Psicometria-Menesesetal
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Editorial UOC 79 Capítulo II. Fiabilidad
Un índice directamente relacionado con el coeficiente de fiabilidad es el índice
de fiabilidad xv que se define como la correlación entre las puntuaciones
empíricas de un test y las puntuaciones verdaderas. Este índice de fiabilidad
es igual a la raíz cuadrada del coeficiente de fiabilidad:
' v
xv xx x
A la hora de interpretar el valor del coeficiente de fiabilidad no existe un criterio
único y universalmente aceptado como adecuado. Evidentemente, valores
cercanos a 0 denotarán una alta proporción de la varianza de los errores en la
varianza de las puntuaciones empíricas, y por lo tanto, pondrán de manifiesto
que el instrumento utilizado no es fiable, mientras que valores cercanos a 1
mostrarán una baja proporción de la varianza de los errores en la varianza de las
puntuaciones empíricas y, en consecuencia, nos permitirán interpretar que el
test utilizado es fiable. Ahora bien, el significado de esta varianza de error difiere
con relación al tipo de estrategia que se ha utilizado para valorar la fiabilidad
(estas estrategias se describen en los próximos apartados). Cohen y Swerlik
(2009) proponen que si se ha utilizado la estrategia de test-retest, la varianza de
error será debida fundamentalmente a las diferentes administraciones del test;
si se ha utilizado la estrategia de formas paralelas, el error se puede atribuir a la
construcción del test o a las diferentes administraciones, y si se ha valorado la
fiabilidad a partir de la consistencia del test, la varianza de error puede deberse
a la construcción del test.
Aparte de los casos extremos, la determinación del valor mínimo aceptable
del coeficiente de fiabilidad depende de factores que pueden influir en este valor,
como la longitud del test o el procedimiento empírico o la estrategia utilizada
para su cálculo, tal como se ha comentado en el párrafo anterior. En
cualquier caso, se han intentado establecer ciertos criterios generales que nos
pueden servir de referencia. Así, en su texto clásico, Nunnally (1978) considera
que el valor mínimo aceptable del coeficiente de fiabilidad estaría en 0,70, sobre
todo en un contexto de investigación básica. En cambio, en un contexto aplicado,
como el escolar o el clínico, es necesario que la fiabilidad sea más elevada,
situándola por encima de 0,80 o 0,90. En estos ámbitos es necesario tener en
cuenta que las consecuencias de la precisión de los instrumentos de medida utilizados
pueden ser más decisivas para los sujetos evaluados (pensemos en los