You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
El lenguaje religioso expresa la experiencia religiosa. Pero para ello maneja
palabras que proceden de lo secular. «Primero, ese lenguaje le mostrará al oyente algo
secular, conocido inmediatamente; pero a continuación le hará observar que eso
mundano-secular lo entiende como expresión de otra cosa distinta no-secular, de algo
especial, y le inducirá a dar el paso hacia ello» (ibid. 22).
Este es para mí un punto de vista importante: el lenguaje religioso es el arte de
hablar de tal manera, sobre experiencias con personas, con la naturaleza, con
acontecimientos históricos, que al oyente se le manifieste algo del misterio de su vida, de
la misteriosa acción de Dios.
En su conferencia sobre el lenguaje religioso, Romano Guardini se refiere no al
lenguaje de la liturgia sino, sobre todo, al lenguaje de los poetas y de los místicos. El
lenguaje religioso es para él un lenguaje imaginativo, plástico. Cuando Plotino, el
antiguo filósofo neoplatónico, designa a Dios como «la auténtica fuente», todo el mundo
que ha experimentado el frescor y el manar de una fuente entiende algo de esta
afirmación religiosa. Algo se le desvela del misterio de Dios. Lo religioso tiene su
expresión en el contraste de imágenes. Por eso, Guardini cita una canción medieval a la
Trinidad, nacida en el círculo del maestro Eckhart:
«El camino te lleva
a un desierto maravilloso.
Anda sin camino
la senda angosta».
Aquí se han elegido llamativos contrastes. El camino pasa a través del desierto sin
caminos. Nosotros tenemos que recorrer sin camino la senda angosta. Estas imágenes
paradójicas abren nuestro espíritu a lo divino, lo que está más allá de todos los
contrastes.
El lenguaje religioso es, para Romano Guardini, un lenguaje transformante. Este
lenguaje transformador lo encontramos sobre todo en la poesía. Guardini cita un pasaje
de los Demonios de Dostoyevski, en el que Kiriloff dice de una hoja: «Una hoja es
buena. Todo es bueno» (ibid. 30).
Para Guardini aparece aquí la idea de transfiguración, de glorificación, tan central
en la espiritualidad rusa: «Algún día, toda la creación será asumida por el Pneuma y
54