UN TRISTE CIPRÉS Agatha Christie - GutenScape.com
UN TRISTE CIPRÉS Agatha Christie - GutenScape.com
UN TRISTE CIPRÉS Agatha Christie - GutenScape.com
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Digitalizado por kamparina para Biblioteca-irc en Enero de 2.004<br />
http://biblioteca.d2g.<strong>com</strong><br />
Poirot se hundió en su sillón.<br />
—¡Ah! Usted pensó eso...<br />
—¡Naturalmente que sí! Ella me había hablado al respecto. Me<br />
preguntó más de una vez si no podía «terminar con ella». Era una<br />
mujer que detestaba las enfermedades, el verse reducida a la<br />
impotencia... lo que ella llamaba la indignidad de encontrarse<br />
tendida, asistida <strong>com</strong>o si fuera una criatura. Y era una mujer muy<br />
resuelta.<br />
Permaneció silencioso un momento; luego continuó:<br />
—Su muerte me sorprendió. No la esperaba. Hice salir a la enfermera<br />
y practiqué una investigación. Naturalmente, era imposible<br />
asegurarse del motivo de la muerte sin hacer la autopsia. Pero pensé:<br />
«¿Para qué?» No conseguiríamos más que provocar un escándalo. Era<br />
preferible firmar el certificado de defunción y dejar que la enterraran<br />
en paz. Después de todo, yo no estaba muy seguro. Tal vez hice<br />
mal... Pero jamás pensé que la hubiesen asesinado. Estaba<br />
convencido de que había sido ella misma la que aceleró su muerte.<br />
Poirot preguntó:<br />
—¿Cómo cree que obtuvo la morfina?<br />
—No tengo la menor idea. Pero créame usted, era una mujer astuta e<br />
inteligente, con mucho de ingenuidad y notable determinación.<br />
—¿Pudo conseguirla de alguna de las enfermeras?<br />
Lord movió la cabeza.<br />
—¡Ni pensarlo! ¡Usted no conoce a las enfermeras!<br />
—¿Y de sus familiares?<br />
—Es posible. Tal vez apeló a sus buenos sentimientos.<br />
Hércules Poirot dijo:<br />
—Me ha dicho usted que murió sin testar. ¿Habría hecho testamento<br />
si hubiese vivido?<br />
El doctor Lord hizo una mueca de disgusto.<br />
—Quiere usted apretar todos los resortes, ¿eh? Sí. Estaba dispuesta a<br />
otorgar testamento, lo deseaba apremiantemente. No podía hablar,<br />
pero se hacía entender. Elinor Carlisle fue encargada de telefonear al<br />
abogado a la mañana siguiente.<br />
—Luego Elinor sabía perfectamente que su tía quería hacer<br />
testamento, ¿eh? Y, al morir sin hacerlo, toda su fortuna iría a parar<br />
a Elinor. ¿No es así?<br />
Lord se apresuró a declarar:<br />
—Ella no sabía eso. No tenía la menor idea de que su tía no hubiese<br />
hecho testamento.<br />
—Eso, amigo mío, eso es lo que ella dice. Es probable que lo supiese.<br />
—Pero, Poirot..., ¿es usted fiscal?<br />
—En este momento, sí. Debo saber todo lo que la acusa. ¿Pudo Elinor<br />
coger la morfina de la cartera de cuero?<br />
—Sí. Pero también pudo hacerlo otro cualquiera. Roderick Welman...