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Coetzee, J.M. – Infancia

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estaba a poco más de dos horas de carretera. Conoce esta parte de la<br />

historia porque incluso su padre, cuando volvió de la guerra, estaba<br />

enfadado y avergonzado por el modo en que los habían tratado.<br />

De Prince Albert solo recuerda el zumbido de los mosquitos en las<br />

noches largas y calurosas, y a su madre en combinación andando de un<br />

lado para otro, con el sudor brotando de su piel, y sus piernas gordas y<br />

pesadas cruzadas por venas varicosas, tratando de calmar a su<br />

hermano, que todavía era un bebé y no paraba de llorar; y los días de<br />

mortal aburrimiento pasados detrás de las contraventanas cerradas<br />

para resguardarse del sol. Así vivieron, atrapados en aquella habitación,<br />

sin dinero para mudarse, esperando la invitación que nunca llegó.<br />

Su madre todavía aprieta los labios cuando se menciona la granja. Sin<br />

embargo, cuando van a la granja por Navidad, ella los acompaña. La<br />

numerosa familia se reúne al completo. Se colocan camas, colchones y<br />

catres en todas las habitaciones, y en el gran porche también: una<br />

Navidad contó veintiséis. Su tía y las dos criadas se pasan todo el día<br />

en la cocina cargada de humo, cocinando, asando al horno, produciendo<br />

comida, rondas de té o café y pasteles sin parar, mientras que los<br />

hombres se sientan en el porche, dirigiendo la mirada, perezosos, al<br />

resplandeciente Karoo, intercambiando anécdotas sobre los viejos<br />

tiempos.<br />

Se embebe del ambiente con avidez, se embebe de la mezcla feliz y<br />

descuidada de inglés y afrikaans que es su idioma común cuando se<br />

reúnen. Le gusta ese idioma extraño y bailarín, con partículas que se<br />

deslizan aquí y allá en las frases. Es más claro, más fresco que el<br />

afrikaans que estudian en el colegio, cargado de modismos que<br />

supuestamente proceden del volksmond, del habla del pueblo, pero que<br />

se diría que proceden del Gran Trek; modismos torpes y carentes de<br />

sentido sobre carretas y ganado y los arreos del ganado.<br />

En su primera visita a la granja, cuando su abuelo aún vivía, todos los<br />

animales de corral de los libros de cuentos estaban todavía allí: los<br />

caballos, los burros, las vacas y sus terneros, los cerdos, los patos, una<br />

colonia de gallinas y el gallo que cacareaba para recibir el sol, las<br />

cabras y los chivos. Después, tras la muerte de su abuelo, el corral<br />

empezó a menguar, hasta que solo quedaron ovejas. Primero se<br />

vendieron los caballos, luego los cerdos fueron convertidos en carne (él<br />

vio a su tío disparar un tiro al último cerdo; la bala le dio detrás de la<br />

oreja: el animal gruñó, se tiró un pedo estruendoso y se derrumbó,<br />

primero sobre las rodillas, después sobre un costado, temblando).<br />

Luego desaparecieron las vacas, y los patos.<br />

El motivo fue el precio de la lana. Los japoneses estaban pagando lo

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