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EL ARTE DE HABLAR Y DE CALLAR. Por una nueva cultura del lenguaje - Anselm Grun

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8.

El lenguaje corporal

Antes de comenzar a hablar con la lengua, uno ya está hablando con el cuerpo. Nuestro

cuerpo está hablando siempre. Muchas veces, cuando viajo en tren, me gusta observar a

la gente en la estación: cómo uno está parado de pie, cómo se mueve el otro, cómo un

tercero está sentado en un banco; todo esto ya dice algo acerca de la persona. Nuestro

cuerpo nos delata. El uno está inseguro y manifiesta su inseguridad. El otro muestra su

propia indefinición: está sentado en el banco como un signo de interrogación, sin

expresividad alguna. Con una persona así de amorfa no me gustaría trabar contacto. El

otro está seguro de sí mismo. Se le ve en su centro y solo con su actitud corporal invita a

otros a trabar contacto con él. Alguno camina con los hombros bien erguidos: revela el

miedo que le sacude por dentro y le fuerza a aferrarse firmemente a sí mismo. Muchos

andan su camino conscientes de lo que quieren y llenos de energía; otros van sin fuerza,

sin gusto, sin orientación; más bien, se dejan llevar. No oigo ninguna palabra. Pero

entiendo el lenguaje que cada uno habla.

Cuando mantenemos una conversación con alguien, hablamos al mismo tiempo con

nuestra lengua y con nuestro cuerpo. Y con frecuencia, ambos lenguajes no coinciden. A

uno le decimos que somos todo oídos para sus problemas; pero nuestros brazos cruzados

indican que estamos ausentes y que nos cerramos ante él. O giramos nuestro cuerpo

apartándonos de él, con lo que le damos a entender que en realidad nos importa un

comino. O jugueteamos con un objeto cualquiera y de esa manera mostramos la poca

atención que el otro nos merece.

Nuestro interlocutor ve cuál es nuestra actitud para con él no solo en la postura de

nuestro cuerpo y en los gestos de nuestras manos, sino también, y sobre todo, en nuestra

mímica. Si ve un rostro hermético, sabe, por ejemplo, que lo estamos considerando solo

como cliente, pero no como esa persona concreta. Si ve una cara continuamente

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