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Descargar PDF - Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

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El ignorante <strong>de</strong>l maestro: sobre ignorancia y emancipación - 39que la escuela, confirmándola y prolongándola. Enesta opción, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar al alumno a merced <strong>de</strong> todasesas fuerzas, abandonar al muchacho <strong>de</strong>l Quijotepara que el labrador siga azotándole hasta <strong>de</strong>jarloprácticamente muerto. Pue<strong>de</strong> también confirmaruna <strong>de</strong>terminada división <strong>de</strong>l trabajo y convertir alos estudiantes en unas meras piezas <strong>de</strong>l engranajecapitalista sin más ni más. Dejar solo al estudiante,como preten<strong>de</strong> Rancière al socaire <strong>de</strong> Jacotot, es<strong>de</strong>jarlo sin armas para afrontar un peligro bien real.En esta línea simplificada, es claro que los maestrostienen otra opción: ir en contra <strong>de</strong>l atontamientorevelando las claves que sostienen ese edificio, explicandodón<strong>de</strong> está la raíz <strong>de</strong>l problema en cada casopuesto que ellos pue<strong>de</strong>n haberlo visto y lo/as alumnos/asno (o viceversa), o bien marcando las vías invisiblesque conectan el arte y la literatura con la economíay las matemáticas, o a estas con el conjunto<strong>de</strong> las bolsas mundiales, y un largo etcétera que noes posible nombrar aquí ni siquiera <strong>de</strong> forma parcial.Es bien conocida la tesis althusseriana, expuestaen su texto citado con anterioridad, según la que laescuela constituye el aparato i<strong>de</strong>ológico <strong>de</strong> Estadodominante en las formaciones sociales capitalistas. 38Según Althusser, la escuela inculca <strong>de</strong>terminadashabilida<strong>de</strong>s recubiertas por la i<strong>de</strong>ología dominante,o incluso la i<strong>de</strong>ología dominante en estado puro, taly como ocurre cuando se enseña moral, filosofía oinstrucción cívica. Observa que en este cometido laescuela se ve acompañada por otros aparatos i<strong>de</strong>ológicosque, po<strong>de</strong>mos añadir, en nuestros días tienenmás potencia inculcadora que una escuela cuyoprestigio ha ido <strong>de</strong>scendiendo. En este sentido, elmaestro viene a ser un agente transmisor <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ología.Llegado a este punto, Althusser introduce elsiguiente matiz:Pido perdón por esto a los maestros que, en condicionesespantosas, intentan volver contra la i<strong>de</strong>ología, contra elsistema y contra las prácticas <strong>de</strong> que son prisioneros, laspocas armas que puedan hallar en la historia y el saberque ellos “enseñan”. Son una especie <strong>de</strong> héroes. Pero noabundan, y muchos (la mayoría) no tienen siquiera lamás remota sospecha <strong>de</strong>l “trabajo” que el sistema (quelos rebasa y aplasta) les obliga a realizar y, peor aún, ponentodo su empeño e ingenio para cumplir con la últimadirectiva (¡los famosos métodos nuevos!). Están tan lejos<strong>de</strong> imaginárselo que contribuyen con su <strong>de</strong>voción a mantenery alimentar esta representación i<strong>de</strong>ológica <strong>de</strong> la escuela,que la hace tan “natural” e indispensable, y hastabienhechora, a los ojos <strong>de</strong> nuestros contemporáneoscomo la iglesia era “natural”, indispensable y generosapara nuestros antepasados hace algunos siglos. 39Más allá <strong>de</strong> las críticas a que ha sido sometido esteplanteamiento <strong>de</strong> Althusser, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que haypocas palabras <strong>de</strong> las que se acaban <strong>de</strong> citar que nopuedan ser aplicadas en nuestro propio contexto. 40Al alumno no se le pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar solo ante las diferentesmaterias porque antes <strong>de</strong> que lleguemos nosotros,los maestros, ya está <strong>de</strong>masiado acompañado.Esas palabras que el niño apren<strong>de</strong> “con anterioridada cualquier maestro explicador” (p. 14), 41 y que segúnRancière constituyen el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> aprendizaje,están ya contaminadas, son las palabras <strong>de</strong> la tribucontra las que Mallarmé quería volver la poesía, son<strong>de</strong> antemano las consignas <strong>de</strong>l atontamiento.Se podrían repetir aquí las palabras <strong>de</strong> Leninen contra <strong>de</strong> la “espontaneidad” <strong>de</strong> la clase obreracomo mecanismo que permite alcanzar una a<strong>de</strong>cuadaconciencia <strong>de</strong> clase: “todo culto a la espontaneidad<strong>de</strong>l movimiento obrero […] implica un fortalecimiento<strong>de</strong> la influencia <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ología burguesasobre los obreros”. 42 Lenin ve muy claramente queesa conciencia necesita ser introducida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> fuera,entre otras razones porque la conciencia obrera está<strong>de</strong> antemano muy poblada. También los alumnos <strong>de</strong>Jacotot estaban muy bien acompañados, en contra<strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>clara Rancière. Leamos pacientementepara darnos cuenta <strong>de</strong> lo que, en realidad, sucediócon tales alumnos.Según la versión <strong>de</strong> este último, lo que estosalumnos <strong>de</strong>mostraron “aprendiendo solos” fue queno era necesaria ninguna explicación. “Explicar” espara Rancière una palabra maldita. ¿Qué es explicar?En términos generales, toda explicación consiste enel empleo <strong>de</strong> unas palabras (en general, más claras)para dar cuenta <strong>de</strong> otras palabras. Veamos cómo lodice Rancière:Veamos por ejemplo un libro en manos <strong>de</strong> un alumno.Este libro se compone <strong>de</strong> un conjunto <strong>de</strong> razonamientos<strong>de</strong>stinados a hacer compren<strong>de</strong>r una materia al alumno.Pero enseguida es el maestro el que toma la palabrapara explicar el libro. Realiza una serie <strong>de</strong> razonamientospara explicar el conjunto <strong>de</strong> razonamientos queconstituyen el libro (p. 13). 43Ese conjunto <strong>de</strong> razonamientos que hace el maestropara explicar el conjunto <strong>de</strong> razonamientos quehay en el libro cumple una función metalingüísticaen la que unas palabras (las <strong>de</strong>l maestro) hablan<strong>de</strong> otras palabras (las <strong>de</strong>l libro). Hemos llegado alnúcleo <strong>de</strong> toda explicación; palabras (en teoría másclaras) que hablan <strong>de</strong> otras palabras. Rancière dice:no hace falta emplear otras palabras para explicarunas palabras primeras, el niño las pue<strong>de</strong> compren<strong>de</strong>rdirectamente. Los estudiantes flamencos, continúadiciendo, solo tenían para hablar <strong>de</strong> Telémacolas palabras <strong>de</strong> Telémaco, les bastaban las palabras<strong>de</strong> Fénelon.

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