strong> laexpresión pasaron a ser la medida <strong>de</strong> la racionalidad, instituyendo así la norma<strong>de</strong> la Cuaresma como mo<strong>de</strong>lo epistemológico normativo. Y poco a poco, losprotocolos <strong>de</strong>l cuerpo clásico llegaron a caracterizar la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>l propio racionalismoprogresista. Éstos son los términos <strong>de</strong>l “régimen” <strong>de</strong> Foucault y <strong>de</strong>la “racionalización” <strong>de</strong> Weber, las sólidas formas <strong>de</strong> la pureza funcional, que, sinduda, condujeron en la Inglaterra <strong>de</strong>l siglo XVIII a la edad dorada <strong>de</strong> las “gran<strong>de</strong>sinstituciones” –los hospitales, las escuelas, los cuarteles, los asilos, las cárceles,las compañías <strong>de</strong> seguros y las financieras–, que, como sugiere Foucault,expresan la razón clásica burguesa y garantizan su mantenimiento. A<strong>de</strong>más, elenfoque <strong>de</strong> Foucault en los excluidos sometidos (los locos, los <strong>de</strong>lincuentes, losenfermos, los transgresores sexuales, los rebel<strong>de</strong>s) que convierten en incluidosa los excluidos revela hasta qué punto la cultura dominante construye a esosexcluidos en términos <strong>de</strong>l cuerpo grotesco. Lo “grotesco” aquí <strong>de</strong>signa a lomarginal, lo bajo, lo que queda excluido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> un cuerpo clásicoque si está situado en alto, <strong>de</strong>ntro y en el centro es precisamente en virtud<strong>de</strong> todo lo que excluye.El cuerpo grotesco, como <strong>de</strong>ja claro Bajtín, tiene también sus normas discursivas:la impureza (tanto en el sentido <strong>de</strong> la suciedad como en el <strong>de</strong> la mezcla <strong>de</strong>categorías), la heterogeneidad, el enmascaramiento, la dilatación protuberante,la <strong>de</strong>sproporción, la exorbitancia, el bullicio, las disposiciones <strong>de</strong>scentradas oexcéntricas y un énfasis especial en los huecos, los orificios y la suciedad (loque Mary Douglas <strong>de</strong>nomina “materia fuera <strong>de</strong> lugar”), en los placeres físicosy las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l “estrato corporal inferior”, en la materialidad y la parodia.En este sentido, en su <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> la histeria femenina, Charcot parece invocarautomática e inconscientemente la oposición entre lo clásico y lo grotesco,como también parecen hacerlo el portavoz policial que informa sobre un piqueteo Auberon Waugh en su <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> las mujeres acampadas en GreenhamCommon (“que apestan a pescado y a ostras putrefactas”). El cuerpo físico grotescose invoca tanto <strong>de</strong>fensiva como ofensivamente porque no sólo es unaimagen potente, sino también un elemento constitutivo esencial <strong>de</strong> la serie <strong>de</strong>categorías que dan sentido al mundo y con las cuales vivimos.En la respuesta social que tuvo Greenham Common –el campamento <strong>de</strong> mujeresmontado en terrenos comunales <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> una base <strong>de</strong> misiles nuclearesamericanos, en las afueras <strong>de</strong> Newbury– salieron a la luz muchas <strong>de</strong> estascuestiones, y con tal fuerza que constituye un caso ejemplar al respecto. MaliseRuthven lo resumía así:las mujeres suscitaban un grado <strong>de</strong> hostilidad <strong>de</strong>sproporcionado con respectoa las molestias que pudieran causar a los militares, a la policía o a losresi<strong>de</strong>ntes cercanos a la base. En las tiendas y en los bares se negaban a aten<strong>de</strong>rlas;los gamberros <strong>de</strong> la comunidad unieron inesperadamente sus fuerzas

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