08.04.2018 Views

La red oscura - Eduardo Casas Herrer

¿Qué es la web profunda (deep web) o red oscura (dark net)? ¿Hay que tenerles miedo? ¿Es, acaso, como pasear por los bajos fondos de una ciudad? ¿Hemos de cuidar nuestra confianza en la red? No solemos pararnos a pensar cómo funciona un motor de búsqueda de Internet y, precisamente, en su manera de actuar se encuentra su punto débil: la araña. Por mucho que se esfuerce el robot, hay lugares a los que no es capaz de llegar porque no está diseñado para ello. Y de esa red oscura a la que no puede acceder solo es visible el uno por ciento, el resto está escondido, como si de un iceberg se tratara. Negocios ilegales, tráfico de armas y de productos, muertes retransmitidas, pornografía infantil… conforman el lado negativo de Internet; un pozo sin fondo que se abre desde nuestras pantallas. El autor de este libro, miembro del Cuerpo Nacional de Policía, que lleva desde 2004 trabajando en la Unidad de Investigación Tecnológica (UIT), nos explica con notable claridad cómo persiguen sin tregua y sacan a la luz los delitos de ese universo desconocido de la red.

¿Qué es la web profunda (deep web) o red oscura (dark net)? ¿Hay que
tenerles miedo? ¿Es, acaso, como pasear por los bajos fondos de una
ciudad? ¿Hemos de cuidar nuestra confianza en la red?
No solemos pararnos a pensar cómo funciona un motor de búsqueda de
Internet y, precisamente, en su manera de actuar se encuentra su punto
débil: la araña. Por mucho que se esfuerce el robot, hay lugares a los que no
es capaz de llegar porque no está diseñado para ello. Y de esa red oscura a
la que no puede acceder solo es visible el uno por ciento, el resto está
escondido, como si de un iceberg se tratara.
Negocios ilegales, tráfico de armas y de productos, muertes retransmitidas,
pornografía infantil… conforman el lado negativo de Internet; un pozo sin
fondo que se abre desde nuestras pantallas. El autor de este libro, miembro
del Cuerpo Nacional de Policía, que lleva desde 2004 trabajando en la
Unidad de Investigación Tecnológica (UIT), nos explica con notable claridad
cómo persiguen sin tregua y sacan a la luz los delitos de ese universo
desconocido de la red.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Prefectura de Policía y se prendió fuego. Falleció por las graves heridas el 4 de enero<br />

del año siguiente. Fue el principio de lo que se conoció desde fuera como Revolución<br />

de los Jazmines y en el interior como Revolución de la Dignidad.<br />

<strong>La</strong> noticia de la inmolación corrió como la pólvora y esa misma tarde comenzaron<br />

las primeras manifestaciones en la ciudad. Fueron reprimidas con extrema dureza, lo<br />

que causó que al día siguiente las protestas derivasen en actos vandálicos. El<br />

gobierno dio instrucciones a la prensa de no hablar sobre ello, pero no pudo evitar<br />

que en Facebook y YouTube se pudieran ver informaciones sobre lo que estaba<br />

ocurriendo que alentaron y esparcieron el alcance del levantamiento civil a otros<br />

puntos del país. A finales de diciembre, otros dos ciudadanos, inspirados por<br />

Bouazizi, se habían suicidado como forma de protesta por su precaria situación, a lo<br />

que hay que sumar otros dos muertos y múltiples heridos causados por la represión<br />

policial. El régimen se asustaba y buscaba la cabeza de un movimiento que no la<br />

tenía, convocado a través de las <strong>red</strong>es sociales de forma casi espontánea. Como las<br />

canciones del rapero local conocido como El General, Hamada Ben Amor, eran<br />

utilizadas como himno de la revolución, fue detenido, aunque puesto en libertad poco<br />

después, dado que el hecho causó una escalada en las protestas. También<br />

desaparecieron o estuvieron bajo arresto seis blogueros, incluido Slim Amamou, que<br />

más tarde fue secretario de Estado de Juventud en el gobierno de transición que<br />

siguió a la caída de Ben Alí.<br />

El siguiente intento fue el control de la Red. Por un lado, bloquearon más páginas<br />

web de las habituales, incluida Wikileaks, en un intento por cortar el flujo de<br />

información. Después fueron un paso más allá. Todo el tráfico de Internet del país<br />

pasaba por la empresa pública de telecomunicaciones ATI, por lo que quien tuviera<br />

acceso a ella tendría un control casi absoluto sobre la navegación, no solo para espiar<br />

lo que se hacía, sino para manipularlo. Se aprovecharon de ello y, cuando cualquier<br />

ciudadano intentaba acceder a las <strong>red</strong>es sociales, en especial Facebook, se encontraba<br />

con la habitual petición de usuario y contraseña en una página idéntica, salvo que<br />

quien se lo pedía no era la empresa legítima, sino que los datos eran volcados a un<br />

servidor y después el ordenador era <strong>red</strong>irigido a la verdadera web. Era un script o<br />

<strong>red</strong>ucido programa fácil de hacer y que es habitual encontrar en pequeños<br />

delincuentes informáticos por todo el mundo. Desconocidos, aunque sin duda de<br />

parte del gobierno de Ben Alí y probablemente de sus servicios secretos, recopilaban<br />

toda esa información, con lo que podían hacerse pasar por cualquier usuario que<br />

hubiera entrado al sitio web desde el país. Y, de hecho, lo hacían. Así pudieron<br />

empezar a borrar páginas contra el gobierno, aquellas donde se organizaban las<br />

manifestaciones o las propias cuentas de los opositores, intentando evitar que las<br />

protestas crecieran y salieran del ámbito regional. Pero ya era inútil. Demasiada gente<br />

tenía conocimiento de ellas y se comunicaba por diversos medios. Se extendieron por<br />

diversas áreas del país, incluyendo la capital, y las élites comenzaron a apoyarlas. Los<br />

primeros, los abogados, que iniciaron una huelga el 6 de enero. <strong>La</strong>s Fuerzas Armadas<br />

www.lectulandia.com - Página 204

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!