UN TRISTE CIPRÉS Agatha Christie - GutenScape.com
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Digitalizado por kamparina para Biblioteca-irc en Enero de 2.004<br />
http://biblioteca.d2g.<strong>com</strong><br />
Poirot replicó:<br />
—Se encolerizaría cuando Mary le despreció.<br />
—Sí, en efecto; le sentó bastante mal. Y me echó a mí la culpa.<br />
—¡Ah!... ¿Adivinó que todo se había debido a su intervención?<br />
—Comprenderá usted que yo estaba en mi perfecto derecho de<br />
aconsejar así a la chica. Tengo bastante experiencia en el mundo, y<br />
no quería que se decidiera a nada de que luego pudiera arrepentirse.<br />
Poirot inquirió con cortesía:<br />
—¿Qué le hacía interesarse tanto por la muchacha?<br />
—Pues..., no sé... —titubeó. Parecía intimidada y avergonzada de sí<br />
misma—. Tal vez un sentimiento romántico...<br />
Poirot murmuró:<br />
—Tal vez ella invitara al romanticismo, pero no las circunstancias que<br />
la rodeaban —reflexionó un momento y preguntó de pronto—: ¿No<br />
era hija del guarda?<br />
La enfermera Hopkins respondió:<br />
—Sí, sí, desde luego. Por lo menos...<br />
Miró titubeando a Hércules Poirot, que la observaba con aire de<br />
simpatía.<br />
Le dijo en tono confidencial:<br />
—Mire, señor... La muchacha no era hija del viejo Gerrard. Así me lo<br />
dijo él. Su padre era un caballero de la alta sociedad.<br />
Poirot murmuró:<br />
—¡Ah! ¿Y su madre?<br />
La enfermera titubeó, se mordió los labios y al fin dijo:<br />
—Su madre fue doncella de la anciana mistress Welman. Se casó con<br />
Gerrard después de haber nacido Mary.<br />
—Es una novela, una novela de misterio.<br />
El rostro de la enfermera se iluminó.<br />
—¿Verdad que sí? No se puede evitar cierta atracción hacia las<br />
personas de las cuales se sabe algo que ignoran los demás. Por<br />
casualidad llegué a averiguar muchas cosas. En realidad, fue la<br />
enfermera O'Brien la que me puso sobre la pista; pero eso es otra<br />
historia. Como usted dice, es interesante conocer el pasado. Hay<br />
muchas tragedias que nadie sería capaz de adivinar. ¡Qué mundo tan<br />
triste!<br />
Poirot suspiró y movió la cabeza.<br />
La enfermera exclamó, súbitamente alarmada:<br />
—No debía haberle contado todo esto. Por nada del mundo me<br />
habrían sacado una palabra. Después de todo, nada tiene que ver con<br />
el caso... En lo que concierne al mundo, Mary era hija de Gerrard y<br />
nadie debe saber lo contrario. ¡Sería horrible humillar su memoria<br />
ahora que ha muerto! Además, se casó con la madre de Mary. No<br />
importa el porqué.<br />
—Pero usted sabe quién fue su padre, ¿verdad?