22.04.2013 Views

Coetzee, J.M. – Infancia

Coetzee, J.M. – Infancia

Coetzee, J.M. – Infancia

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

productos. Cuando le piden que nombre los productos de un país<br />

siempre concluye su lista con cueros y pieles, esperando estar en lo<br />

cierto. No sabe en qué se diferencian el cuero y la piel, tampoco los<br />

demás.<br />

En cuanto al resto de los exámenes, no desea que empiecen; sin<br />

embargo, cuando llegan se sumerge en ellos de buena gana. Se le dan<br />

bien los exámenes; si no fuera porque existen los exámenes y a él se le<br />

dan bien, tendría poco de especial. Los exámenes le producen un<br />

estado embriagador y tembloroso de agitación durante el cual escribe<br />

rápida y confiadamente. No le gusta el estado en sí mismo, pero<br />

reconforta saber que está ahí para sacarle provecho.<br />

A veces, si entrechoca dos piedras y aspira, puede recuperar ese estado<br />

de nuevo, su olor, su sabor: pólvora, hierro, calor, un latido sordo y<br />

continuado en las venas.<br />

El secreto que ocultan la llamada telefónica y la sonrisa de su madre<br />

sale a la luz durante el recreo de media mañana, cuando el señor<br />

Gouws le hace quedarse atrás. El señor Gouws tiene un aire de<br />

falsedad, una simpatía que le hace desconfiar.<br />

El señor Gouws quiere que vaya a tomar el té a su casa. Asiente con<br />

torpeza y memoriza la dirección.<br />

No es algo que desee. No es que le disguste el señor Gouws. Si no le<br />

inspira tanta confianza como la señora Sanderson, la profesora de<br />

cuarto curso, es solo porque el señor Gouws es un hombre, el primer<br />

hombre que le ha dado clases, y él es cauteloso con algo que alienta en<br />

todos los hombres: un desasosiego, una rudeza apenas refrenada, una<br />

sombra de placer ante la crueldad. No sabe cómo comportarse con el<br />

señor Gouws ni con el resto de los hombres: si ofrecerles resistencia y<br />

cortejar su aprobación, o si mantener una barrera de tiesura. Con las<br />

mujeres es más fácil porque son más bondadosas. Pero el señor Gouws<br />

<strong>–</strong>él no puede negarlo<strong>–</strong> es tan equitativo como puede serlo cualquier<br />

persona. Su dominio del inglés es bueno, y no parece dar muestras de<br />

rencor con los ingleses o con los chicos de familias afrikaners que<br />

prefieren ser ingleses. Durante una de sus muchas ausencias del<br />

colegio, el señor Gouws enseñó el análisis de los complementos del<br />

predicado. El tiene problemas para ponerse al día con lo de los<br />

complementos del predicado. Si los complementos del predicado<br />

carecieran de sentido, como los modismos, los otros chicos también<br />

encontrarían dificultades. Pero los otros chicos, o la mayoría de ellos,<br />

parecen dominar a la perfección y sin esfuerzos los complementos del<br />

predicado. La conclusión no puede obviarse: el señor Gouws sabe algo<br />

acerca de la gramática inglesa que él no sabe.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!