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<strong>–</strong>Sí, supongo que estaba loco.<br />
<strong>–</strong>Entonces, ¿por qué se gastó ella todo el dinero en imprimir su libro?<br />
<strong>–</strong>Seguramente tenía miedo de él. Era un viejo alemán terrible,<br />
terriblemente cruel y autocrático. Todos sus hijos le tenían miedo.<br />
<strong>–</strong>Pero ¿no había muerto ya?<br />
<strong>–</strong>Sí, había muerto, pero seguramente sentía que era su deber con él.<br />
La madre no quiere criticar a la tía Annie y su sentimiento de deber con<br />
el viejo loco.<br />
Lo mejor del cuarto de los trastos es la prensa de libros. Está hecha de<br />
un hierro tan pesado y sólido como la rueda de una locomotora.<br />
Convence a su hermano de que ponga sus brazos en la mesa de<br />
prensar; luego él gira el gran tornillo hasta que le inmoviliza los brazos<br />
y no puede escapar. Después cambian los papeles y su hermano le<br />
hace lo mismo.<br />
Una o dos vueltas más, piensa, y se aplastarán los huesos. ¿Qué es lo<br />
que les hace detenerse, a los dos?<br />
Durante los primeros meses en Worcester los invitaron a una de las<br />
granjas proveedoras de fruta de Standard Canners. Mientras que los<br />
adultos bebían té, él y su hermano se dieron una vuelta por el corral.<br />
Allí encontraron una trituradora. Convenció a su hermano de que<br />
pusiera la mano dentro del embudo donde se echaban los granos de<br />
maíz; después accionó la palanca. Por un instante, antes de pararla,<br />
pudo sentir cómo se machacaban los delgados huesos de los dedos. Su<br />
hermano se quedó con la mano atrapada en la máquina, pálido de<br />
dolor, con una mirada inquisitiva, de desconcierto, en la cara.<br />
Sus anfitriones los llevaron corriendo al hospital, donde un médico le<br />
amputó a su hermano la mitad del dedo corazón de la mano izquierda.<br />
Durante un tiempo anduvo con la mano vendada y el brazo en<br />
cabestrillo; después llevó un saquito de piel sobre el muñón del dedo.<br />
Tenía seis años. Aunque nadie le hizo creer que el dedo crecería de<br />
nuevo, no se quejó.<br />
Nunca le ha pedido perdón a su hermano, tampoco le ha reprochado<br />
nadie nunca lo que le hizo. Sin embargo, el recuerdo le pesa, el<br />
recuerdo de la blanda resistencia de la carne y el hueso, y de cómo se<br />
trituraban.<br />
<strong>–</strong>Al menos puedes sentirte orgulloso de tener a alguien en tu familia<br />
que hizo algo con su vida, que dejó algo tras de sí <strong>–</strong>dice su madre.<br />
<strong>–</strong>Has dicho que era un viejo horrible. Has dicho que era cruel.<br />
<strong>–</strong>Sí, pero hizo algo con su vida.