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EL-DESARROLLO-LOCAL-COMPLEMENTARIO

La relativamente nueva propuesta sobre el desarrollo: “Desarrollo Económica Local, DEL, se refiere sólo a la dimensión económica, ignorando las dimensiones sociales, históricas y culturales. Da la importancia de esas dimensiones decidí eliminar la palaba “Económico” para reemplazarla “Complementario”, de manera que el nuevo modelo cambió de nombre para convertirse en “Desarrollo Local Complementario” y la nueva sigla, DELC. El nuevo nombre se refiere no sólo a la necesidad de complementar los esfuerzos de los ciudadanos en las actividades respectivas, sino en la participación integral del Estado, la Empresa Privada, la Academia y la Sociedad Civil. Así, la obra se estructuró sobre los siguientes temas principales: Teoría del Desarrollo Local Complementario (DELC), el DELC y sus Políticas; Desarrollo Local Complementario y el Territorio, el turismo, el desarrollo local urbano. También analiza los campos específicos del Estado, la Empresa, la Sociedad Civil y el mundo académico y la responsabilidad de cada uno en el cuidado del Medio ambiente. La Identidad Histórica pone como ejemplo a Bolivia, para mostrar que las poblaciones de cada país tienen diferentes modos de vida, de costumbres y de tradiciones y que esas dimensiones deben ser tomadas en cuenta en un Plan de Desarrollo Local Complementario (PDELC). El texto resume los primeros modelos de crecimiento y los de desarrollo, material sobre el que aporto con mis propias ideas, para usarlos como base de la Esencia del DELC. La obra finaliza con un capítulo referido a la Guía Central para concebir y ejecutar un plan DELC.

La relativamente nueva propuesta sobre el desarrollo: “Desarrollo Económica Local, DEL, se refiere sólo a la dimensión económica, ignorando las dimensiones sociales, históricas y culturales. Da la importancia de esas dimensiones decidí eliminar la palaba “Económico” para reemplazarla “Complementario”, de manera que el nuevo modelo cambió de nombre para convertirse en “Desarrollo Local Complementario” y la nueva sigla, DELC. El nuevo nombre se refiere no sólo a la necesidad de complementar los esfuerzos de los ciudadanos en las actividades respectivas, sino en la participación integral del Estado, la Empresa Privada, la Academia y la Sociedad Civil. Así, la obra se estructuró sobre los siguientes temas principales: Teoría del Desarrollo Local Complementario (DELC), el DELC y sus Políticas; Desarrollo Local Complementario y el Territorio, el turismo, el desarrollo local urbano. También analiza los campos específicos del Estado, la Empresa, la Sociedad Civil y el mundo académico y la responsabilidad de cada uno en el cuidado del Medio ambiente. La Identidad Histórica pone como ejemplo a Bolivia, para mostrar que las poblaciones de cada país tienen diferentes modos de vida, de costumbres y de tradiciones y que esas dimensiones deben ser tomadas en cuenta en un Plan de Desarrollo Local Complementario (PDELC). El texto resume los primeros modelos de crecimiento y los de desarrollo, material sobre el que aporto con mis propias ideas, para usarlos como base de la Esencia del DELC. La obra finaliza con un capítulo referido a la Guía Central para concebir y ejecutar un plan DELC.

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por pagar puntualmente sus deudas externas, como una muestra. La desnutrición, ya crónica,<br />

ya aguda, afecta al desarrollo físico de los niños, pero hace algo más: los convierte en seres<br />

para quienes el alimento de todos los días está al extremo de un arco iris siempre le-jano; en<br />

peregrinos de una sola meta: comer. Millones de "niños olvidados", esto es, los niños indígenas,<br />

mueren por falta de agua potable. En algunas comunidades de Bolivia, muere un niño<br />

de cada tres que nacen; los que logran sobrevivir crecen con el hambre y para el hambre. En<br />

medio del horror que significa haber sido condenados al hambre perpetua por un sistema<br />

basado en el egoísmo institucio-nalizado, ¿no parece ridículo que nos pongamos a aconsejar<br />

sobre la libertad de la iniciativa, de la liber-tad de acción de la familia o de los vecinos o de<br />

asociarse en la religión que más le cuadre? El hambre es fatal. No pelea: mata. ¡Cuán<br />

temerario e insensible es oponer a la muerte concreta la sarta de especulaciones sobre<br />

libertad de asociación y de religiones, con las que los teóricos del esfuerzo ajeno pretenden<br />

tapar las costras de las heridas que ellos han abierto! ¡Cuán grande es una sola acción<br />

destinada a vencer el hambre, en comparación con los discursos prove-nientes de la<br />

mezquindad y de la hipocresía solapadas!<br />

Las poblaciones originarias de todos los países tienen un resentimiento atávico por las clases<br />

medias y altas, puesto que las han identificado como las causantes de su presente estado de<br />

subyugación. El de-sarrollo de ese resentimiento, que se inicia con la Conquista, ha hecho<br />

que apañaran y promovieran una actitud negativa a todo cuanto signifique concertación,<br />

espíritu de cuerpo, espíritu de nación e, incluso, espíritu de especie, con relación a las<br />

culturas dominantes. Es posible que las teorías de la sociología moderna o de la psicología<br />

social no lleguen a explicar adecuadamente esta clase de comportamientos; sin embargo,<br />

confiamos en que los antropólogos podrán realizar una tarea que nos ofrezca resultados más<br />

esclarecedores. Mientras tanto, me siento acuciado a partir del axioma propuesto: la moral<br />

del es-tómago vacío está basada en el resentimiento que guarda para el estómago lleno,<br />

causante de su an-gustia histórica. Mientras la explotación de los estratos dominantes<br />

continúe al ritmo salvaje con que se ha llevado a cabo hasta el presente, no esperemos<br />

ninguna concertación con los pueblos originarios.<br />

Mientras las élites de altos ingresos, incluyendo la indígena en función de gobiern,<br />

consideren que los pueblos originarios deben desaparecer o deben continuar siendo<br />

"instrumentos parlantes" en la economía del país, no guardemos ninguna esperanza de lograr<br />

una "conciencia nacional". Mientras la cultura dominante desprecie y se mofe de las<br />

culturas oprimidas e impidan su libre desarrollo, al impedirles la participación en la toma de<br />

decisiones sobre el destino de un país, no concibamos en la mente ningún espíritu común, ni<br />

siquiera de especie. Sólo quien haya podido intuir el odio que el indio siente por el blanco;<br />

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