22.04.2013 Views

Coetzee, J.M. – Infancia

Coetzee, J.M. – Infancia

Coetzee, J.M. – Infancia

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

que les pidieran por la lana: era más sencillo comprar un tractor que<br />

mantener a los caballos, más sencillo conducir la Studebaker nueva por<br />

Fraserburg Road para comprar mantequilla congelada y leche en polvo<br />

que ordeñar una vaca y batir la manteca. Solo interesaban las ovejas,<br />

las ovejas con sus vellocinos de oro.<br />

Podían aliviarse de la carga de la agricultura también. Lo único que aún<br />

se cultiva en la granja es alfalfa, por si los pastos de la granja se<br />

agotan y hay que alimentar a las ovejas. De los huertos solo queda un<br />

naranjal, que da año tras año unas naranjas dulcísimas.<br />

Cuando, después de una siesta reparadora, sus tíos y tías se reúnen en<br />

el porche para tomar el té y contar historias, la charla desemboca a<br />

veces en los viejos tiempos de la granja. Recuerdan a su padre, «el<br />

granjero que fue todo un señor», que mantuvo un carruaje de dos<br />

caballos y cultivó trigales en las tierras debajo de la balsa que él mismo<br />

trilló y sembró. «Sí, aquellos sí que eran buenos tiempos», suspiran.<br />

Les gusta sentir nostalgia por el pasado, pero ninguno de ellos<br />

regresaría a él. Él sí. Él quiere que todo sea como era en el pasado.<br />

En una esquina del porche, a la sombra de la buganvilla, cuelga una<br />

cantimplora de lona. Cuanto más caluroso es el día, más fría está el<br />

agua; es un milagro, como el milagro de la carne que cuelga en la<br />

oscuridad de la despensa sin pudrirse, como el milagro de las calabazas<br />

colocadas en el tejado bajo el sol resplandeciente y que permanecen<br />

frescas. En la granja, al parecer, nada se marchita.<br />

El agua de la cantimplora está mágicamente fresca, pero él no necesita<br />

más de un sorbo cada vez que bebe. Está orgulloso de lo poco que<br />

bebe. Eso le será útil, espera, si alguna vez se pierde en el veld. Quiere<br />

ser una criatura del desierto, de este desierto, como un lagarto.<br />

Justo por encima de la granja hay una balsa con muros de piedra, de<br />

casi cuatro metros cuadrados, llenada por una bomba de aire, que<br />

provee de agua a la casa y al jardín. Un día de calor, él y su hermano<br />

llevan una bañera de hierro galvanizado a la balsa, la meten en el agua,<br />

se suben como pueden en ella y empiezan a remar.<br />

Le da miedo el agua; piensa que su aventura será una manera de<br />

superarlo. Su embarcación se mece en mitad de la balsa. Motas de luz<br />

destellan en el agua; únicamente se oye el canto de las cigarras. Solo<br />

un pedazo de metal le separa de la muerte. Sin embargo, se siente<br />

bastante seguro, tan seguro que casi podría quedarse dormido. Así es<br />

la granja: nada malo puede sucederte aquí.<br />

Solo se había subido a un bote una vez, cuando tenía cuatro años. Un<br />

hombre (¿quién sería?, trata de recordar, pero no lo logra) se los llevó

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!